Dentro de esa persona a la que todos conocían como, gracioso, dicharachero y amante de los animales había una persona sencilla con un respeto hacia la demás gente fuera de lo común, virtud que solo la gente cercana a él la conocía.

Todos dos días al iniciar el trabajo apenas era enganchada al carro mi padre le decía bájate al Cafetero que te espero allí para tomar el café y desde cerca del castillo bajaba ella sola por la placeta Colache, calle de la Rambla, Santa María hasta llegar al Cafetero donde le esperaba mi padre para darle los churros y el café con leche que le echaba poco apoco en el plato, y así día tras día comenzaba el trabajo.
Tanto se quería a esa mula en casa, que cuando entraron los camiones de recogida de basura la tuvo que vender no atendiendo a nuestras súplicas para que no lo hiciera pero era normal que la vendiera ya que no se podía mantener en casa. Días más tarde ví como el nuevo dueño maltrataba al animal dándole palos y llevándola al trote camino del Poblado, sin perder un minuto y llorando fui corriendo a contarle a mi padre lo visto, sin perder un instante, se desplazó al poblado para reprender al nuevo dueño diciéndole, como vea o me entere que la vuelves a maltratar, no solo me la llevo a casa sino que atente a las consecuencias mi padre llevó luto varios meses como si hubiese muerto.
En casa tardamos mucho tiempo en olvidar. Esta es una anécdota del cariño que tenia mi padre por estos animales que como decía… uno más de la familia.

Portaos bién que nadie tenga que decir nunca nada de vosotros, nos decía. Estas palabras, las seguimos desde entonces al pie de la letra, claro está que nunca llueve al gusto de todos.

D. Andrés... "EL BURRICA" ... Gracioso pero muy serio.

5 comentarios:
enhorabuena por tener ese padre y maestro . una villenera que le conocio del barrio
Yo le conocí, solo de vista y me he emocionado al leer esto que ha escrito su hijo. Debe sentirse orgulloso de haber tenido un padre con esa educación. Un saludo.
Cuando lo conocí yo era solo un niño, que bajaba la basura de su casa para echarla en el carro de este señor. Ya sabíamos en casa a que hora pasaba y un momento antes me avisaba mi madre para que bajara la bolsa. D. Andrés tenía una simpatía fuera de lo común y no porque yo fuera pequeño, simplemente era así con todo el mundo. Sentí mucho el día que se retiró y empezó a pasar el camión de la basura. Un saludo a su familia.
A me ha dicho mi abuela que aparte de ser buena persona era muy gracioso,cuando lo de la basura decia de coña LA BASUUURAADAA.
Más personas tenían que haber cómo Andres enhorabuena a la familia por haber tenido esta persona tan entrañable en su vida y gracias por compartir un poquito de su vida.
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