25 mar 2011

2011 EL MONUMENTO A RUPERTO CHAPÍ... ¿DÓNDE ESTÁN LOS ESCUDOS?

MONUMENTO A CHAPÍ ¿DÓNDE ESTÁN LOS ESCUDOS?
Por... Juan José Torres
Este servidor firmante nació donde se ubicaba la Imprenta del Paseo, originalmente La Industrial Papelera, el lugar que se levanta hoy el edificio de PROISA. En esa vieja explanada, que conozco bien, dí mis primeros pasos, aprendí a montar en bicicleta, corrí, jugué y rompí balones de cuero en las tardes interminables. Mi infancia, y buena parte de mi adolescencia, la he disfrutado y también sufrido en el Paseo Chapí y en su parterre. Desde los años sesenta he conocido todas sus transformaciones, sus penurias, sus soles y sus sombras. Subí y bajé miles de veces al monumento, pesqué en él, compartí emociones y también me zambullí involuntariamente.
No pretendo hacer una crónica de mi infancia en este lugar pero sí aprovechar el prólogo para entrar en detalle de la minucia en que se ha convertido el monumento a Ruperto Chapí. Se ha reformado tanto, mejor dicho, se le ha abandonado tanto que resulta casi insultante su contemplación. ¿Qué queda de su encanto original? ¿Por qué desaparece para la reconstrucción del Paseo y nos lo devuelven tan patético, sin una responsable y necesaria reparación? ¿Dónde se encuentran los escudos originales? ¿Por qué lo circundan con piedras redondas, blancas y playeras que no encajan ni con la historia ni con el lugar?
El monumento en cuestión y como todos ustedes saben fue obra de Antonio Navarro Santafé, a quien tanto se honra desde instancias oficiales, que esculpió varios motivos de famosas zarzuelas del maestro villenense. La primera piedra fue colocada en 1946 por el entonces alcalde José Rocher Tallada, acompañado por el prestigioso escultor, y sería el seis de septiembre del año siguiente cuando Damián Requena Rentero pronunció el discurso inaugural, y dijo entre otras cosas: “cuando en horas alegres o tristes pases ante la estatua de tu hijo predilecto levanta erguida tu frente, medita en la soledad de este bello paraje y admira las más preciadas virtudes humanas mientras escuchas, entre el rumor de esas fuentes y el susurro de esos árboles, el murmullo de un cántico a la civilización y al progreso”.De la fuente no queda nada, ni siquiera una barata bomba de agua que la impulse. Del susurro de los árboles mejor no hablar: ni hojas, ni sombras, ni vientos, ni pájaros. Del murmullo de un cántico a la civilización y al progreso poca cosa, sino es justo al revés, porque en vez de avanzar vamos para atrás: desidia, abandono, despreocupación. No existe ni un modesto departamento, ni simbólico presupuesto, para reparar o restaurar obras que ya son patrimonio de la arquitectura villenense. De la estatua, sin agua, sin césped y sin sombras, poco que comentar; hasta los cuatro escudos que la franqueaban desde el año 1947 y obra del maestro fundidor Santiago Reig Rivelles han desaparecido por un nuevo y reiterado desliz municipal.
Cierto es que el año 1998 la réplica de la piedra, ahora en bronce, preside el vestíbulo del magnífico teatro y que el curso pasado se reconstruyó todo el céntrico parque, pero ¿Dónde están aquellos viejos escudos? Y aún reconociendo que no son del neolítico eran los originales, tanto como sus alusiones a este pueblo que algunos babean tanto al pronunciarlo. ¿Qué tentación inconfesable permite apropiarse, o esconder, u ofrecer al olvido reliquias tan sentimentales? Desde el lugar en que se encuentren que salgan, quien los custodie que los devuelva y si es decisión municipal que se explique por qué no tienen cabida antes que las redondas y blancas piedras, o entre ellas.
La fuente de la rana de la Virgen sí tiene bomba de agua y registro de luz, y eso que no sabe el anfibio de música. La plaza de toros también merece todo tipo de prestaciones y consideraciones, aunque sus piedras sean igual de venerables. El monumento a Chapí no. Ahí está, descubierto y medio desatendido. Ni el músico Ruperto, ni el tallista Antonio, ni el desaparecido alcalde José, ni el fundidor Santiago, ni tampoco el pregonero Damián habrían vaticinado tanta dejadez, y tal vez hoy lloraran, pero de vergüenza.
JUAN JOSÉ TORRES - PUBLICADO EN EL PERIÓDICO DE VILLENA

7 comentarios:

Anónimo dijo...

paseo vergonzoso y soso

Anónimo dijo...

ahora que lo comentais es cierto que no estan los escudos y que no hay agua y esto porque

Merce dijo...

Cierto es que dá pesadumbre ver lo que han hecho con nuestro querido " paseo".
Más valdría que lo hubieran dejado como estaba. Por mal que estuviese, ahora, está mucho peor.
Ah¡¡ y que devuelvan los escudos a su lugar.

Anónimo dijo...

NO HAY DINERO PARA UN BOMBA DE AGUA Y SI PARA OTRAS COSAS QUE PENA Y QUE POCO GUSTO TIENE LA PERSONA QUE DECIDE QUE EL MONUMENTOS ESTE UN AÑO SIN AGUA Y LO DE LAS PIEDRAS BLANCAS ESO NO TIENE NOMBRE. UN VILLENERO

Anónimo dijo...

Ains.. que tanto se quejan los que en 4 años no hicierion nada de nada y entre otras cosas dejaron morir nuestro querido paseo, como ya casi consiguen hacer con nuestro querido teatro hace unos cuantos años más atras!!!

Anónimo dijo...

vaya plasta haber si quitais del portal ya de una vez los famosos escudos. ABURRIIS.

Anónimo dijo...

Pues a ver si arreglan la los chorros de la fuente que llevan un año sin agua ... que gran plasta

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