23 may 2025

2025 CONFERENCIA DE VICENTE VALERO COSTA

Interesante conferencia de nuestro paisano Vicente Valero-Costa, politólogo por la Universidad Complutense, organizada por el Secretariado Diocesano para el Diálogo Fe-Cultura de la diócesis de Orihuela-Alicante. Celebrada el 25 de febrero de 2025 en la Sede de la Universidad Alicante. Título: "La verdad y la libertad en la sociedad de la comunicación desde la mirada política”.

1971 CUADRILLA DE PASCUA "DÍA DEL VOTO"

Loli, x, Mari Carmen, x, x, x, Gloria, Carmina y Esperanza
 Foto cedida por... Mari Carmen Díaz

1976 OFRENDA VERDES “MEDALLA 50 AÑOS”

La Escuadra de Verdes Ntra. Sra. de las Virtudes, desde su fundación ha destacado por sus ofrendas artísticas a la Virgen con productos de la huerta. Ofrendas espectaculares que hemos disfrutado de verlas en la calle, como la del año 1976 con motivo del 50 Aniversario de la fundación de la Comparsa, los Verdes confeccionaron con flores, una medalla conmemorativa donde se podía ver en una cara un masero antiguo y un verde, y en el reverso el escudo de la ciudad.
Foto... Mari Ángeles Navarro García

1979 AUTOVÍA GASOLINERAS RIESMA "GRUPO GLEM"

Habrá un día en que quizás se afirme; “Cuenta la la leyenda que, en ese lugar, el primer día de Pascuas, los villeneros se reunían para comerse la mona”. La de ir a Bulilla, es una tradición que prácticamente se ha perdido y en la que la llegada de la Autovía, tuvo mucho que ver, ya que partió el visitado paraje en dos.
En la imagen, se aprecia que dicha autovía era aún una carretera nacional, pero hay elementos que no han cambiado mucho desde entonces. En especial, el restaurante de Riesma. El resto, ya es historia. Las gasolineras han sufrido los cambios lógicos del paso del tiempo. Los campos de cultivo de la parte de abajo de la foto son historia e, incluso, el club de Forte, situado en la parte superior de la instantánea, hoy solo un amasijo de piedra y olvido, lucía todavía en todo su esplendor, ignorante del destino que le esperaba.
Por Francisco Javier Rodenas para Portada.info

2009 SALVADOR AMORÓS DUPUY

SALVADOR AMORÓS DUPUY, OTRO VILLENENSE QUE NOS DEJA
El pasado 17 de Noviembre de 2009 fallecía en Madrid Salvador Amorós Dupuy, Periodista, Licenciado en Derecho .Desempeñó un importante cargo en el Ministerio de Información y Turismo en los años 60. Era Intérprete Jurado y entusiasta amante de su tierra. Compartí con Salvador gratos momentos, como su etapa en el Servicio internacional de noticias de la Agencia Efe, en reuniones en la Casa de Valencia en Madrid (Su hija Chantal fué "Bellea del Foc" de Madrid) y en cuantas celebraciones tenían relación con Alicante y Valencia. Uno de sus proyectos, durante su etapa en el Ministerio, era el de la transformación del Castillo de Villena en un Parador Turístico. Tambien me comentaba su idea de construir una urbanización residencial en la Sierra de Salinas.
Salvador era hijo de D. Cristobal Amorós Cerdán (alcalde de Villena en 1929) y Dña. Carmen Dupuy. Sobrino de D. Antonio y D. Salvador Amorós y hermano de León y Maribel . Descanse en paz este paisano y amigo.
Fuente... http://juanvives.blogspot.com/2009/11/salvador-amoros-dupuy-otro-villenense.html

2025 CARRERA SOLIDARIA A FAVOR DE ANNA

El 22 de mayo, el colegio La Encarnación de Villena, celebró una jornada muy especial: la tradicional carrera solidaria, que este año ha estado dedicada a una causa muy emotiva. En esta edición, corrieron por Anna, una valiente niña con síndrome de Kabuki, que ha sido invitada a compartir esta experiencia con nosotros.
El objetivo de esta iniciativa fue, además de fomentar valores como la solidaridad y la empatía, recaudar fondos que irán íntegramente destinados a la asociación AEFA Kabuki, entidad que trabaja por la investigación, difusión y acompañamiento a las familias afectadas por este síndrome poco frecuente.
La actividad contó con la participación de todo el alumnado del centro, así como con la valiosa colaboración de personas del Centro Sociosanitariode Villena, que se unieron con entusiasmo y generosidad a esta causa solidaria.
Desde el colegio quieren agradecer profundamente la implicación de toda la comunidad educativa, del Centro Sociosanitario y, especialmente, a Anna y a su familia por haberles acompañado en este día tan significativo. Gracias a todos por correr con el corazón y sumar kilómetros de esperanza. 
@annakabuki 

2025 LOS AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO CON LA ILUSIÓN DE CONSEGUIR LA TORRE DEL OREJÓN

Os invitamos al encuentro festivo popular para reivindicar al Ayuntamiento la construcción de la torre con su Orejón, y que vuelva el Archivo Municipal. En esta ocasión nos acompañará la Asociación de Amigos del Camino de Santiago.
No te lo puedes perder.  Un minuto de tu tiempo es un granito de arena para elevar la torre y que de nuevo el Orejón se asome a su plaza. 
Recuerda
JUEVES  29 DE MAYO DE 2025
PLAZA MAYOR: 19,45 HORAS
Duración 15 minutos
Los niños no quieren leer un cuento quieren ver la torre, quieren que la torre sea una realidad. 
Asociaciones que se han unido a este encuentro festivo popular: Asociación Amigos del Camino de Santiago, Asociación de Vecinos las Virtudes, Familia Marco, Pepa Piruleta y Moni Moni, Apadis,  Agrupación de Fiestas de Navidad y Reyes Las Virtudes, Amif, Red Sanamente, Junta Central de Fiestas, Torbellino Animaciones, Asociación de Vecinos el Rabal, Asociación de Vecinos San Antón, Villena en Bici, Grupo de Danzas de Villena, Vasallos del Orejón, Juglàrea, Familia de Gaspar Archent, Agrupación Teatral Aquilino Juan Ocaña, Asociación Ermita de San José, Villena Cuéntame, El Orejón de Villena.
*** 
Si estás interesado que tu Asociación participe en estos encuentros festivo populares puedes contactar con cualquier miembro del Salicornio o bien enviando un correo a... elsalicornio@gmail.com

22 may 2025

1956 UN DÍA DE PASCUAS ENTRE VECINOS

Entrañable foto en un día de Pascuas de los vecinos de las calles La Virgen y Lepanto de Villena.
1ª Fila sentados de izquierda a derecha: 1ª Jerónima Hernández esposa de Juan Ramírez, 2º Juan Ramírez (Maestro de Obras), 3ª Rosario, madre del teniente de la Guardia Civil D. José Lozano, 4º Consuelo Tomás Menor "la Rusica" esposa de Pepe "el del Corral".
2ª Fila: 1º sentado en la canal de riego Vicente Gandía Francés el de "Quitapesares", 2º Virtudes Hernández Menor esposa de Vicente, 3º José Hernández Navarro "Pepe el del Corral", 4º Martina Martínez Cabanes (Tienda de comestibles), 5º "Niño" Eleuterio Gandía Martínez hijo de Martina y Antonio,  6º Antonio Gandía Frances hermano de Vicente "Quitapesares" y esposo de Martina.
3ª Fila: 1º Andrés Hernández Tomás hijo de Consuelo y Pepe, 2º Eleuterio Gandía Hernández investigador y poeta, hijo de Vicente "Quitapesares" y Virtudes, 3º Consuelo Hernández Tomás hija de Pepe y Consuelo y hermana de Andrés, 4º Francisco Ramírez Hernández (Maestro de obras) hijo de Juan Ramírez y Jerónima Hernández.
Foto cedida por… José García García – Pink Blue 

1981 CRISTIANOS EN EL NOCHE Y DÍA

Amigos de la Comparsa de Cristianos en la puerta del Bar Noche y Día en la gasolinera de la Losilla.
Pepe Micó, Pascual Pardo, Juan Pardo, Pascual (Puntalero), Jaime Sáez, Antonio Pardo, Daniel, Agustín, y Juan Carlos Serra.
Foto cedida por... Agustin Serrano Lillo

1945 MI AVENTURA "MILITAR" JUAN PALACIOS

Mi "aventura" militar.
Juan Palacios Clement, Villena 03/05/1927.
(Actualmente en Valencia 2016)
Servicio militar. (Voluntario)
"Agrupación de Tropas de Intendencia núm. 1. Madrid"
Del 15/07/1945 hasta 07/10/1947
Fotos cedida por... Juan Palacios Clement

1961 ESCULLAR, OXEAR, EL TRUQUE Y OTRAS COSAS

"Escullar", "Oxear", el "Truque" y otras cosas
Por Alfredo ROJAS
El «Truque», óleo de Pepe Menor
Creo en Villena como unidad determinada, como ciudad con sello propio, con estilo peculiar, destilado pacientemente en el alambique de una historia y una prehistoria en las que se dan sobradas circunstancias singulares, más que suficientes para definir una personalidad. Esto ya lo he dicho alguna vez; y muchos otros, más autorizados que yo, también. Además, el hecho es bien patente, a poco que se escudriñe en el estudio del alma de la ciudad, no por invisible menos presente, y de ese continuo latir en sus arterias que supone la eterna actividad de sus hijos.
Pero hay un peligro que gravita sobre los pueblos con personalidad y con historia. Sucesivas oleadas de circunstancias foráneas van modificando nuestra forma de ser, de hacer y de decir, cubriéndonos con el hábito de unas costumbres extrañas, copiadas casi inconscientemente en muchos casos, imitadas servilmente en otros. Así, vamos perdiendo lentamente características autóctonas; así, asistimos a la lenta desintegración de una personalidad. Y si el porvenir se nos presenta uniforme y deshumanizado, salpimentemos el presente, apoyándonos, siquiera sea unos instantes, en el perfume poético de lo que se escapa de entre los dedos, no sabemos si para bien o para mal...
Abandonemos un momento el alto taburete del moderno bar, la fría y niquelada barra brillante. Vayamos a buscar la penumbra de una antigua bodega, de techos altos, con una parte del suelo formada por inseguras tablas, donde aún se pisan las uvas cada otoño. Allí, tal vez nos espere un «recibidor» boca abajo, que sirva de mesa, cubierto con una hoja de periódico; sobre ella, unos trozos de tomate, con un generoso puñado de sal al lado. Y unos vasos bajos, achaparrados, de cristal grueso, que se van llenando directamente de un barril con grifo de madera, a través del cual sisea el vino, orlando los vasos de una fugitiva corona de espuma. La hora puede ser la del mediodía, cuando más grata es la penumbra, en contraste con el fuerte sol que triunfa en la calle. La bodega puede estar en «el Carril», con un ancho portón; en cualquier recoveco de una tortuosa calle del «Rabal»; o en una polvorienta calle de las que miran al campo, entre las tapias de un huerto y el postigo de una casa de labradores...
«La del alba sería...», dice Cervantes cuando inicia un capítulo del Quijote; y una ráfaga fresca y vivificante, al conjuro de la frase, nos hace ver al héroe saliendo de la venta hacia la llanura manchega, a la incierta luz Hoy, sin embargo, nos domina la rigurosidad de los guarismos, y desmenuzamos las horas para transformarlas en minutos, atenazando con números nuestros pasos. Ya casi perdidos los viejos e indeterminados módulos, sustituidos por la cifra, inexorable, es posible que si va usted a buscar a alguien en Villena, y no lo encuentra, le emplacen poéticamente para que vuelva «al oscurecer». Así; sin necesidad de reloj, de cifra; sin posibilidad de error, pero con dulce indeterminación. Vuelva usted,.. «al oscurecer».
—Mire usted—me dice el vendedor—: Los «de agua», los «peso» a cuatro pesetas; los «de año», a duro. Los de «agua» —prosigue—, están buenos. Los de año, «pa» decirle la verdad, están un poco «enteros». Como está principiando la temporada... Y emplea sin rebozo el verbo principiar, como si supiera que Azorín se complace en utilizarlo también.
A usted le dirán que van a servir la mesa; o que van a «poner» los platos; o que se va a servir la comida o la cena. Pues para expresar bien la idea de verter el yantar en el plato, hay un verbo, tan castellano como el Cid, pongo por caso. Y en Villena lo puede usted oír, no en muchos sitios ya, lamentablemente. Se trata del castizo escullar, contracción de escudillar, echar los alimentos en la escudilla, en el plato. Yo lo empleo siempre que llega la ocasión, y no me sonrojo por ello.
Oxear, otro verbo, de cuyo olvido se queja Azorín, se usa todavía ampliamente en Villena con una curiosa variante: la de aplicarlo a las moscas, con preferencia a hacerlo refiriéndose a las gallinas y aves domésticas. Y si usted va al mercado un jueves, en verano, y pregunta por un oxeador, le señalarán, sin dudar, el rincón donde vende mosqueros una gitana paragüera, que cambia de actividad a tenor de los cambios de estación que señala el almanaque. (Sin embargo, la gitana dice «usaores». Áteme, usted, Soler, esta mosca por el rabo).
Luces de la Ciudad (Foto Menor)
En Villena ya hay quien juega al póker; y, naturalmente, también tienen sus devotos, más numerosos, el tute y el julepe. Pero el juego de cartas castizo es el truque, que, a decir de los expertos, da ciento y raya, en lo que a entretenido se refiere, a todos los que dan nombre a cualquier forma de extender los naipes sobre una mesa. El truque es un juego de envite, socarrón, donde se miente y se gallea, donde, en ocasiones, se dan voces; y como en el mus, el jugador puede hacer señas a su compañero, sin faltar a las reglas del juego. Y no espere usted ver en él a jugadores pálidos, expectantes, nerviosos. Por el contrario, es alegre, divertido, y hasta —dicen—económico para el que no goza de los favores que otorga la diosa de los ojos vendados.
No caeré en el fácil tópico—falso, desde luego—de decir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Aceptemos lo nuevo, después de juzgar si nos conviene o no; pero no olvidemos lo nuestro, lo típico, lo racial; aquello que tiene unas raíces fuertemente ligadas a nuestra íntima forma de ser. Y vayamos despejándonos, si no hay otro remedio, de lo que juzguemos trasnochado, caduco; pero con dulzura, sin acritud, casi casi con reverencia.
Extraído de la Revista Villena de 1961

1955 PROGRAMA DE FIESTAS

PROGRAMA DE FIESTAS
Extracto del Programa Oficial de Festejos
Día 4, domingo 
A las doce, organizadas por el Moto-Club, se celebrarán diversas PRUEBAS MOTORIS­TAS, DE CINTAS, DE HABILIDAD, etc.
A la misma hora, en el Campo de la Celada, GRANDES CONCURSOS DE TIRO DE PICHÓN.
A las cinco de la tarde, NOVILLADA PICADA, Matadores El Tino, Medina y Lillo.
A las once de la noche, en la explanada del Circulo Agrícola Mercantil, Gran Concierto Musical por nuestra laureada Banda Municipal.
Finalizado éste, se disparará UNA TRACA desde el Círculo hasta la Avenida de José Antonio.
Día 5, lunes 

A las once y media, entrega de la MENCIÓN DE HONOR del año 1954 a la comparsa de Almogávares, en las Casas Consistoriales.
A las doce, después de izado el pabellón nacional en el balcón del Ayuntamiento, FIES­TA DEL PASODOBLE por las calles de costumbre.
A la una, inauguración de la Exposición de trabajos de los alumnos del Taller-Escuela Sin­dical de Formación Profesional de Villena. A continuación será inaugurada también la Expo­sición de Pintura, Escultura y Dibujo, organizada por el Departamento de Cultura y Arte del Frente de Juventudes.
A las cuatro de la tarde, ENTRADA DE LAS COMPARSAS DE MOROS Y CRISTIA­NOS para aguardar a la Santísima Virgen en las afueras de San Sebastián.
A la llegada de la Sagrada Imagen, Himno de Bienvenida en la capilla de los PP. Salesia­nos y procesión hasta el templo arciprestal de Santiago, donde se cantará una Gran Salve mientras la Virgen asciende hasta la cúspide de su Trono.
A las doce de la noche, Concierto Musical por la Banda Municipal de Alicante.
Día 6, martes 

A las siete de la mañana, DIANA por todas las comparsas.
A las ocho y media, en la Parroquial de Santiago, Misa de Comunión General.
A las diez, SOLEMNE MISA CANTADA en la misma iglesia. Las comparsas de Moros efectuarán las salvas de costumbre en el momento de alzar a Dios.
A la una, Concierto Musical por la Banda Municipal de la Ciudad.
A las seis, en el Hotel Alcoyano, tradicional comida que la comparsa de Moros Nuevos ofrece a los Ancianos asilados de la localidad.
A las ocho, en el templo de Santiago, solemne ROSARIO.
A las once, GRAN CABALGATA por todas las comparsas finalizando con el paso de la Carroza de la Reina de las fiestas y su Corte de Honor.
A la una de la madrugada, CASTILLO DE FUEGOS ARTIFICIALES en la calle de San Sebastián.

Día 7, miércoles 
A las siete de la mañana, DIANA por todas las comparsas.
A las diez, SOLEMNE MISA CANTADA en la parroquial de Santiago.
Las comparsas de Cristianos efectuarán las salvas de costumbre al alzar a Dios. A las diez, GRAN CARRERA CICLISTA.
A las doce, Concierto por la Banda Municipal.
A las doce y media, FIESTA de la FLOR, tomando parte Sras. y Srtas. de la localidad. A las cinco, GRAN NOVILLADA PICADA, por los diestros Gálvez, Chamaco y Vera. A las seis, GUERRILLA Y EMBAJADA DEL MORO AL CRISTIANO. Ocupado el cas­tillo por los Moros, colocarán en sus almenas la efigie de Mahoma.
A las ocho, en el templo de Santiago, solemne ROSARIO y GRAN SALVE. A las diez y media, RETRETA, por todas las comparsas.
A las once, Concierto por la Banda Municipal de la Ciudad.
A la una, en la Plaza de Santiago, ALBORADA anunciadora del día de Nuestra Patrona,
Día 8, jueves
A las siete de la mañana, DIANA por todas las comparsas.
A las nueve, Gran concurso de Palomas deportistas.
A las diez, SOLEMNE MISA en la iglesia arciprestal de Santiago con asistencia de todas las Autoridades y Jerarquías locales. Al alzar a Dios, todas las comparsas efectuarán las sal­vas de ordenanza a los acordes del Himno Nacional.
A las doce, Gran Concierto por nuestra Banda Municipal.
A las cinco, el gran espectáculo «Carrousel 1955», en la Plaza de Toros.
A las cinco y media, GUERRILLA y retirada del Bando Moro hasta el Castillo; EMBA­JADA DEL CRISTIANO AL MORO, triunfo de los Cristianos y deposición de la efigie de Mahoma para ser trasladada al vecino pueblo de Biar, según la tradicional costumbre.
A las siete y media, SOLEMNE PROCESION DE NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTU­DES, presidida por las Autoridades y jerarquías del Movimiento y precedida por todas las comparsas, acompañadas de sus respectivas Bandas de Música. Al regreso de la Imagen al templo de Santiago. Se cantará una GRAN SALVE.
Día 9, viernes
A las siete de la mañana, se iniciará la procesión que ha de acompañar a la "Morenica" desde la iglesia de Santiago hasta el paso a nivel de la carretera de Yecla.
Una vez llegada la Sagrada Imagen a su Santuario se cantará una Misa, recitándose a continuación la CONVERSION DEL MORO AL CRISTIANISMO.
A las doce, Concierto Musical por la Banda Municipal de Villena.
A las siete, ENTRADA DE LOS NUEVOS CAPITANES y ABANDERADOS desde las afueras de la calle de Cristóbal Amorós hasta sus respectivos domicilios.
A las once, audición musical por la Banda de la Ciudad.
A la una de la madrugada, como número final de los festejos, grandiosa TRACA desde la Avda. del Generalísimo hasta la histórica Puerta de Almansa.
Villena y septiembre de 1955.
Por la Comisión de Fiestas: El Presidente, José García Galbis.- El Secretario, Antonio Menor Valiente.
El Alcalde, Máximo García Luján. - El Secretario del Ayuntamiento, José M.' Trigueros Caballero. NOTA.-Los detalles ampliatorios de estos actos, así como los festejos extraoficiales tales como corridas de toros, competiciones deportivas, etc., serán reseñados en un programa que será profusamente repartido.
Revista Villena 1955
Cedida por... Elia Estevan.

1977 VILLENA A TRAVÉS DE LA CRÓNICA DE VICIANA

VILLENA a través de la Crónica de Viciana
por Sebastián García Martínez
Entre los historiadores valencianos de la Edad Moderna ocupa un lugar muy destacado Rafael Martín de Viciana (1502-1582), notario de Burriana y autor de una Crónica de Valencia en cuatro partes, que constituye la más importante obra en este campo con anterioridad a las Décadas de Gaspar Escolano (1610-1611). El libro primero, que comprendía desde los orígenes hasta la Reconquista, ha desaparecido totalmente. Los tres siguientes, que salieron a la luz entre 1564 y 1566, tratan respectivamente de la nobleza del País Valenciano, de la época comprendida entre Jaime I y Felipe II, y monográficamente — sobre las Germanías.
La preparación de la reimpresión facsimilar de los libros segundo, tercero y cuarto, por encargo del Departamento de Historia Moderna de la Universidad de Valencia (1), me ha permitido estudiar, con cierto detenimiento, el contenido de la Crónica y anotar las menciones relativas a Villena, que cubren un amplio espacio cronológico desde 1265 hasta 1560. Prescindiendo de la cuarta parte — cuyos datos sobre la participación villenense en la represión de las Germanías reservo (por razones de espacio) para otro momento — he intentado, en esta ocasión sistematizar aquellos pasajes de los libros segundo y tercero, concernientes a Villena. Puesto que hasta 1476 fue una villa de señorío, no extrañará que la inmensa mayoría de las referencias versen sobre los magnates que, con diversos títulos, la dominaron durante la Baja Edad Media: los Manuel, don Alfonso de Aragón, María de Castilla, don Enrique de Aragón, los Pacheco. Y, menos todavía, que — dada la óptica del autor ¬se incline decididamente, en algunos aspectos controvertidos, hacia interpretaciones favorables al Reino de Valencia y a la Corona de Aragón en detrimento de la perspectiva castellana. En todo caso las noticias y opiniones de Viciana — de diverso valor y alcance historiográfico — aportan a la problemática de Villena otro enfoque, discutible a veces, pero no carente de interés. Para contrastarlo me he valido principalmente de los documentados trabajos de José María Soler, a quien tanto debe la Historia villenense y a quien hay que recurrir siempre que se trate cualquier cuestión con ella relacionada.

EL INFANTE DON MANUEL DE CASTILLA,  SEÑOR DE VILLENA
El linaje manuelino, que poseyó Villena con distintos títulos — señor, duque, príncipe — durante más de un siglo (h. 1261-1366) no podía estar ausente de la Crónica de Viciana. Las referencias más numerosas del historiador valenciano versan sobre la época del infante don Manuel, hermano de Alfonso X el Sabio y primer señor de Villena. Es sabido que en 1265 Jaime 1 el Conquistador —suegro a un tiempo del rey y del infante de Castilla — recobró el reino de Murcia y el señorío de Villena (cuyos vasallos musulmanes se habían sublevado en 1261, instigados por los granadinos) para devolverlos magnánima y respectivamente a sus yernos Alfonso X y don Manuel. El cronista, tras narrar la recuperación de Murcia, escribe:
«Otrosí socorrió el rey don Jayme al Infante don Manuel de Castilla, y le recobró Villena, Elda y Petrer, que los Agarenos a la sazón le hauían tomado.
En esta jornada siruieron muy bien al nunca vencido rey don Jayme: la ciudad de Teruel, con mil cargas de trigo, dos mil cargas de ceuada, veynte mil carneros y dos mil vacas; don Ramón de Moncada y don Ramón de Cardona, con dos mil caualleros Catalanes; don Guillem de Rocafull de Montpoller y deudo de la Reyna doña María; Bernardo Vilanoua, cauallero Catalán; don Ramón de Rocamora, hijo del Señor de Rocamoura en Francia, descendiente de la casa real de Francia (...). De manera que bien tenemos entendido que el triumpho desta conquista se deue y es del siempre vencedor Rey don Jayme de Aragón: porque el rey don Alonso de Castilla, su hierno, Murcia y su tierra se le rindió y no arrojó lanca ni tiró espada para ganarla. Pero este victorioso rey. a los apercebidos y fortificados acometió y venció, y lo que ya estaua perdido a su costa recobró y reintegró a su hierno como hauemos dicho» (2).
Este texto, que aporta interesantes datos sobre la contribución catalana y aragonesa a la empresa, apunta, por otra parte, a la mitificación de don Jaime, habitual entre los historiadores de la Corona de Aragón. En esa línea el autor insiste en el indudable mérito militar del Conquistador; pero no alude a las motivaciones de la devolución fueran su generosidad o, más probablemente, el designio de entregar el reino de Murcia a don Manuel, que fracasó por manejos de Alfonso X (3). En todo caso, la «graciosa» donación de las tierras nuevamente expugnadas al rey y al infante de Castilla constituyó uno de los no escasos y más graves errores políticos de don Jaime, frustrándose así otra magnífica ocasión de ampliar en profundidad los límites meridionales de la Corona aragonesa.
En el testamento del Conquistador, firmado el 26 de agosto de 1272 — y que Martín de Viciana incluye traducido al castellano — hay dos menciones a su hija Constanza de Aragón, mujer del señor de Villena, relativas a la línea sucesoria y al legado correspondiente. Tras proceder a la nociva división de sus estados entre sus hijos legítimos don Pedro (reinos peninsulares) y don Jaime de Aragón (Mallorca y condados traspire-paicos) establece el monarca el orden de sucesión en los hijos varones de ambos infantes; en los descendientes de sus bastardos don Jaime de Jérica y don Pedro de Ayerbe; y, en su defecto, en los hijos de doña Violante (esposa de Alfonso X el Sabio), en los de doña Constanza y, por último, en los de doña Isabel de Aragón, reina de Francia (4). La marginación de la línea femenina, pospuesta a la ilegítima, tenía una clara intencionalidad política para prever cualquier contingencia que implicara injerencias castellanas o francesas. Por último, mientras que los bastardos obtuvieron algunos castillos y villas, los descendientes de las hijas de don Jaime hubieron de contentarse con los residuos de las dotes, según fórmula similar a la contenida en el caso de Constanza de Arazón:
«Mas que los hijos de doña Constança, hija nuestra, e del infante don Manuel, hermano del illustre rey de Castilla, e nietos nuestros, instituymos herederos en la recámara y otros bienes que dimos a su madre en tiempo de la celebración de su matrimonio. Y con ello queremos se tengan por contentos» (5).
Todavía en dos pasajes relativos a Elche, alude el cronista a don Manuel. Al describir esta villa, anota:
«También ay otro Monasterio de fray-les de la orden de la Merced, donde residen doze frayles. Este monesterio fundó el Infante de Castilla don Manuel, siendo Señor de Elig» (6).
Y más adelante:
«En Elig me mostraron sus priuilegios; y dellos vi que el Infante don Manuel, señor de Villena, con priuilegio dado en Murcia a dos de junio, año de mil dozientos y setenta y seys, hizo merced a Elig del agua de Villena» (7).
Esta concesión confirma el derecho prioritario de Elche a utilizar las aguas sobrantes de Villena, que mantuvo monopolísticamente desde 1270 (8) hasta 1386 (9), para abocar luego en una dilatada disputa entre los pueblos de la cuenca media y baja del Vinalopó (10).
LA EPOCA DE DON JUAN MANUEL
Del segundo matrimonio de don Manuel de Castilla con doña Beatriz de Saboya nació don Juan Manuel (1282-1348), hijo de infante, pero no infante él mismo, segundo señor y primer duque y príncipe de Villena, y una de las figuras capitales de la política peninsular del siglo XIV y de la literatura castellana medieval (11). Sobre su actividad sólo recoge el historiador valenciano esta escueta noticia:
«Don Joan, hijo del infante don Manuel, con priuilegio dado en Huete a ocho de Febrero, año de mil dozientos y ochenta y quatro, hizo merced a Elig del puerto de Santa Pola» (12).
Caso de no haber habido error de fechas por parte de Viciana, es evidente que no se puede atribuir la intencionalidad de la donación a don Juan Manuel, que entonces no habría cumplido dos años, sino a quien ejerciera la tutoría.
Aunque, como hemos indicado, es ésta la única alusión directa a don Juan Manuel, parece encajar también en la turbulenta etapa que protagonizó el ilustre magnate, parte del siguiente texto, relativo a Biar:
«La gente desta villa ha sido siempre bellicosa, según lo tenemos entendido de guando eran Agarenos, que no huuo castillo ni villa en este reyno que tantos días se defendiesse del Rey sin poder la entrar. Pues en las guerras de Castilla contra el Reyno de Valencia, siempre los de Biar ganaron honra en muchos rencuentros y correrías que hizieron contra los de Villena: y especialmente en vna jornada que los corrieron hasta encerrarlos en la ciudad, y les metieron fuego en sus casas: y por ende el rey don Pedro con priuilegio dado en Valencia a XI de Deziembre año MCCCI, dize que por quanto los vezinos de Biar hauían hecho gran-des gastos en la guerra contra Castilla, les haze merced y enfranquece para siempre del derecho de morabatí. Y con otro priuilegio dado en Valencia a XI de Henero, año MCCCXXXVII, el rey, considerando la mucha valor de los hombres de Biar: y los grandes gastos que hizieron en las guerras contra Castellanos, los enfranquecía del monedage para siempre» (13).
Independientemente del tufillo triunfalista que rezuman las frases precedentes (14) y del anacronismo de llamar ciudad a Villena en unos hechos situados en los siglos XIII y XIV (15), yerra el autor al atribuir el privilegio de 1301 (si no se trata de una errata) al rey don Pedro, pues en dicho año gobernaba la Corona de Aragón Jaime 11 (1291-1327). Sí que encaja, en cambio, el segundo privilegio en la época de Pedro IV el Ceremonioso (1366-87), aunque los mayores conflictos con Castilla fueron posteriores, contra Pedro I el Cruel (1350-69).
Lo curioso es que la única razzia individualizada de Biar contra Villena — fuego incluido—que el autor parece situar con anterioridad a 1301 (y por tanto durante los primeros años del señorío de don Juan Manuel) es quizá bastante posterior. En las respuestas despachadas por los oficiales de Villena en 1575 al cuestionario remitido por Felipe II, existe un fragmento con evidentes paralelismos respecto al texto de Viciana (16), fragmento que José María Soler sitúa en 1429 (17), esto es en tiempos del infante don Enrique de Aragón, tercer duque de Villena.
LA DECADENCIA DEL LINAJE MANUELINO
La muerte de don Juan Manuel implicó la decadencia de su extenso señorío feudal, sin que su hijo don Fernando Manuel de la Cerda y Lara (1348-50), que falleció posiblemente envenenado, y menos todavía su nieta doña Blanca Manuel (1350-60), que corrió igual suerte pese a ser una niña (18), pudieran enderezar la situación. Durante estos críticos años, que enmarcaron en Castilla el turbulento reinado de Pedro I el Cruel y la enconada guerra con Pedro IV de Aragón, hay que ubicar nuevas hazañas fronterizas, esta vez a cargo de Onteniente:
«Y porque hauemos dicho que la gente de Fontinent es valiente hallamos que en tiempo del rey don Pedro de Castilla los de Fontinent, defendieron muy bien la tierra y avn corrieron los enemigos, hasta encerrarlos en Vi-llena: y por esto el rey de Aragón les hizo muchas mercedes» (19).
Como puede observarse el historiador valenciano repite, aunque con mayor brevedad, la estructura del texto relativo a Biar (20), si bien ahora admite la existencia de acciones defensivas, que lógicamente debieron alternar con las ofensivas, tratándose de choques limítrofes.
La última mención al linaje de los Manuel es una corta (y errónea) anotación a propósito de Enrique II de Castilla:
«Don Enrique casó con doña Juana, hija del infante don Manuel de la Cerda» (21).
Esta doña Juana Manuel de la Cerda y Lara (que efectivamente casó con Enrique de Trastámara en 1350) no era hija de quien dice el cronista, sino de don Juan Manuel y de doña Blanca de la Cerda y Lara y, al morir su sobrina (doña Blanca Manuel) pasó a ser quinta señora de Villena (1360-66), como hermana de don Fernando Manuel de la Cerda y Lara. De esta manera, cuando Enrique se convirtió en rey de Castilla — tras la tragedia de Montiel — su esposa aportó a la corona el enorme patrimonio de los estados manuelinos (22).
DON ALFONSO DE ARAGON, PRIMER MARQUES DE VILLENA
Enrique el de las Mercedes, haciendo honor al apelativo, donó (previo consentimiento de su esposa) el señorío de Villena, con el título de marquesado, a uno de sus más fervientes partidarios en la lucha fratricida con Pedro el Cruel don Alfonso de Aragón, hijo del infante don Pedro y nieto del rey Jaime II, conde de Ribagorza y Denia, y más tarde Condestable de Castilla y duque de Gandía. La donación, confirmada en las Cortes de Burgos (1366), establecía el primer marquesado que existió en tierras castellanas (23). Desde esta fecha hasta 1445 — cuando Juan II otorgó el título a don Juan Pacheco—transcurre otra etapa bien definida en la historia del señorío villenense, que encontró algún reflejo en la Crónica de Rafael Martín de Viciana. Así, al describir la batalla de Nájera (1367), donde fue derrotado Enrique de Trastámara, enumera entre los nobles que fueron aprisionados — al «Conde de Denia y Marqués de Villena» (24).
Poco después, al referirse a Pedro IV    Aragón, cita al «Conde de Pradas, hermano del Marqués de Villena» entre los miembros del consejo real partidarios de un entendimiento con Enrique II (25), cosa bien lógica por otra parte.
La mención más extensa sobre don Alfonso viene contenida en las páginas dedicadas al ducado de Gandía:
«Este título de Duque tomó su principio a XIII de Abril año de MCCCLXXXIX, que el rey don Martín de Aragón se coronó en Caragoça e dio título de Duque de Candía a don Alonso de Aragón que ya era marqués de Villena y Conde de Ribagorça; y por más honrarle después el rey le besó y le puso en la cabeca vn chapeo guarnescido de muschas piedras preciosas. Este Duque de Candía a X de Ebrero año de MCCCCXIIII, coronándose en la yglesia de Caragoça el rey don Fernando, armó cauallero al rey, porque _el rey se lo mandó por la dignidad, sangre y estados que tenía» (26).
Este fragmento, bien expresivo de la prepotencia de don Alfonso en el ámbito aragonés y del aprecio que se granjeó por parte de Martín I y de Fernando de Antequera, contiene sin embargo una equivocación: en 1399, al ser creado duque de Gandía, hacía cuatro años que había sido desposeído del marquesado de Villena. En efecto, la privilegiadísima posición que gozó en Castilla en vida de Enrique II, no sobrevivió mucho tiempo a su protector, fallecido en 1379. So pretexto de que no había ocupado uno de los puestos de tutor de Enrique III, fue despojado de la dignidad de Condestable de Castilla (1390) y luego, concluida la minoría, el propio monarca le arrebató, con motivos especiosos, los estados villenenses, ya anexados a la corona de 1395. De esta manera se conjuraba el peligro que para Castilla suponía la posesión del extenso y estratégico marquesado de Villena en manos de un noble aragonés, señor de Ribagorza y Denia, futuro duque de Gandía y además de sangre real (27). No en balde, don Alfonso habría de ser uno de los candidatos a la sucesión de Martín I, como recoge Viciana (28), si bien los compromisarios de Caspe se inclinaron por Fernando de Antequera, quien guardó a su anciano rival las consideraciones descritas.
El despojo impidió que el marquesado de Villena fuera heredado por sus hijos, don Alfonso y don Pedro de Aragón y Arenós (muerto éste en Aljubarrota) y por su nieto don Enrique de Villena, el «Astrólogo» (1384-1433), figura señera de la literatura y de la ciencia hispánicas del siglo XV (29). Sin embargo, cuando el autor anota las fechas en que fueron elegidas abadesas del monasterio de Santa Clara en Játiva, aún escribe:
«A XVII de Julio, año MCCCCXIX, doña Yolante de Aragón, hija de don Pedro de Aragón, Marqués de Villena» (30).
Ahora bien, tampoco don Enrique de Villena, hijo de don Pedro, consiguió que se reconocieran sus derechos al título, por más que pleiteara en este sentido (30-bis).
MARIA DE CASTILLA, SEGUNDA DUQUESA DE VILLENA
Al fallecer Enrique III en 1406, su viuda Catalina de Lancaster convino con el otro regente de Castilla durante la minoría de Juan II — Fernando de Antequera — el matrimonio de sus respectivos hijos, los infantes María y Alfonso, «dotándose, a nombre del Rey niño, con las tierras del Marquesado, pero con título de Ducado» (31). En consecuencia María de Castilla se convirtió, desde fines de 1409, en la segunda duquesa de Villena. La sentencia de Caspe alteró notoriamente este panorama, pues el infante don Alfonso, duque-consorte de Villena, sería pronto jurado heredero de la Corona de Aragón, que llegaría a regir efectivamente como Alfonso V en 1416. El historiador valenciano alude a la boda, al hablar del Magnánimo:
«Fue casado con doña María, hija del rey don Enrique de Castilla, con dote de dozientas mil doblas de oro castellanas» (32).
Pero conviene indicar que esta fuerte suma fue aportada a cambio de que los estados villenenses fueran reintegrados a la Corona de Castilla (33), puesto que su mantenimiento en manos no castellanas (y más en poder del rey de Aragón) significaría una grave amenaza para la estabilidad de aquélla.
EL INFANTE DON ENRIQUE DE ARAGON, TERCER DUQUE DE VILLENA
Ello se puso de relieve en 1420 cuando otro de los hijos de Fernando de Antequera — el infante don Enrique de Aragón — comprometido en las banderías que convulsionaron la Castilla de Juan II, unió a sus títulos catalanes (condado de Ampurias) y castellanos (el maestrazgo de la orden de Santiago (34), el condado de Alburquerque y el señorío de*Ledesma) las tierras del marquesado villenense, que reclamó como dote de su esposa la infanta Catalina. Sobre este turbulento infante, emparentado con las Casas reales de ambas coronas (hermano de Alfonso V el Magnánimo y de Juan II de Aragón y Navarra, cuñado y primo de Juan II de Castilla) inserta Viciana un extenso pasaje (35). que inicia hablando de la descendencia de Fernando de Antequera:
«Don Henrique. tercero génito, fue Maestre de Sanctiago. Duque de Alburquerque (36). Conde de Lesma (37). señor de las siete villas del Marquesado de Villena (...). El dicho don Henrique presidió en el maestrazgo XXXI año: y casóse con su prima doña Catherina. Infanta, hija de don Joan segundo, Rey de Castilla, nombrada la hermosa y de ruuios cabellos: concluyeron el matrimonio a XII de Julio, año MCCCCXX. Y luego entre el rey y su cuñado nascieron algunos enojos, por ciertos respectos y especialmente porque el Infante pretendía hauer con la dote de su muger el Marquesado de Villena y otras tierras (38). Y no faltaron émulos y reboluedores, que procuraron con el Rey que mandasse prender al Maestre su cuñado. Y de hecho a XIIII de Junio, año MCCCCXXII fue preso y encastillado en el castillo de Mora de Castilla. Y guando la Infanta, que estaua en Ocaña, supo la prisión de su marido: partió luego para la villa de Segura: y de allí se vino a esta ciudad de Valencia, donde por los Valencianos fue bien rescebida, seruida, y con dineros socorrida para su necessidad: y con cartas auisó a los Reyes sus cuñados, pues no tenía otro mejor arrimo. Fue detenido el Infante en el castillo hasta diez de Octubre, año de MCCCCXXV y estuuiera algo y mucho más tiempo, si no fuera que los Reyes con guerras crueles apretaron tanto al Rey de Castilla, que por fuerza huuo de poner en libertad al infante: y entonces cessaron las guerras (39). Fue este infante de los más osados, valientes y diestros caualleros que en sus días se hallaron: y assí hizo dos entradas contra infieles en el reyno de Granada, año de MCCCCXXVIII y año MCCCCXXVIIII que arruynó muchos lugares (40) que dende los Agarenos no le osauan esperar. Casó segunda vez con doña Beatriz, hija de don Rodrigo Alonso Pimentel, Conde de Benauente, de quien procedió a XI de Junio año MCCCCXXV don Henrique: y el padre murió en Calatayud a XV de Nouiembre del mismo año de vna herida que tuuo en la mano en la batalla de Olmedo: y la infanta murió año de MDLV» (41).
Este texto, aparte de alguna imprecisión (la infanta Catalina no era hija sino hermana de Juan II) constituye una clara apología del personaje. cuyas cualidades son explicitadas (42), mientras que los aspectos negativos son hábilmente tergiversados o escamoteados, en especial su actuación en Castilla, de la cual fue don Enrique uno de los más eficaces «reboluedores», en unión de sus otros hermanos, don Pedro y don Sancho — los «Infantes de Aragón» — de las coplas manriqueñas.
En efecto, omite el cronista que en 1420 don Enrique de Aragón «se apoderó en Tordesillas de la persona del Rey so pretexto de defenderlo contra la turba de vasallos que lo dominaban. En estas circunstancias, consiguió desposarse con la infanta doña Catalina, hermana del Rey, y que se le entregara en dote el antiguo Marquesado de Villena, elevado a la categoría ducal, como ya lo había poseído su cuñada doña María antes de su matrimonio con el Rey de Aragón» (43). Así pues, no hacían falta «émulos» para avivar los «enojos» de Juan II, que provocarían el merecido encastillamiento del inquieto prócer. Las tierras villenenses que el autor presenta como pretensión del infante (al que sólo titula «señor de las siete villas del Marquesado de Villena») fueron exigidas como dote de la rubia Catalina y poseídas realmente por don Enrique de Aragón en calidad de tercer duque de Villena (44). Más tarde sería despojado del ducado, que revertiría a la Corona, así como de casi todos sus títulos castellanos (45).
Por lo demás otros pasajes de la Crónica inciden sobre la liberación, títulos valenciano y descendencia de don Enrique. En el primer aspecto figuran las recompensas obtenidas por Gabriel de Azagra (46) y don Ramón de Perillós (47), entre otros motivos por su intervención a favor del infante. Por otra parte — y quizá para compensar la pérdida de influencia en Castilla (que le había dejado prácticamente reducido al condado de Ampurias) — recibió de su hermano el Magnánimo la ciudad de Segorbe; las baronías de Paterna y Navajas; los castillos y valles de Uxó y Suera; el castillo y sierra de Eslida; los castillos y villas de Benaguacil y Puebla; los castillos de Castro y Villahalit; y los lugares de Xeldo, Fanzara y otros:
«Todos estos estados dio el Rey don Alonso al Infante don Henrique su hermano y a sus descendientes, con toda jurisdicción alta y baxa, mero y mixto imperio, según paresce por dos priuilegios hechos, el vno, año MCCCCXXV. Y el otro MCCCCXXXVIII» (48).
Viciana no podía, por último obviar el conflictivo tema que agrió las relaciones entre Villena y el Reino de Valencia durante varios siglos: la disputa con Caudete por la zona de los Alhorines. En el libro tercero, al tratar de esta villa, escribe lo siguiente:
«Capdet dista de Valencia XVII leguas y su término es contornado de Biar, Fuente de la Higuera, Fontinent y Castilla, aun que Villena le tiene vsurpada vna manga de término, y pone a Capdet y su término dentro en Castilla: lo que no se ha de creer que el reyno de Valencia tenga vna villa ayslada dentro en Castilla. Y esto que pretende Vi-llena, procede de guando Capdet fue arruynado por las guerras, y no hauía quién sus derechos defendiesse, Villena se enseñoreó y aproprió para sí toda aquella manga de tierra. Y pues los de Capdet fueron pocos con poco campo de labrana se sustentauan. En este medio los de Villena entrauan harando por los campos de Bugarra, cogiendo los panes y aplicándose los campos: y en este passaron muchos años hasta que los de Capdet crescieron en número y poder: y quisieron cobrar todo su término y hechar dél a los de Villena. Entonces los de Villena por su pretendida possessión firmaron de derecho, por lo qual anda el pleyto y dura hasta agora» (62).
Este texto no es sino un conglomerado de errores, inexactitudes y vaguedades. En manera alguna convencen la argumentación del enclave y la inconcreción en cuanto a la agresión viIlenense — como ha señalado José María Soler (63) — ni la pretendida indefensión de Caudete, villa que contó con el apoyo, dentro y fuera de Cortes, del Reino de Valencia (64) y con la entusiasta colaboración — incluso en el recurso a la violencia — de Onteniente, Biar y Fuente la Higuera, entre otros lugares del País Valenciano. Pero sobre todo no cabe hablar de «usurpación», porque los Alhorines nunca fueron de Caudete como ha demostrado cumplidamente Soler en un espléndido y reciente trabajo (65). Viciana, en suma, muy lejos de los hechos originarios, repite los tópicos habituales y se hace eco — como es lógico — del interesado punto de vista valenciano ante el complejo problema, que seguiría debatiéndose todavía durante muchos años.
NOTAS
(1) VICIANA, Martín de: Chrónyca de la ínclita y coronada ciudad de Valencia y de su reyno. Reimpresión facsímil de las ediciones de Valencia (1564 y 1566) y Barcelona (1566), estudio preliminar e índices por S. García Martínez. Valencia, 1972-77, 4 vols.
(2) Ibid, III, 340.
(3) SOLER GARCIA. J. M.: La relación de Villena de 1575. Edición comentada y Apéndice documental. Alicante, 1974, 2.a edición, 88 y 89.
(4) VICIANA, III, 77.
(5) Ibid, 78.
(6) VICIANA, II, 101.
(7) Ibid, 102.
(8) Cuando el mismo don Manuel permitió a los pobladores de Elche llevar el agua de Villena y permitió ayudarles con la mitad de su coste (SOLER GARCIA, J. M., op. cit. 173).
(9) Fecha en que el marqués de Villena, don Alfonso de Aragón, otorgó las sobrantes a Elda (Ibid., Doc XXVI, 264 y 265).
(10) GARCIA MARTINEZ, S.: «Evolución agraria de Villena hasta fines del siglo XIX». Saitabi, XIV (1964), 186 y ss. y «La cuestión de aguas 1908-1913». Villena, XVI (1966).
(11) SOLER GARCIA, J. M., op. cit., 91-94.
(12) VICIANA, II, 102.
(13) Ibid, III, 366.
(14) En especial el inefable siempre aplicado a «muchos reencuentros» de lo que cabe desconfiar a priori, en virtud del carácter peculiar de las correrías fronterizas.
Estas tierras integrarían el señorío de Segorbe que heredó, con el título de duque, su hijo don Enrique de Aragón y de Sicilia. conocido como el Infante Fortuna (49) y luego su nieto don Alfonso de Aragón. que acrecentó enormemente su patrimonio al casarse con la duquesa heredera de Cardona (50).
LOS PACHECO, MARQUESES DE VILLENA
El 12 de septiembre de 1445 Juan II de Castilla hizo marqués de Villena a don Juan Pacheco, Mayordomo Mayor de su hijo el infante don Enrique de Castilla. Con esta merced, el rey premiaba la destacada actuación de aquél en la batalla de Olmedo, en la que fueron derrotados Juan II de Aragón y Navarra y su hermano el infante don Enrique de Aragón, exduque de Villena; pero sobre todo cedía a los ruegos de su hijo, cuya voluntad había sido ya captada por Pacheco. Desde entonces y hasta la rebelión de los vasallos en 1476 transcurre el último período de la historia del señorío villenense, al que Martín de Viciana no presta tanta atención como a los precedentes, sin duda por su menor relación con la problemática de la Corona aragonesa. Acerca de don Juan Pacheco, segundo marqués de Villena y privado de Enrique IV, sólo incluye una breve alusión al relacionar los maestres de la Orden de Santiago:
«Don Juan Pacheco fue electo maestre por el prior del convento de Uclés y por los trezes. Y confirmado por Papa Sixto quarto; presidió seys años y murió» (51).
El plazo que señala Viciana fue más amplio, puesto que don Juan fue investido con el maestrazgo en 1467 — fecha en la que cedió el marquesado de Villena a su hijo don Diego — y falleció el 4 de octubre de 1474 (52). Al controlar la primera de las órdenes militares castellanas, cumplía Pacheco una de sus mayores ambiciones, conseguida tras no pocas intrigas (53).
Asimismo sintética, y sobre la misma cuestión, es la referencia a don Diego López Pacheco, tercer marqués de Villena y último con dominio efectivo sobre todas las tierras que integraron el señorío:
«El marqués de Villena, hijo de don Juan Pacheco, fue electo maestre y murió antes de hauer la confirmación del Papa» (54).
La designación de don Diego, enormemente conflictiva (55), fue inoperante debido a la oposición de los Reyes Católicos (56). En efecto, el marqués se vio envuelto, como tutor de doña Juana la Beltraneja, en el conflicto sucesorio planteado a la muerte de Enrique IV de Castilla. Los vecinos de Villena y de otros lugares del marquesado, azuzados por Isabel y Fernando, se alzaron en 1476 contra su señor y consiguieron sacudir el yugo feudal (57). En estas circunstancias don Diego perdió buena parte de sus posesiones patrimoniales, que pasaron a la corona, y por supuesto el maestrazgo de Santiago, absorbido finalmente por los monarcas, al igual que los maestrazgos de las otras órdenes militares. Unas alusiones marginales a la hija de don Juan Pacheco (58) y a los descendientes de don Diego (59) — que conservaron el título aunque no las tierras de Villena — completan las relativas a esta familia que trae la Crónica de Martín de Viciana.
OTRAS REFERENCIAS A VILLENA
En la segunda parte de la obra, marcada por una fuerte impronta genealógica, se contiene, junto a varias menciones de tipo incidental (60), otra de mayor entidad, dedicada al linaje Tárrega, contemporáneo del autor:
«De la Familia de Tárrega.
Mossén Gaspar de Tárrega y su hermano Bernardo, Miguel luan de Tárrega, Alcayde de Villena, son Hidalgos y tienen probada su generosidad con sentencia dada del Juez Ordinario desta Ciudad, en el año de 1560. Su Solar conocido en Villafranca de Panadés en Cathaluña, de donde vino Gaspar de Tárrega a servir al Rey Cathólico en la jornada de Villena; al qual el Rey dio en Tenencia los Castillos de Villena y Almansa, y donde sus hijos y nietos han tenido la dicha Tenencia.
Las Armas desta Familia son vn Escudo en el tercio de la cabeza, campo de oro, media Aguila de sable con dos cabezas, y en los dos tercios baxos tres Ramos de Taray, árbol de sinoble con fruto de Gules, y vna venda que ata los troncos de los tres ramos, y por timbre vn yelmo cerrado». (61).
(15) El título de ciudad fue otorgado a la villa de Villena por Carlos I el 25 de febrero de 1525 (SOLER GARCIA, J. M., op. cit., Doc CXXX, 506-508).
(16) «En la ciudad de Villena, en tiempo que Castilla tenía guera con el reyno de Valencia, muy gran copia de gente del reyno de Valencia, vinieron contra esta ciudad Villena y entraron por sus arravales quemándolos, y entraran de hecho dentro de lo cercado de la ciudad si no cerraran las puertas con una puerta levadiza que estava pendiente en maromas, que dexándola, cerró e atajó la entrada; y en las armas que contra ellos se hizieron mataron alguna gente y entre otros mataron dos honbres principales e nobles que se dezían los Mellinas, en cuya memoria, en la parte do acaesció su muerte se puso una cruz grande de piedra» (Ibid., 37).
(17) Ibid., 143.
(18) Ibid., 94 y 95.
(19) VICIANA, lll, 360 y 361.
(20) Elogio (más moderado) de la valentía; escaramuzas defensivas y ofensivas (ésta casi con los mismos términos, pero excluyendo el fuego); y mercedes reales (sin concretar cuáles ni por quién).
(21) VICIANA, III, 173.
(22) SOLER GARCIA, J. M., op. cit., 95 y 96.
(23) Ibid, 97.
(24) VICIANA, III, 24. Por cierto que. para liberarse, tuvo que dejar en rehenes de los ingleses a sus dos hijos don Alfonso y don Pedro (SOLER GARCIA. J. M., op. cit., 97).
(25) VICIANA, III, 30.
(26) Ibid, II, 25.
(27) «Pues no veían con buenos ojos que un territorio tan importante y frontero de Aragón se hallase en manos de un descendiente de los monarcas de este reino» (SOLER GARCIA, J. M., op. cit., 98).
(28) VICIANA, III, 141.
(29) SOLER GARCIA, J. M.: Villena. Prehistoria-Historia-Monumentos. Alicante, 1976, 93-95 y 110.
(30) VICIANA, III, 334. Quizá el fundamento de esta atribución resida en que don Alfonso «había cedido el señorío a su segundo hijo, D. Pedro, reteniendo el usufructo durante su vida», aunque en 1395 «el Rey se dirige ya a Villena, llamándola su villa» (SOLER GARCIA, J. M.: La relación..., 98).
(30 bis) Sobre otra de sus pretensiones (el maestrazgo de Calatrava) tuvo mejor fortuna. Viciana, al tratar de los mandatarios de esta orden, anota en el lugar vigésimo: «Don Enrique, nieto del rey don Enrique, presidió diez años» (III, 159). Estos diez años son los comprendidos entre 1404 y 1414, en que el Capítulo de la Orden declaró nula una elección debida al favoritismo del Monarca (COTARELO, Emilio: «Don Enrique de Villena», Madrid, 1896, 29-32).
(31) Ibid., 99.
(32) VICIANA, III, 146
(33) SOLER GARCIA, J. M.: La relación..., 100.
(34) El 10 de febrero de 1414, Fernando I, tras coronarse rey de Aragón en Zaragoza, armó caballeros a sus cinco hijos, otorgándoles diversos títulos, de los cuales correspondió a don Enrique el de maestre de Santiago (VICIANA, III, 145).
(35) Ibid., II, 70 y 71. La rareza de este Libro segundo de la Chronyca de la ínclita y coronada ciudad de Valencia y  de sv reyno, del que sólo pudimos disponer de un ejemplar incompleto (114 páginas), nos forzó a completarlo en nuestra edición facsimilar con las páginas 115 a 169 procedentes de una de las reimpresiones. En ellas el autor vuelve a tratar de la familia Aragón (p. 115 a 118) introduciendo algunas variantes y modificaciones, de las cuales anotaremos las más significativas.
(36) Aunque Viciana escribe, en ambas variantes, «duque de Alburquerque» (título que ya existía en su época) se trata de un anacronismo, pues en tiempos de don Enrique era sólo condado (Cfr. nota 44).
(37) «Conde de Lerma» (VICIANA, II, 115). Las dos variantes son erróneas por erratas de imprenta («Lesma» y «Lerma» en vez de «Ledesma») y también por equivocación del autor («Conde» por «Señor»). El título correcto era, pues, «señor de Ledesma» (Cfr. nota 44).
(38) «Y luego entre el Rey y su cuñado nacieron algunos enojos de interesses, porque el Infante pretendía haver, con la Adote de su Muger, el Marquesado de Villena y
otras Tierras. Y como esto es publicasse, y el Rey Don luan quería abonar su parte, escrivió ciertas cartas a vn Cavallero de la Casa de Moncayo en Aragón, para que aquello tratasse con los hermanos del Infante, según dichas cartas tratamos extensamente en el Libro de Nobleza e Hidalguía, en el «Título de Moncayo. Empero, no faltaron émulos, que procuraron con el Rey (...) (VICIANA, II, 116).
(39) «Estuvo el Infante preso hasta 10 de Octubre de 1424 y estuviera mucho más, sino fuera por la muy cruel guerra que los Reyes hizieron en Castilla; y assí el Rey de Castilla puso en libertad al Infante y las guerras cessaron» (Ibid.). Puesto que don Enrique permaneció en prisión dos años, la fecha correcta de su liberación fue la de 1424 y no la de 1425, como aparece en la primera variante.
(40) «...y arruynó muchos Lugares, en los quales tomó más de quinientos Agarenos; a todos los quales mandó cortar las orejas y libertelos, de que todos los de la tierra de Granada quedaron amedrentados, que en oír el nombre del Infante, no le ossavan esperar» (Ibir).
(41) «...y la Infanta murió año de 1455» (Ibid). Evidentemente ésta es la fecha verdadera y no la de 1555, que por errata aparece en la primera versión.
(42) En la breve reseña que Viciana hace de los maestres de Santiago en la tercera parte de su Crónica, repite asimismo, aunque más condensadamente, los elogios: «Don Enrique, infante e hijo del rey don Fernando de Aragón, presidió 31 año, fue muy valeroso y esforçado, hizo dos entradas en tierras de Granada contra infieles, donde ganó gran prez y honrosa fama» (III, 168).
(43) SOLER GARCIA, J. M.: La relación..., 100.
(44) En un documento de 20 de enero de 1421, exhumado por José María Soler, se intitula así: «Don Enrrique, infante de Aragón et de Secilia, duque de Villena, conde de Alburquerque, sennor de Ledesma, conde de Anpurias, por la gracia de Dios Maestre de la Orden de la Cavallería de Santiago (...)». (Ibid Doc. XLVII, 303).
(45) «Después de la batalla de Olmedo, en que D. Enrique fue vencido, recibiendo heridas que fueron la causa de su muerte, le fue confiscado el Ducado, del que ya había sido privado en vida de la Infanta su esposa, a quien, en compensación de su dote, se le habían dado las ciudades de Alcaraz y Trujillo y algunas aldeas de Guadalajara, con la suma de doscientos mil florines (...). Muerto D. Enrique en Calatayud el año 1445, el rey D. Juan II dispuso de la mayor parte de sus bienes, que repartió entre sus más fieles servidores (Ibid)., 100 y 101.
(46) Este caballero valenciano, camarero mayor de María de Castilla (reina de Aragón y — como hemos indicado exduquesa de Villena), recibió de Alfonso V «cient onças de oro de renta en la ysla de Sicilia», según privilegio firmado en Teruel el 16 de febrero de 1428 «en satisfacción de los seruicios que le hauía hecho en las guerras del cerco y presa del castillo de Bonifacio en Córcega: y en Nápoles: y en la liberación de la persona del Infante don Henrique: con effusión de sangre de su persona: y gastos de su propia hazienda» (VICIANA, II, 50).
(47) A quien el Magnánimo, por privilegio despachado en Barcelona el 15 de septiembre de 1431, hizo merced de los castillos y baronías de Seta y Travadell, en el Reino de Valencia «por lo que hauía seruido al rey don Joan de Nauarra, su hermano y a los Infantes don Enrique y don Pedro también sus hermanos: y en las guerras de Serdeña, Córsega, Sicilia y Apulla, y en las dos entradas que hizo con gente de guerra en Castilla. La vna por causa de la prisión del Infante don Enrique, al qual el rey de Castilla injustamente detenía preso. Y la segunda: porque el mesmo rey de Castilla le, nouira guerra procurando de entrar en los reynos de Aragón y de Valencia (...) (Ibid) III, 31).
(48) Ibid., II, 71, 72, 117 y 118.
(49) «Alguno me podría interrogar — explica el cronista — qué fue la causa que don Enrique se nombrasse infante no siéndolo, sino hijo de infante. Es para esto mi respuesta: que estando el rey don Juan de Aragón biuo e con sólo vn hijo fuéle preguntado por los grandes que pues no tenía hijo segundo ¿quién ternían por infante de Aragón?
Entonces el rey don Juan llamó a don Enrique, hijo del infante don Enrique su hermano: e dixo respondiendo a los grandes:
Este es e terneys por infante de Aragón» (III, 174).
(50) Que aportó — como dote — el ducado de Cardona, el marquesado de Pallás, el condado de Prades, el vizcondado de Vilamur, la baronía Dentenza y el título de gran condestable de Aragón. «De manera que ajustados todos los estados deste señor — concluye Martín de Viciana — hallamos que tiene más Castillos, villas y lugares, que otro señor de la corona de Aragón: y que le rentan poco más de quarenta mil ducados de ordinario, sin muchos otros aprovechamientos y mercedes que tiene de los Reyes» (II, 70 y 72).
(51) Ibid, III, 169.
(52) SOLER GARCIA. J. M.: La relación..., 102.
(53) Indica Viciana que don Beltrán de la Cueva y el infante don Alfonso de Castilla, antecesores del marqués de Villena en el maestrazgo de Santiago, renunciaron a ruegos de Enrique IV (Cfr. nota (51). El cerebro de las sucesivas renuncias y último beneficiario de las mismas fue, naturalmente, Pacheco (CANDEL, J.: «Continuación de los apuntes para la historia del segundo Marquesado de Villena». Villena, VIII (1958).
(54) Cfr. nota 51.
(55) Al fallecer don Juan Pacheco, su hijo reclamó el maestrazgo de Santiago y Enrique IV se lo concedió sin previa consulta. El capítulo de la orden se dividió: parte del mismo, reunido en Uclés, eligió maestre al conde de Paredes, mientras que otros caballeros, reunidos en San Marcos de León, designaron a don Alonso de Cárdenas. La prisión de don Diego por el conde de Osorno y sobre todo la muerte del rey el 12 de diciembre de 1474 auguraban ya la frustración del ambicioso designio del marqués. (CANDEL, J.: «Continuación...» Villena, IX (1959).
(56) SOLER GARCIA, J. M.: Villena..., 112. Una de las condiciones exigidas por don Diego para someterse a los Reyes Católicos fue su reconocimiento como gran maestre de Santiago. (CANDEL, J.: «Continuación...» Villena, X (1960).
(57) TORRES FONTES, J.: «La conquista del Marquesado de Villena en el reinado de los Reyes Católicos». Hispania, XIII, núm. 50 (1953).
(58) Al tratar del duque de Maqueda «don Diego de Cárdenes, Adelantado Mayor de Granada que fue casado con doña Mencía, hija de don Joan Pacheco, Marqués de Villena y Maestre de Santiago, de quien procedió don BeMaldino de Cárdenes, Duque de Maqueda y primero Marqués de Elig: al qual el Emperador, por Marco año de mil quinientos y veynte, en Bañiessa lugar del reyno de León, dio título de Marqués de Elig (...) (VICIANA, II, 100).
(59) Entre los nobles castellanos que juraron a Carlos I en las Cortes de Valladolid de 1518, cita el historiador valenciano al marqués de Villena (III, 195). Por último, al enumerar los caballeros que acudieron a Cartagena en 1563, con el fin de acudir al socorro de la fortaleza de Mersel-Kebir, atacada por turcos y argelinos, nombra Viciana a «don Joan, hermano del Marqués de Villena» (III, 284).
(60) Como las relativas a límites de la baronía de Elda (III, 104) y a una rama de la familia Arrufat. Miguel de Arrufat, que se distinguió en el cerco de Sagunto cuando la Unión (1365), tuvo dos hijos. Uno de ellos. Pedro «assentó su casa en la villa de Fontinet, de quien sus hijos y nietos se derramaron por Villena y Biar» (Ibid., 68).
(61) Ibid, 159.
(62) Ibid., 367 y 368.
(63) «Que el reino de Valencia tuviera una villa aislada dentro de Castilla no debía extrañarle tanto al cronista valenciano. Le bastaba con recordar el caso de Ademuz, por no citar sino un ejemplo valenciano entre los muchos «enclaves» aún subsistentes en la geografía española: Treviño, Petilla, Llivia, Anchuras, etc. Por otra parte, debería haber precisado y justificado cuándo Villena se enseñoreó de aquella manga de tierra que no le pertenecía y qué guerras fueron las que arruinaron a Caudete» (SOLER GARCIA, J. M.: «Aportación al estudio del pleito de los Alhorines». Primer Congreso de Historia del País Valenciano, vol. III (Edad Moderna), Valencia, 1976, 28).
(64) Cuyos brazos se ocuparon del asunto en las Cortes de Monzón (1537, 1585, 1626) y Valencia (1604), así como en numerosas ocasiones sin estar reunidos en Cortes (GARCIA MARTINEZ, S.: «Intervención del Reino de Valencia en la disputa secular entre Villena y Caudete por los Alhorines. Aportación documental». Villena, XVIII (1968). Para no desarbolar el mito de la indefensión caudetana, silencia Rafael Martín de Viciana la actuación de los estamentos en pro de Caudete, villa de realengo con voto en Cortes (y por tanto con amplias posibilidades para ser escuchada y apoyada), pese a que él mismo no podía ignorar esta situación. «Por que soy testigo de vista — anota en la tercera parte — y he sido Síndico en tres Cortes por villas reales, me ha parescido escrivir algo del assiento de la corte, el qual es assí (...)» (III, 202). En efecto Víciana participó activamente como procurador por Burriana del brazo real — en las cortes de 1542 y 1547 (GARCIA CARCEL, R.: Cortes del reinado de Carlos I. Valencia, 1972, 170 y 224), inmediatas a las de 1537, que registraron la primera intervención del Reino de Valencia, a ese nivel, en favor de Caudete.
(65)    Op. cit. en la nota 63, p. 11-46.
Extraído de la Revista Villena de 1977

"30 DIAS EN BICI" DÍA INTERNACIONAL 2025

Movilidad Sostenible dará el premio de la campaña '30 días en Bici' el Día Internacional de la Bicicleta. El 3 de junio se celebra el Día Internacional de la Bicicleta y se dará a conocer al premiado entre los numerosos participantes de la iniciativa.
Villena, 22 de mayo.-  La Concejalía de Movilidad Sostenible dará a conocer al ganador del concurso '30 días en bici' durante los actos conmemorativos del Día Internacional de la Bicicleta’, que se celebra el próximo 3 de junio. El edil de Movilidad Sostenible, Francisco Iniesta, ha agradecido a todos los participantes en la iniciativa de desplazarse por la ciudad en bici durante el pasado mes de abril, dentro de la campaña impulsada por la Red Internacional de Ciudades en Bici. La participación en esta iniciativa permitía participar en el sorteo de material específico para ciclistas.
Iniesta se ha mostrado muy satisfecho de la respuesta ciudadana a esta iniciativa que tenía como objetivo concienciar sobre la necesidad del cambio de hábitos en los desplazamientos urbanos, donde el vehículo a motor – en entornos como Villena – debe ser siempre la última opción. El concejal ha agradecido la colaboración del colectivo ‘Villena en Bici’.
El concejal ha recordado que el próximo 3 de junio se celebra en todo el mundo el Día de la Bicicleta, un medio de transporte más sostenible, saludable y con mayor capacidad de transformar las ciudades hacia espacios humanos más amables y seguros. “Es otra excusa para replantearse en lo personal qué uso hacemos del coche, por ejemplo, y si se justifica en todos los casos. Además del impacto medioambiental que genera, el uso masivo del vehículo privado a combustión tiene un impacto en la economía familiar y en la salud personal sobre la que debemos reflexionar”, ha recomendado el concejal de Movilidad Sostenible.

2025 VILLENA DÍA EUROPEO DE LA RED NATURA 2000

Villena muestra orgullosa sus espacios protegidos en el Día Europeo de la Red Natura 2000. El término municipal reúne espacios de alto valor ecológico protegido por diferentes figuras, y sigue defendiendo la creación de un parque natural en la Sierra de Salinas.
Villena, 22 de mayo.-  El concejal de Medio Ambiente, Francisco Iniesta, ha señalado la importancia del término municipal de Villena dentro de la red de espacios protegidos por su valor ecosistémico y la variedad de figuras de protección que coinciden en su territorio, fruto de la biodiversidad de este territorio. En esta semana, que se conmemora el Día Europeo de la Red Natura 2000, Villena se muestra como destino turístico natural que ofrece una enorme diversidad de paisajes, fauna y flora autóctona y espacios abiertos al disfrute de actividades inocuas para ser recorridos por el visitante. 
La Red Natura 2000 es el compromiso de los países miembros de la Unión Europea que en los años 90 del pasado siglo se conjuraron para articular una red de espacios de alto nivel ecológico por su flora o fauna con necesidades especiales para su preservación, compartiendo entre los diferentes países exigencias idénticas. Esta red está compuesta por los espacios que se recogen en las Zonas de Especial Protección para la Aves (ZEPA) y las Zonas Especiales de Conservación (ZEC). 
Dentro de estas figuras, el término municipal de Villena cuenta con las zonas de Sierra Salinas, Els Alforins, Maigmó i Serres de La Foia de Castalla, la Moratilla-Almeda, el LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) de Salero y Cabecicos de Villena. A estos espacios debemos incorporar las microreservas de flora en Miramontes, la Laguna de Villena y la Cueva del Lagrimal. 
El concejal de Medio Ambiente ha recomendado conocer estos espacios, como elemento fundamental para su protección. “Lo que no se ha visto, no se puede defender o proteger. Quien ha visto la belleza y el valor de estos lugares, y la riqueza de vida que alberga, es quien tiene la capacidad de entender la necesidad de preservarlo, protegerlo y asegurar su supervivencia para las generaciones futuras”, ha añadido. 
Desde su punto de vista, aunque Villena se encuentra muy protegida, es necesario aumentar los niveles de protección, entre ellos, seguir reivindicando la figura de Parque Natural para el conjunto de la Sierra de Salinas, en armonía con el nivel de protección que este espacio sí ostenta en su vertiente murciano.  

1991 LA ERMITA DE SAN BARTOLOMÉ Y ALREDEDORES

La ermita de San Bartolomé es, de las cinco que todavía quedan en pie en Villena, la que más alejada se encuentra del núcleo urbano. Como la mayoría, ha tenido sus altibajos a lo largo de sus muchos años de existencia y hubo incluso momentos en que corrió el riesgo de desaparecer. Por fortuna, primero la familia de Miguel López Senabre y Patrocinio Pérez Marsá, sus descendientes y más tarde el gremio de carniceros se encargaron de que tal infortunio no se produjera y siga con nosotros.
En ese 1991 que no nos parece tan lejano pero que empieza a serlo, la fisonomía de los alrededores de la ermita era muy distinta a la actual y si hoy presumimos del paraje que la rodea es gracias a acciones como la que se realizó entonces, con esa repoblación de árboles que hoy permite, treinta y cuatro años después, que la vegetación sea uno de los activos más importantes de ese atractivo rincón presente en nuestro término municipal. 
Texto: Francisco Javier Rodenas Micó - Foto Pedro Hdez. Hdez.

1976 OFRENDA "50 ANIVERSARIO MASEROS"

Portan la ofrenda con motivo del 50 aniversario de la Comparsa de Labradores... Antonio Pardo, José Antonio Beneito, Argelio Sánchez, Andrés Pardo y José Carlos Maluenda.
 Foto cedida por... Argelio Sánchez

1956 BECERRADA GREMIAL DE VILLENA

PLAZA DE TOROS - VILLENA
Domingo día 30 de septiembre de 1956
BECERRADA GREMIAL
ALBAÑILES... Jerónimo Forte "EL MORITO"
CARNICEROS... Isidro Agredas "NIÑO DEL MATADERO"
RAMO DE LA PIEL... Emilio Lillo "NIÑO DE LAS VIRTUDES"
TENDEROS... Jaime Ortín "CHURRUCA"
Actuará como director de lidia... PAQUITO MEDINA
y sus correspondientes cuadrillas... (pinchar y ampliar para leer todos los nombres de las cuadrillas, personas muy conocidas en Villena)
Cedido por... Francisc Oliva Martínez (yerno de Churruca)
Envíado por... Antonio Mira Navarro

1976 SÚPLICA

Súplica 
Acreciéntame, Virgen, con premura 
la fe, que como grano de mostaza 
sea erguido árbol, que tierra y cielo enlaza 
con su copa frondosa hacia la altura.
Para que sacie mi alma hasta la hartura 
de Tu gracia, que a incrédulos rechaza, 
dame a comer de la sabrosa hogaza 
heñida con ferviente levadura.
Prométeme la luz de Tu verdad,
que aunque mover no pueda una montaña 
no me encuentre en penumbra y soledad.
Y con el agua que a los justos baña 
humedece mi ardiente sequedad 
y extirpa hasta sus raíces la cizaña.
J. MENOR VALIENTE
Extraído de la Revista Villena de 1976

21 may 2025

1960 ALUMNOS EN LOS TALLERES DEL CHICHARRA

Alumnos en los Talleres del Chicharra haciendo practicas en las clases que impartía D. Miguel Ibern Parcerisas. Foto de Ramón Rodríguez empleado de la VAY.
Si reconoces a alguien cuéntame.
Pedro Román?, Lorente?, Juan José Izquierdo
Foto cedida por… Juan María Milán Orgilés - Años 60

1933 GRUPO DE JOVENCITAS VILLENERAS…

María Menor (hija de Pedro Menor), Maruja Hurtado (madre de Ricardo, Marisela, Juan Carlos y Pepe Toni Guillén Hurtado), X.
X, Natalia Medina (madre de Paco Ferrando y suegra de Loli Fenor hija adoptiva de Villena), Juanita Hurtado (madre de Pascual Ribera, organista de Santiago y José Horario)
Foto cedida por... Pascual Ribera Hurtado (fecha sin confirmar)

1972 MIGUEL FLOR... ARRIESGANDO ORIGINALIDAD

Decir que Miguel Flor Amat es un amante de la fotografía es quedarse a la mitad del camino, es querer definirlo sin conseguir nuestro objetivo, es simple y llanamente casi no conocer al personaje.
Miguel, verdadero artista, en múltiples facetas, ha sabido buscar, como fotógrafo, el instante, la situación, el encuadre, el ángulo, para conseguir algo nunca visto y así inmortalizar ese instante que solo ocurre una vez en la vida.
Este afán de superación le ha llevado, buscando la originalidad, a situaciones, verdaderamente comprometidas. A título anecdótico diremos que en cierta ocasión con motivo de una Embajada en el Castillo de La Atalaya se colocó en una de las cuevas de la parte baja de la muralla, para desde allí obtener una panorámica inédita hasta el momento, con tan mala fortuna que un festero a la hora de hacer sonar la arcabucería tuvo la idea de disparar hacia el interior de la misma, siendo como se puede imaginar enorme el susto de Miguel.
Las fotos cedidas por la familia Flor nos muestran una tribuna de Fiestas, de la Junta Central exactamente en el año 1972, en la que entre otros no identificados vemos a “Andrés Caracoles”, a José Amorós, empleado de Talleres Martínez y posteriormente de Riesma, o a Eduardo Albert.
Miguel con la cámara en la escalera.
En la Avenida de la Constitución en la marquesina de la tienda de electrodomésticos de Vives-García Puig, junto a su hijo Paco que sujeta el flas en la casa que siempre han vivido. En el balcón de espectadora María, abuela de Paco y madre política de Miguel.
Otra panorámica en la que vemos a Miguel 
en un lugar arriesgado de la Iglesia de los Salesianos.
Estas fotografías nos muestran la cantidad de dificultades que hay que sortear para poder realizar algo original y plasmar momentos que solo acontecen una vez en la vida. Creemos que se trata de un personaje con el que a mi parecer Villena está en deuda.
Posiblemente la foto...
Fotos cedidas por... Familia Flor
Texto... Ernesto Pardo Pastor
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