Encantamientos domésticos vuelve…, esta vez en La Espuela (Villena) os invito a la nueva inauguración el próximo miércoles 29, sobre las 20:00!
Algunos encantamientos se quedaron por la costa levantina, pero hay otros que vuelven y algunos que acaban de nacer…
Algunos encantamientos se quedaron por la costa levantina, pero hay otros que vuelven y algunos que acaban de nacer…
ENCANTAMIENTOS DOMÉSTICOS.
Quieren ser templados, pero no pueden evitar disimular sus límites para no desvanecerse, esa es la naturaleza velada y díscola de los encantamientos domésticos. ¿O acaso no hay algo inquietante en lo cotidiano? ¿Seguro que nunca hemos visto un atisbo de indestructibilidad en lo frágil? ¿Quién no ha generado nunca una ciudad tenue que se solapa con la propia ciudad? ¿De verdad que no quedan en lo tangible algunos restos del azul del sueño? Jajajaja, siempre me gustó funcionar por contrastes, exactamente igual que a mi amigo René.
Puede que todo esto parezca enrevesado, sin embargo no es más que un ingenuo divertimento. Lo que propongo es un acercamiento a lo arcano desde la sencillez; he descubierto que así es como se hace clic, y se activan los pequeños encantamientos.
Encantamientos domésticos recoge la obra de tres colecciones que, aunque pueden diferenciarse, nunca dejarán de estar relacionadas porque forman parte de un mismo universo. Tendremos por un lado, y como siempre, diversos personajes y criaturas híbridas para que la otredad también se sienta invitada. A continuación los llamados cachivaches, objetos diseñados para otro lugar que en realidad también es éste. Por último, el infinito acuático, al que siempre mostraré mi gratitud, pues al agua debemos el mundo de las emociones y nuestra propia sirenez.
Entre las cualidades de algunos hacedores a los que admiro, señalaría la retórica de Italo Calvino, el imaginario de Remedios Varo y el ingenio de Carelman.
En cuanto a la técnica: acrílico, óleo, algunas ilustraciones y algunos grabados.
Eso es todo.
Antonio Azorín.
Quieren ser templados, pero no pueden evitar disimular sus límites para no desvanecerse, esa es la naturaleza velada y díscola de los encantamientos domésticos. ¿O acaso no hay algo inquietante en lo cotidiano? ¿Seguro que nunca hemos visto un atisbo de indestructibilidad en lo frágil? ¿Quién no ha generado nunca una ciudad tenue que se solapa con la propia ciudad? ¿De verdad que no quedan en lo tangible algunos restos del azul del sueño? Jajajaja, siempre me gustó funcionar por contrastes, exactamente igual que a mi amigo René.
Puede que todo esto parezca enrevesado, sin embargo no es más que un ingenuo divertimento. Lo que propongo es un acercamiento a lo arcano desde la sencillez; he descubierto que así es como se hace clic, y se activan los pequeños encantamientos.
Encantamientos domésticos recoge la obra de tres colecciones que, aunque pueden diferenciarse, nunca dejarán de estar relacionadas porque forman parte de un mismo universo. Tendremos por un lado, y como siempre, diversos personajes y criaturas híbridas para que la otredad también se sienta invitada. A continuación los llamados cachivaches, objetos diseñados para otro lugar que en realidad también es éste. Por último, el infinito acuático, al que siempre mostraré mi gratitud, pues al agua debemos el mundo de las emociones y nuestra propia sirenez.
Entre las cualidades de algunos hacedores a los que admiro, señalaría la retórica de Italo Calvino, el imaginario de Remedios Varo y el ingenio de Carelman.
En cuanto a la técnica: acrílico, óleo, algunas ilustraciones y algunos grabados.
Eso es todo.
Antonio Azorín.
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