8 jun 2023

2013 VILLENA, JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA Y EL TRASLADO A HOMBROS DE SUS RESTOS MORTALES EN 1939

2013 NUEVO LIBRO DE JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO... VILLENA, JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA Y EL TRASLADO A HOMBROS DE SUS RESTOS MORTALES EN 1939
El 20 de noviembre de 1936 fue fusilado en la Cárcel Provincial de Alicante, José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, fundador del partido filofascista Falange Española y una de las almas de la sublevación cívico-militar que se venía gestando contra la II República.
En el bando republicano el anarquista Buenaventura Durruti fue uno de los pocos que no apoyaron su fusilamiento por no encontrar razones para hacerlo y sobre todo porque de producirse, sería nefasto para el Frente Popular al descapitalizar políticamente al bando nacional (o sublevado, etc.) al dejar una única cabeza militar que fagocitaría a la primera: Franco y su completa unidad de mando político-militar. La historia, obvia decirlo, acabaría dándole la razón.
Sin embargo no sería hasta el 16-17 de noviembre de 1938, cuando el régimen franquista reconoció oficialmente su muerte; a lo largo de esos años la mayoría de los sublevados crían que antes o después, José Antonio volvería. Ahí es donde nace la idea oficiosa del “ausente”: José Antonio estaba secuestrado y un día volvería. ¿Querían creer en lo imposible o fueron los franquistas los que alimentaron su “ausencia” para anular políticamente a Falange en beneficio de los militares? Esos dos años de “ausencia”, fueron marinando el caldo de cultivo que lo elevaría a los “altares” y a la categoría de mito… con el indispensable aval de Franco.
Reconocida oficialmente su muerte, se pasó a la mitificación de su persona: pasó de ser una persona de carne y hueso a otra a la que poco a poco, se le fueron atribuyendo excelencias casi divinas que no tenía; él tendría sus virtudes pero no las de santo católico-falangista-divino.
Su elevación a los cielos pasó por un segundo estado: se sacralizó su doctrina política, textos e ideas. Con un José Antonio que ya se codeaba con las divinidades, se le atribuyó un carácter casi sagrado a lo que tampoco lo tenía. Si hubiese visto lo que hacían con sus escritos e ideas, precisamente él que los perfilaba hasta el paroxismo con cambios constantes (su vida política es un ejemplo), no daría crédito. De la completa mitificación de José Antonio se ocupó muy profesionalmente, todo hay que decirlo, Dionisio Ridruejo y su equipo de propaganda.


Franco nunca fue demócrata pero sí que fue un político astuto, al no ser necesario ser demócrata para ser político; no duelen prendas decirlo porque estamos ante una de sus jugadas maestras. Con su mitificación y sacralización oficial, José Antonio nos dejó en la tierra al elevarse a los cielos para una vida mejor pero Franco, su “heredero”… se quedó: le mostró su apoyo e inducidos por Ridruejo, la mayoría vio a Franco como el heredero legítimo en la tierra del ausente ascendido a los cielos. Y posteriormente Franco, desde su poder absoluto, postergó a los falangistas y su ideario en beneficio de los militares y otras familias (Iglesia Católica).
La idea anterior nos la sirve en bandeja Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio: “A fuerza de querer exaltar la figura de José Antonio, hemos llegado a hacer de él casi un mito. Y, a mi modo de ver, su mayor importancia radica en que era un hombre como todos los hombres, capaz de debilidades, heroísmos, caídas y arrepentimientos”. Queda dicho todo.
Concluida la Guerra Civil el 1 de abril de 1939, los vencedores se dispusieron a trasladar el cadáver de José Antonio desde el cementerio de Alicante hasta El Escorial, pasando por Villena. El traslado de un cadáver no debería de ser noticia pero al ser de la persona que era en su espacio y tiempo concreto, tuvo una repercusión nacional e internacional sin precedentes.
Pese a lo elaborado de la estrategia (traslado Alicante–El Escorial), lo sorprendente lo encontramos en su dimensión táctica: el féretro y sus 300 kg. lo trasladarían a hombros docenas de miles de voluntarios de toda España a lo largo de 467 km., desde el 19 de noviembre de 1939 hasta el 30 del mismo mes; al ser Villena “lugar de tránsito”, el 21 de noviembre asistió en primera persona al paso del cortejo que venía remontando la antigua carretera nacional.
La pregunta es clara: ¿por qué a hombros? A mi entender su fuente de inspiración está en la Marcha sobre Roma de Mussolini pero sobre todo y ante todo en el católico paseo en carro y a hombros que le hizo Juana “la loca” al cadáver de Felipe I “el hermoso”, del 20 de diciembre de 1506 al 14 de febrero de 1509, modificado y ampliado al “estilo de milicia” falangista.
Teniendo en cuenta el momento histórico, la expectación nacional fue enorme porque a la voluntad natural de los vencedores y neutros, se unió “voluntariamente” la de parte de los vencidos, siendo la concurrencia ingente a lo largo de todo el recorrido pese a no existir orden de concurrencia obligatoria; yo, personalmente, pensaba que sí. A nivel mundial, los periódicos de otros países se hicieron amplio eco del traslado en la “España Imperial e Inmortal”.
Los múltiples aspectos del traslado fueron planificados milimétricamente bajo el “GUIÓN DEL TRAYECTO Y CEREMONIAL”; son 33 puntos en los que se van desgranando todos los pormenores del mismo. Su lectura verterá luz a muchas sombras que podamos tener sobre el cortejo y todo lo que lo rodeó, por lo que lo incluí en mi libro destacando con negrita los puntos que muy directamente afectaron a Villena.
Uno de los puntos más interesantes es el Número 15, al mostrarnos todo el orden de marcha de los diferentes grupos que tomaron parte en el mismo. El féretro no marchaba junto a una masa de personas no organizadas sino que todo estaba calculado y estructurado. A saber: “a: Cruz alzada y clero [de la provincia sobre la que se marchaba]; b: Órdenes Religiosas; c: Sacerdotes encargados de llevar el Cristo de las Navas, ante el que juró el Consejo Nacional; d: Féretro (a ambos lados, 12 falangistas con armas); e: Jefe Provincial y dos Jerarquías; f: Camaradas de la provincia que han de efectuar los relevos parciales; g: Milicias armadas [Centuria José Antonio de Alicante]; h: A la distancia prudente irán todos los servicios auxiliares [sobre todo vehículos civiles y militares]”y civiles a miles. Hablamos de falangistas, milicias falangistas, militares, religiosos, civiles y Guardia Civil junto al féretro.
La iglesia dio su respaldo oficial al traslado de José Antonio y en el cortejo figuraron religiosos con cruces y ornamentos sagrados. Si hay algo que diferenciaba sorprendentemente a Falange del fascismo italiano, era la completa integración y acatamiento de la religión bajo su prisma político, reservándole en exclusiva un papel muy importante.
El féretro iba cubierto con la bandera falangista y con un gran paño de terciopelo negro, bordado por la Sección Femenina de Madrid con cruz bizantina, piedras e inscripciones latinas; se colocó el 20 de noviembre en San Nicolás de Alicante porque el 19 no estaba terminado. Las andas fueron sustituidas en Almansa el 23 por otras mayores, para que los 300 kilos fueran más repartidos y pudieran tomar parte más personas (de 12 a 18 voluntarios por trecho).
Las calles de Villena por donde pasó el cortejo (denominaciones actuales) fueron autovía, Av. Alicante, Losilla, calle Nueva, Plaza del Rollo, Corredera, capitán López Tarruella, Marqués de Villores, Iglesia Santiago, Marqués de Villores, capitán López Tarruella, Corredera, Joaquín Mª. López, Puerta Almansa, Constitución y autovía dirección Madrid. El firme fue literalmente cubierto con flores de temporada y plantas aromáticas, ofrendadas por la Sección Femenina falangista al mando de Pilar Primo de Rivera. Y los balcones fueron masivamente enlutados con sábanas blancas, crespones negros, banderas nacionales y falangistas.
Destacar también que el féretro entró en la Iglesia de Santiago y se realizó una misa de difuntos en su honor. Y que en lo alto de la torre del homenaje de la Atalaya se hizo una hoguera siguiendo las indicaciones del “Guión del Trayecto y Ceremonial”, así como otras muchas en el tramo El Angosto–La Encina, al empezar a caer la noche.
Una de las señas del traslado fueron los monolitos de mármol negro sin pulir que se implantaban tras los sucesivos relevos provinciales, al estilo de un vía crucis. Los falangistas que iban a relevar a los situados en las andas, se colocaban en los costados y ajustaban su paso al de los portadores del féretro. En un momento dado y en el silencio, se escuchaba la voz del Jefe de Ruta: ¡Al-to! El Cortejo paraba en seco e inmediatamente otra orden ¡Relevad! Cuando el relevo había tenido lugar, los relevados daban cara al féretro y brazo en alto permanecían firmes. De nuevo el Jefe de Ruta ordenaba ¡Firmes! y a continuación “izquierda… derecha… izquierda… derecha” y “marchen”; la escuadra relevada se retiraba a retaguardia y una nueva pasaba a ocupar el puesto del relevo a un lado y otro de las andas.
Por lo que se refiere al féretro, el jefe provincial que lo entregaba gritaba ¡José Antonio! y el que lo recibía ¡Presente! Se saludaban y mientras se firmaba el acta de entrega del féretro, tres descargas de fusilería rompían el silencio o de cañón si lo había en la plaza, más lluvia de flores y laurel lanzadas por un avión militar. Acto seguido el cortejo reanudaba su camino entre el silencio y el “ras… ras” del roce de los zapatos con el suelo. El silencio, siempre, absoluto.
Mientras el cortejo se alejaba, allí donde se había producido el relevo se levantaba un monolito de mármol negro conmemorativo. Se cortaron un total de 50 en Monóvar y se implantaban cada 10 km. “aproximadamente”. Desde Alicante hasta La Encina fueron nueve los monolitos implantados; el primero frente a la Cárcel Provincial de Alicante (lugar de su fusilamiento), luego denominada Casa José Antonio y hoy Albergue Juvenil La Florida.
Las medidas exactas las tomé del monolito situado en el cementerio de Albacete, gracias a que está completamente sobre el suelo. Todos se componen de dos piezas:
a. Base inferior: 53 cm. de frente, 43 cm. de fondo, altura de 48 cm. y sobre 300 kg.
b. Base superior: paralelepípedo con un frente de 50 cm. fondo 40 cm. y altura de 2 m. Su peso según los profesionales viene a ser de unos 1.200 kg.
Los monolitos llevan grabado y pintado en blanco el yugo y las flechas, así como un texto repetido salvo lo relativo a las horas, días y provincias que efectuaban los relevos. En el de La Corredera, por ejemplo, pone bajo el yugo y las flechas: “HASTA AQUÍ TRAJO EL CUERPO DE JOSÉ ANTONIO LA FALANGE DE GRANADA Y LO ENTREGÓ A LAS 13,35 DEL DÍA 21 DE NOVBRE. DE MCMXXXIX AÑO DE LA VICTORIA A LA FALANGE DE MALAGA”.
La imposición de los mismos fue siempre en el lado derecho de la antigua nacional, conforme al orden de marcha hacia Madrid. Con el tiempo y al construirse la autovía, algunos fueron implantados en el lado izquierdo (Colonia de Santa Eulalia), otros “desaparecieron” y otros fueron retirados por las autoridades locales (Villena-Corredera) o nacionales (La Encina).
En Villena se implantaron dos monolitos. El primero en Generalísimo Franco (Corredera, antiguo km. 59 de la Nacional), delante de la Imprenta de Juan Vicente Marcos, luego Sastrería Calvo y hoy Caja de Ahorros de Castilla La Mancha, pero desplazado hacia la conocida tienda de Querol y Querol. Los voluntarios de la provincia de Málaga tenían que estar allí el 21 de noviembre, a las 13,30 hs. para recibir las andas y el féretro de los granadinos. Este monolito, partido en dos pedazos, lo conserva el Ayuntamiento en sus Cámaras Frigoríficas.
Por lo que se refiere al segundo de los monolitos villenenses, lo fue en El Angosto. Coronada la pequeña cota junto al Restaurante Los Balcones, se inicia un suave descenso que gira a derecha sobre una rambla: El Angosto. Allí tenía que estar la Delegación Provincial de Cádiz para recibir las andas y el féretro de los malagueños; el relevo se produjo el día 21, a las 18 horas. Este monolito “desapareció” hace dos años entre obras del AVE, autovía, etc.
Cosa curiosa es que los monolitos se ponían cada 10 km. “aproximadamente” y no cada 10 km. exactos; teniendo en cuenta el claro vínculo entre Falange y el Ejército, les confieso que lo de “10 kilómetros aproximadamente” entre monolito y monolito, me tiene intrigado.
La segunda y más pequeña parte del libro, hace referencia a todo lo que directa o indirectamente tuvo que ver a nivel local con José Antonio. Hablamos de personas físicas que conocieron o tuvieron algún tipo de relación con él incluido en la primera parte, la avenida José Antonio (hoy Constitución hasta Salesianos), calle José Antonio (de La Encina), placas alusivas de dicha avenida (dos, hoy conservada una por don Pablo Castelo Pardo en su Museo del Botijo) y calle, cruz mural pintada en la fachada de Santiago que da a la plaza del mismo nombre, lápida mural de mármol negro que sustituyó a la anterior (eliminada por el pleno democrático del 6 de julio de 1979), Cruz de los Caídos villenense (pasó sucesivamente por el paseo Chapí, plaza de Rafael Herreno-Malvas y hoy está en el exterior del cementerio), viviendas sociales del Grupo José Antonio del Barrio San Francisco (sobreviven cuatro bloques de los construidos), placa conmemorativa del mencionado grupo o las placas con el yuyo y las flechas que se fijaron en cientos de fachadas villenenses, al amparo del Ministerio de la Vivienda franquista (subvenciones).
Al final del libro encontrarán los testimonios de personas que vivieron en primera persona el traslado: Concha Serrano Várez, Jerónimo Lázaro García (d.e.p.), Alfonso Esquembre García y Pedro Palo Llebrés (d.e.p.). Y otro testimonio es el de Francisco César Blanco Medina, funcionario del ayuntamiento presente en la retirada del monolito de la Corredera.
El libro resultante se presentó el pasado 21 de diciembre en La Troyica de la comparsa de Estudiantes de Villena, con una asistencia que literalmente podríamos catalogar de masiva. Y por último me permito rescatar una filosofía de vida política de manos de mi siempre admirado Nelson Mandela: El pasado es el pasado y hay que construir el futuro.
Algo más de un cuarto de millón de muertos, amigas y amigos, nos contemplan.
JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO
Premio de Investigación Científico Humanística Fundación José María Soler 2013
Premio de Ensayo e Investigación Faustino Alonso Gotor 2013 – Comparsa de Estudiantes


1 comentario:

Palmeral dijo...

José Vicente un trabajo excelente de Memoria Historica. Podrásn destruir los monumentos franquistas pero no la memoria de lo escrito.

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