9 may 2023

1973 EL PIRATA "ALFONSO DE BORBÓN"

"ALFONSO DE BORBÓN, PRINCIPE DE CONDÉ" PRIMO DEL REY JUAN CARLOS. UN PIRATA EN VILLENA.
Era la tarde del 6 de septiembre del lejano ya 1973, los piratas tenían su cuartelillo situado en la casa donde actual­mente se encuentra la cafetería Rossman, Ful­gencio Esteban, por aquel entonces delegado en la recién instaurada "Junta Central", recibió el encargo de recoger en la estación a un señor que llegaba desde Granada invitado por don Vicente Prats, con motivo de la preparación del congreso de moros y cristianos que se celebraría un año más tarde, pues bien, a Fulgencio se le unieron el Flecha (chico), Paco Molina, Paco Puche, tras los saludos de rigor y en un castellano expresado con algo de dificultad, todos ellos conocieron a "Don Alfonso de Borbón, príncipe de Condé" personaje singular donde los haya, con un pasa­do tan intenso como interesante. Una vida lleva­da hasta el límite digna de una película de aven­turas, desde ese mismo momento, surgió una gran amistad entre él y la comparsa de Piratas tal como él mismo cuenta en una de sus innumera­bles cartas. "creo que don Vicente quiso incor­porarme en los Moros Nuevos pero se desesperó cuando vio que los Piratas se habían adelantado tanto y nunca logró separarme de los Piratas, mi primera impresión favorable de la fiesta de Ville­na, y que no ha cambiado con el tiempo"
Don Alfonso en sus primeras fiestas en Villena el día 9 en la despedida de la Virgen, junto a Plinio y Fulgencio Esteban su gran valedor dento de la comparsa de Piratas.
Las fiestas de 1973 tocaban a su fin y don Alfonso había quedado enamorado de por vida de Villena y de los Piratas, en sus primeras fiestas había conseguido la amistad y el aprecio de un gran número de piratas.
Para hacerse una idea más próxima a la per­sonalidad de tan singular personaje iniciaremos una retrospectiva en el tiempo, nació en 1913 en Estados Unidos ("en la antigua colonia de la corona española de la alta California") como le gustaba puntualizar a él, se consideraba morisco, hispano-musulmán. La vida de Alfonso Bruce Abdurraman de Borbón (nombre adquirido tras conseguir la nacionalidad yemenita) giró siem­pre en la órbita de lo insólito. -Mis antepasados llegaron al estado norteamericano de California en el siglo XIX, instalándose como rancheros, allí transcurrieron mis primeros años de vida, pen­sando en la posibilidad de convertirme también en ranchero y concentrándome en la historia de la civilización española-.
En tiempos de guerra en el Yemen, juanto al rey Mohamed Al-Badr Al Imam Mansur Billah.Fueron los años más intensos de su vida, Alfonso de Borbón luciendo el uniforme de general de división del desaparecido ejército real Yemenita.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial y entrar los Estados Unidos en combate es enviado al pacífico y posteriormente, tras la rendición del Japón, permanece allí por algún tiempo con las fuerzas de ocupación. Tras esta larga estancia en el Extremo Oriente aparece en el Líbano matri­culándose en la universidad americana de Beirut para graduarse, en 1955, en estudios árabes e Islámicos. Con treinta años llegó a Angola donde conoció al príncipe yemenita Mohammed al­bard al iman mansur billah, (exiliado posterior­mente en gran bretaña). En esos momentos el príncipe tenía diecisiete años y se hicieron muy amigos desde el primer momento, así logró saber que su padre era un auténtico ogro al que todo el mundo temía. Se trasladaron al Yemen con la idea de que el rey abandonase el país, cuando al fin consiguieron enviarlo a Italia para que se curase de una dolencia, pensando que moriría en el hospital. Inmediatamente, el pueblo, los jóvenes oficiales del ejército y los embajadores yemenitas en el extranjero, junto al príncipe comenzaron las reformas.
Todo comenzaba a funcionar, poco a poco. Cuando se entero el rey, de la trama urdida, inmediatamente intentó montar en un avión para regresar al Yemen, pero un ataque cardiaco se lo impidió, cuando se recuperó, alquiló un barco y regreso, con lo que también llegaron las deten­ciones y exilios.
"A mí particularmente quiso cortarme la cabeza, como extranjero que se había inmiscui­do en los asuntos internos de su país, pero con­seguí huir al Líbano, instalándome en Beirut".
Tras la muerte del rey regresa al Yemen don­de reanudan las reformas emprendidas con ante­rioridad, pero muy pronto grupos guerrilleros que intentaban instaurar la república comenza­ron sus acciones, con lo cual se desencadena una guerra civil (1962-1970). Alfonso de Borbón Condé, comienza con el grado de teniente coro­nel -"aunque los múltiples combates en los que me vi envuelto me llevaron a alcanzar la gradua­ción de general de división, ayudante de campo de su majestad el imán y consejero del ministe­rio de comunicación, además de ministro de defensa, lo cual le llevó a realizar la mayoría de las emisiones de sellos de aquella época y a con­trolar la publicidad yemenita contra los intentos de invasión del ejército egipcio de Gamal Abdel Nasser presidente de Egipto, en aquellos momentos. A pesar de todos los esfuerzos, al fin fueron derrotados por los republicanos en el momento en el que se encontraba visitando Ara­bia Saudí intentando conseguir ayudas para la causa, el gobierno saudí, reconoció inmediata­mente la nueva república por lo que fue deteni­do para ser entregado a las nuevas autoridades pero por fortuna pudo ponerse en contacto con el rey Fadh, que le facilitó un salvoconducto con el que pudo llegar al Líbano, salvándose así de una muerte segura. Tras dejar ese mundo apasio­nante y bárbaro a la vez, se abría nuevamente un mundo de aventuras, sin dinero, sin nacionali­dad y sin documentos. El rey consiguió salir del Yemen y me invitó a acompañarle a su exilio en Gran Bretaña, pero yo decidí viajar hasta España en 1970 instalándome en Granada para estudiar la cultura árabe que tanto me atraía.
El rey me facilitó ayuda económica y el pre­sidente del Líbano me concedió un pasaporte de cortesía, con lo cual pude instalarme en el Car­men de Aben Humeya en pleno barrio granadi­no del Albaicín, además adquirí la casa de Aben Humeya, una casa del siglo XV, de cuarenta habitaciones en Narila en las Alpujarras granadi­nas.

Eran tiempos bárbaros en las que las tradiciones se hacían pagar muy caras, las cabezas de los enemigos egipcios, expuestas públicamente. La misma suerte hubiese corrido la suya de haber sido entregado al ejército republicano.
Aben Humeya fue el nombre adoptivo de Fernando de Córdoba, noble morisco español, miembro de una familia musulmana convertida al cristianismo. Abjuró de estas nuevas creencias y fue el principal dirigente de la insurrección de los moriscos en las alpujarras (1568). Se autotitu­ló rey de Granada, de Córdoba y de al - Anda­lus, un año mas tarde (1569) sería asesinado por sus propios correligionarios.
En plena euforia del 5 de septiembre, disfrutando del alborotado desfilar de los Piratas.
Junto a la princesa de Ucrania-Ruthenia, Beatriz Romanov y su hijo el principe Alexis de Anjou, el día de su boda en Agosto de 1984.Tras este período bélico y turbulento en la vida de Alfonso de Borbón-Condé comienzan sus estudios sobre la cultura árabe en España, y aquí es donde arranca su relación con las fiestas de moros y cristianos de Villena, desde aquel septiembre de 1973 mantuvo una rica y constan­te comunicación por correo con sus hermanos piratas de Villena tal como él despedía todas sus cartas. Hay cartas remitidas desde el Líbano, Marruecos, París, Madrid, Granada o Portugal, lo cual nos da idea de que su espíritu de aventura nunca lo dejó aparcado, en sus cartas nos relata hechos tan dispares tales como la marcha de la guerra en Beirut y sus intentos por estar presente en las próximas fiestas, o sus estudios sobre los piratas que dominaron el Mediterráneo sobre los siglos XVI, XVII o respecto a la marcha de las obras de recontrucción de la casa de Aben Humeya en Narila (Granada), en 1978 nos escribe acerca de su regreso a España huyendo de los atroces bombardeos sirios del Líbano con sus archivos, biblioteca y diarios, y sus instrucciones para la reserva de una habitación en la "Salvado­ra", también nos habla del buen gusto que tenían los ladrones en Granada ya que en dos ocasiones le habían quitado algunas prendas de su traje así como el alfanje y su querido fez con gran solera que le había regalado Plinio y en 1989 el triste golpe que sufrió con la trágica muerte de su pri­mo el príncipe de Borbón Dampierre, duque de Cádiz y de Anjou en accidente de sky. En 1984 nos sorprendía con la noticia de su boda el 6 de agosto con la princesa de Ucrania-Ruthenia,con­desa de Fonzo y duquesa viuda de Durazzo, con el fin de que su hijo el príncipe Alexis se pudie­ra convertir en el 12.º príncipe de Condé .
El primo del rey Juan Carlos desfilando junto a dos pesos pesados dentro de la comparsa de Piratas "Pepito el lechero" y Ricardo Sánchez "El flecha".
Pero en todas sus cartas deja translucir su amor por las fiestas de Villena y cómo no por sus piratas, así como su interés por todos los aconte­cimientos relacionados con los piratas durante todos estos años en los que Alfonso de Borbón vivía desde la distancia las fiestas de Villena. En una carta fechada el 24 de septiembre de 1974, don Alfonso tras haber sido nombrado socio de honor de la comparsa de Piratas, dejó translucir su satisfacción por la participación en todos los actos, hablando de lo difícil que resultaba aguan­tar toda la fiesta -un grupo de jóvenes de entre 23 y 30 años determinó "matarme" como lo expresó Plinio durante un desfile de diana, es decir probarme y ver si me enojaba, me disgus­taba o me asustaba hasta el punto de abandonar los desfiles. Pero según otros logré mantenerme en el mismo nivel de ellos o mejor, así ganando el respeto de casi todos que me aceptaron al fin como un pirata.
En su exilio voluntario en Tánger, convertido al Islam, tras ingresar como oficial en el ejército Yemenita, se dedicó a la investigación y estudio de la cultura andaluza en Marruecos.
Alfonso de Borbón, ranchero, soldado norteamericano en la Segunda Guerra Mundial, general de la división del ejército del Yemen e historiador de la cultura hispano-árabe.
Además de participar en todas las fiestas que le fue posible a través de los años en los avatares de su ajetreada vida, demostró un especial inte­rés por la justificación histórica de los piratas moros en las fiestas de Villena cuestionada en ocasiones por los estudiosos de la fiesta, por lo que mandó numerosos escritos resultado de sus amplias investigaciones y relacionados con sus libros "la España mora en Marruecos" y "los andaluces de Tetuán y Xauen" en los que en algunos de sus capítulos trata sobre los piratas y corsarios de las costas africanas, en puertos como el del río Martín, sede de los piratas moris­cos tetuanís de los siglos XV-XVIII.
Como curiosidad según el magnífico árbol genealógico de don Alfonso su relación con Villena le venía desde sus ancestros, emparenta­do con don JUAN PACHECO MARQUES DE VILLENA en 18 generaciones (siglo XV) y con el infante don JUAN MANUEL, PRINCIPE DE VILLENA en 20 generaciones (siglo XIV).
Para la recopilación de toda esta informa­ción además de contar con las innumerables car­tas y postales con las que correspondía a la amis­tad sincera de Fulgencio Esteban, he podido contar también con los artículos dedicados a su persona por la prensa nacional en revistas tales como el País Semanal, Pronto, Interviu, Diez Minutos, y las desconocidas para mi "Personas" y "Protagonistas"
Un paseo por el barrio granadino del Albaicín tocados con el fez de los piratas, durante la visita efectuada a Granada por algunos componentes de la comparsa.
En la puerta del Carmen de Aben Humeya, en Granada, don Alfonso junto a Fulgencio Esteban.
A través de los años se entabló una sincera amistad entre don Alfonso y la comparsa de Pira­tas, y quedó patente su fidelidad y aprecio hacia todo lo que se refería a Villena y a sus piratas, Desde hace unos años el boletín "día 4 que fue­ra" que puntualmente le era enviado a su resi­dencia en Tánger han sido devueltos, por lo que en estos momentos desconocemos su paradero, lo que nos parece muy extraño ya que nunca se mantuvo tanto tiempo sin contacto con los Pira­tas, no han servido de nada mis consultas en el consulado de Marruecos en Alicante, así corno los intentos de búsqueda llevada a cabo por medio de un amigo que visitó Tánger en abril pasado, no obstante no podía resistirme a dejar pasar la oportunidad de llevar hasta todos noso­tros, este pequeño pedazo de la historia de a comparsa de Piratas.
EXTRAÍDO DE ... DIA 4 QUE FUERA - 1999 ( COMPARSA PIRATAS )

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por lo que he podido leer, Alfonso murio en Marruecos el año 1992 a la edad de 78 años.

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