Primer Saluda de D. Pascasio Arenas como Alcalde.
Es ésta la primera ocasión que se me ofrece de dirigirme colectivamente a todos los villenenses, a través de esta revista editada todos los años con motivo de las Fiestas que se celebran en honor de Nuestra Excelsa Patrona, la Virgen de las Virtudes, y quisiera que fuese para todos la expresión del más sincero y cordial saludo de vuestro Alcalde.
Ante todo, quiero agradeceros, con el más profundo y sincero reconocimiento, vuestra irrefutable adhesión y fidelidad al Caudillo cuando se os deparó la ocasión de manifestarlas en el memorable día del Referéndum llevado a cabe el 14 de diciembre del pasado año.
Ello no fue sino la forma de expresión de un pueblo noble, fidelísimo y leal, cual lo pregona la leyenda que circunda la insignia heráldica de la Ciudad de quien sois hijos.
En segundo lugar, y ello me anima a desvelarme y esmerarme en regir los destinos, subvenir a las necesidades y tratar de resolver los múltiples problemas que puede tener un municipio de la importancia del nuestro, todos los ciudadanos de Villena son de "primera clase", de un noble metal en el que merece la pena labrar sin descanso, sin desaliento moral ni físico, ya que con este material, la obra no tiene más remedio que resultar perfecta.
Es ésta la primera ocasión que se me ofrece de dirigirme colectivamente a todos los villenenses, a través de esta revista editada todos los años con motivo de las Fiestas que se celebran en honor de Nuestra Excelsa Patrona, la Virgen de las Virtudes, y quisiera que fuese para todos la expresión del más sincero y cordial saludo de vuestro Alcalde.
Ante todo, quiero agradeceros, con el más profundo y sincero reconocimiento, vuestra irrefutable adhesión y fidelidad al Caudillo cuando se os deparó la ocasión de manifestarlas en el memorable día del Referéndum llevado a cabe el 14 de diciembre del pasado año.
Ello no fue sino la forma de expresión de un pueblo noble, fidelísimo y leal, cual lo pregona la leyenda que circunda la insignia heráldica de la Ciudad de quien sois hijos.
En segundo lugar, y ello me anima a desvelarme y esmerarme en regir los destinos, subvenir a las necesidades y tratar de resolver los múltiples problemas que puede tener un municipio de la importancia del nuestro, todos los ciudadanos de Villena son de "primera clase", de un noble metal en el que merece la pena labrar sin descanso, sin desaliento moral ni físico, ya que con este material, la obra no tiene más remedio que resultar perfecta.
Foto Soli.

Quiero hacer conocer a todos los villenenses que, a raíz de la audiencia que don Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado y Caudillo de España, concedió a esta M. I. Corporación Municipal con motivo de la aceptación y posterior imposición de la "Medalla de Oro de la Ciudad", Su Excelencia se dignó dirigirse a mí, como Presidente de la Corporación, en una conversación relativamente dilatada.
Con toda sencillez, con sumo cariño y grandes muestras de paternal afecto, el Caudillo procuró informarse de todos nuestros problemas -educativos, económicos, sociales, planes para un futuro inmediato, etc.- y se dignó aconsejarme respecto a ciertas providencias que se debían tomar. No soy capaz de transmitiros la amplitud de su afecto, de su interés por Villena, que, en vuestro nombre y en el mío propio, agradecí de todo corazón. Quisiera también hablaros de las Fiestas, de las "nuestras", de las de "Moros y Cristianos", que, como sabéis, han sido declaradas de "Interés Turístico" por el Ministerio de Información y Turismo. Pues bien, paisanos: a tal Señor, tal honor. Debemos sentirnos deudores por tal distinción, y ello me preocupa. Tened en cuenta que la brillantez de los festejos -que por otra parte están rozando ya el dintel de la prohibición económica- no depende del esfuerzo de la Comisión ni de los desvelos financieros de los componentes o miembros de las Comparsas.
Hasta ahora, "a trancas y barrancas", la cosa salió. De ahora en adelante -máxime cuando es ineludible una superación- un fallo en cualquiera de las ya tan explotadas fuentes, pudiera significar una catástrofe.
Con esto quiero dar a entender que las Fiestas son nuestras, son de todos. De los que participan en ellas directamente y de los que se reducen cómodamente a meros espectadores para divertirse sin merma de su personal economía.
Actualmente -y de ello debemos dar gracias a Dios por la sabia dirección de nuestro Caudillo- es evidente que el nivel de vida mejoró ostensiblemente, y que hay una más justa y equilibrada distribución de la renta nacional. Es, pues, también lógico y justo, que, en proporción equivalente y razonable, cooperemos todos y cada uno de nosotros en mantener y mejorar nuestras Fiestas, especialmente en sus aspectos religioso y popular.
No es a las del presente año a las que mis palabras se refieren. Tomadlas como adelanto para las del año próximo de 1968 y como recomendación cordial de que acojáis con agrado y sincera aceptación las innovaciones que, en tal sentido, establezca la Comisión.
Réstame tan sólo pediros vuestra sincera y leal cooperación ciudadana para que resulten más asequibles y fáciles de solucionar los múltiples problemas que cotidianamente agobian a los miembros de vuestra Corporación, a quienes libremente propusisteis para encauzar y resolver los asuntos de vuestra ciudad.
Por último, no puedo por menos de expresar mi más sincero agradecimiento al Excmo. Sr. D. Luis Nozal López, Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, por el inmerecido honor que me confirió de regir los destinos de esta población. Con él me siento íntimamente ligado para colaborar, en la medida de mis modestas fuerzas, al progreso, engrandecimiento y mejor gloria de España.
Pascasio ARENAS LOPEZ
Extraído de la Revista Villena de 1967
Con toda sencillez, con sumo cariño y grandes muestras de paternal afecto, el Caudillo procuró informarse de todos nuestros problemas -educativos, económicos, sociales, planes para un futuro inmediato, etc.- y se dignó aconsejarme respecto a ciertas providencias que se debían tomar. No soy capaz de transmitiros la amplitud de su afecto, de su interés por Villena, que, en vuestro nombre y en el mío propio, agradecí de todo corazón. Quisiera también hablaros de las Fiestas, de las "nuestras", de las de "Moros y Cristianos", que, como sabéis, han sido declaradas de "Interés Turístico" por el Ministerio de Información y Turismo. Pues bien, paisanos: a tal Señor, tal honor. Debemos sentirnos deudores por tal distinción, y ello me preocupa. Tened en cuenta que la brillantez de los festejos -que por otra parte están rozando ya el dintel de la prohibición económica- no depende del esfuerzo de la Comisión ni de los desvelos financieros de los componentes o miembros de las Comparsas.
Hasta ahora, "a trancas y barrancas", la cosa salió. De ahora en adelante -máxime cuando es ineludible una superación- un fallo en cualquiera de las ya tan explotadas fuentes, pudiera significar una catástrofe.
Con esto quiero dar a entender que las Fiestas son nuestras, son de todos. De los que participan en ellas directamente y de los que se reducen cómodamente a meros espectadores para divertirse sin merma de su personal economía.
Actualmente -y de ello debemos dar gracias a Dios por la sabia dirección de nuestro Caudillo- es evidente que el nivel de vida mejoró ostensiblemente, y que hay una más justa y equilibrada distribución de la renta nacional. Es, pues, también lógico y justo, que, en proporción equivalente y razonable, cooperemos todos y cada uno de nosotros en mantener y mejorar nuestras Fiestas, especialmente en sus aspectos religioso y popular.
No es a las del presente año a las que mis palabras se refieren. Tomadlas como adelanto para las del año próximo de 1968 y como recomendación cordial de que acojáis con agrado y sincera aceptación las innovaciones que, en tal sentido, establezca la Comisión.
Réstame tan sólo pediros vuestra sincera y leal cooperación ciudadana para que resulten más asequibles y fáciles de solucionar los múltiples problemas que cotidianamente agobian a los miembros de vuestra Corporación, a quienes libremente propusisteis para encauzar y resolver los asuntos de vuestra ciudad.
Por último, no puedo por menos de expresar mi más sincero agradecimiento al Excmo. Sr. D. Luis Nozal López, Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, por el inmerecido honor que me confirió de regir los destinos de esta población. Con él me siento íntimamente ligado para colaborar, en la medida de mis modestas fuerzas, al progreso, engrandecimiento y mejor gloria de España.
Pascasio ARENAS LOPEZ
Extraído de la Revista Villena de 1967
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