Cada semana el grupo Cronistas de Villena publica un microrrelato relacionado con nuestra Fiestas de Moros y Cristianos, poniendo en valor “pequeñas perlas” inspiradas en nuestra Fiesta con infinidad de matices: originales, entrañables, históricos, populares, etc.
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El cajón del desván
Autora: María Laura Gran Milán – Cronista de la Comparsa de Andaluces
Día 4 que fuera y lo pasao pasao… canturreaban Elena y Alicia. Ya estáis otra vez cantando. No quiero oír ni el Día 4 ni el pasodoble del 75 aniversario. Ya os he dicho que¡¡¡ no quiero escuchar nada relacionado con las fiestas!!!
Las pequeñas miraban asombradas al oír las palabras del abuelo y no podían entender que es lo que le sucedía.
Mama, que le pasa al abuelo, no nos deja cantar los pasodobles que nos gustan. Queremos cantar y desfilar por el pasillo de casa y no podemos. Las pequeñas estaban entristecidas con la actitud del abuelo.
Mirar niñas , explico su mama. El abuelo tiene una enorme tristeza porque este es el primer año que la abuela no estará con nosotros en fiestas. Es el primer año, que no preparará con esmero cada atuendo del traje de contrabandista, almidonando como ella solo sabia, nuestras camisas. Y preparando las ricas pasticas. Debéis entender como nos podemos sentir y tenéis que esperar a que el tiempo pueda ayudar a recomponernos.
Pero las pequeñas no quedaron conformes con las palabras de su madre. Comenzaron a pensar que es lo que podían hacer para poder ayudar al abuelo.
Pensaron, buscaron …mientras a escondidas escuchaban el 75 aniversario y el pasodoble ecos españoles que tanto les gusta para desfilar. Hasta que por casualidad un día subieron al desván a sacar las botas de contrabandistas que necesitaban para completar la indumentaria festera.
Detrás de las cajas de botas observaron un gran cajón de madera. Nunca antes lo habían visto. Las dos se miraron asombradas y decidieron ver que es lo que había dentro.
Las niñas quedaron sorprendidas de los “tesoros familiares festeros” que poseían. Descubrieron sus trajes de cuando eran pequeñas, gorros, mantas…. un sin fin de artículos festeros que con esmero se habían guardado durante años.
Pero cual fue su sorpresa cuando en el fondo del mismo descubrieron un pequeño álbum de fotos, con fotos de sus padres, abuelos, ellas de pequeñas. Un bonito álbum que tenia entre sus páginas un sobre con una carta dentro.
Las niñas se apresuraron abrir y descubrieron una carta de su abuela. En la misma pudieron leer:
Estos son los recuerdos de la familia, recuerdos festeros, contrabandistas. He intentado reunir cada momento vivido junto a vosotros, para que cuando ya no esté contempléis cada uno de ellos y recordéis lo felices que eramos. Debéis seguir con este legado y completar nuestra “historia contrabandista”.
Las niñas se pusieron muy contentas y corrieron a buscar a su madre y abuelo.
Gritaron, mama, abuelo ¿dónde estáis? . Estamos en la cocina respondió su madre.
Las niñas llegaron acaloradas y con muchas ganas de contar su descubrimiento. Mama, abuelo tenéis que venir con nosotros al desván, hemos descubierto un gran tesoro.
La madre y el abuelo acompañaron a las pequeñas. En el desván las niñas les indicaron que levantaran la tapa del gran cajón y sacaran de dentro el álbum de fotos. Sorprendidos leyeron las bonitas palabras que la abuela les había dejado.
Ambos miraron a las niñas y comprendieron su significado. Debían continuar y seguir disfrutando de lo que más le gustaba a la abuela, vivir sus fiestas. El tiempo les había llegado y debían continuar su legado festero y completar su “historia contrabandista”.
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