¡AJOS… DE VILLENA!
Este es el grito que todos habréis escuchado alguna vez como pregón de la excelencia de un producto de procedencia tan inconfundible como la fonética de su nombre articulada por la garganta de un castizo villenense. Su ascendencia es remotísima.
Recientes investigaciones han documentado su empleo en la culinaria popular villenense desde hace, por lo menos, cuarenta siglos. Nuestra revista acoge gustosísima la imagen de este modesto bulbo que, en su aparente insignificancia, ha sabido difundir el nombre de nuestra Ciudad por todos los ámbitos del Mundo.
Recientes investigaciones han documentado su empleo en la culinaria popular villenense desde hace, por lo menos, cuarenta siglos. Nuestra revista acoge gustosísima la imagen de este modesto bulbo que, en su aparente insignificancia, ha sabido difundir el nombre de nuestra Ciudad por todos los ámbitos del Mundo.
Fotos: Cortesía de Sánchez - Alicante
Extraído de la Revista Villena de 1953
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