Editorial
Nuevamente llega a nuestras manos la Revista Villena. Pero todos sabemos que este número es diferente; es, para la mayoría de ciudadanos, el más entrañable. Y no tanto por el formato y colorido de su diseño, sino más bien, porque nos acerca a nuestras Fiestas.
Sus páginas, también, se expanden fuera de nuestro entorno geográfico, y contribuyen a reforzar ese vínculo afectivo y maternal que existe entre los villeneros (residentes en otros lugares) y su tierra.
Afortunadamente, este número refleja ya que las Fiestas no acaparan todas las expectativas de este pueblo, que van cediendo su lugar privilegiado a otro tipo de necesidades culturales con las que Villena y las propias Fiestas se enriquecen constantemente.
Se aúnan aquí lo actual y lo pasado para, de alguna manera, poder mostrar además de los hechos históricos ocurridos, el acontecer cotidiano que configurará nuestra historia venidera.
Hay constancia de la cantidad de actividades que se desarrollan en nuestra ciudad promovidas, muchas de ellas, por el Ayuntamiento, y deseadas por un considerable número de ciudadanos. En todas ellas se vislumbra un tronco común: potenciar Villena; y para ello, en muchas ocasiones, hay que ampliar las miras y transcender nuestra propia ciudad. Y esto lo hacemos también con las Fiestas.
Extraído de la Revista Villena de 1982
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