Inaugurada la exposición "Tinto o blanco, blanco y negro... el color no importa" de Paco Gisbert y Ana Mary Aliaga en la Casa de Cultura ante muchos amigos amantes de la buena fotografía y del buen vino, estará abierta hasta el 10 de febrero.
Se dijo... "Emoturismo" de emociones y no Enoturismo.
... y pasadas las cabañuelas había que desempolvar los espartines y engalanar aquellas calles... y apenas terminaba agosto, bajar empolvadas las viejas sillas de las añoradas cambras hasta la Calle Nueva, más a la Corredera o tal vez a la Calle Ancha, para ser asiento, que aunque improvisado, a cualquiera se le antojaba palco, de aquellos espectadores, de aquellos "mirones", que de verdad disfrutábamos de los irisados desfiles septembrinos de Moros y Cristianos.
Aquellas calles de bendita tierra, de acogedora tierra, todavía sin asfaltar, nos dejaron y nos enseñaron a jugar con nuestras canicas de barro al guá, o a los cartones, a la lima, a la estornija o al tejo. En ella, con ella, compartíamos juegos, ideábamos juguetes.
Era tiempo de caracoles y de habas ya sesteada la tarde, en la calle, al fresco... y de rebanadas de pan con vino y azúcar.
Pronto se desvanecería el agradable olor de la lábil y verde alábega, de la penetrante pólvora negra, ya las calles como siempre, traerían el colegio... como siempre.
Y la vendimia al lagar, a la bodega del abuelo Pepe, "Candileja" para más señas, y se destapaban los cubos y nos cerraban la puerta: no podéis pasar que os vais a entufar, aunque de vez en cuando nos poníamos a pisar...
Por las benditas calles de tierra subían, camino de la bodega, aquellos carros con un revuelo de avispas encima y otro, a cada lado, de chiquillos buscando las uvas blancas.
Muchas bodegas había en Villena y las calles se emborrachaban de ese olor a raspajos y hollejos, a uva recién pisada, a fermentados mostos. Las bodegas parecían purificarse con las azuladas y lentas llamas de las azufradas mechas que sahumaban los hechidos conos.
Ya todo elaborado, el vino quedaba a la venta, a granel, casi a diario, para el gasto, porrones, catalanas, en garrafa, todo bien reciclado...
Gracias a esos abuelos que nos dejaron jugar en la tierra y vivirla y así amarla, gracias a la Bodega y al Pinar y a la mula Castaña y a las calles sin asfaltar...
Gracias a mi abuelo Paco "Barranco" y a la abuela Ángeles, de la Casa El Alto, y al abuelo Pepe "Candileja" y a la abuela Juana, de "Las Quebrás"...
Paco Gisbert Tomás
"Barranco" por un lado y "Candileja" por el otro, para más señas...
Foto recuerdo...
Somos dos...
Autodidactas, aunque hayamos hecho cuantos talleres se nos han puesto a nuestro alcance compartiendo siempre nuestras fotografías con la Agrupación Fotográfica de Villena y otras entidades. Ya va para 40 años largos de afición..., somos analógicos y seguimos pensando que la fotografía no es fotografía si no se comparte. Y es lo que queremos hacer con esta nuestra primera exposición: "Tinto o blanco, blanco y negro... el color no importa".
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