Ángel Hernández Menor
El día ocho de septiembre de 1925, cuando Villena celebraba las fiestas de la Patrona de la Ciudad en este culminante día de los festejos, moría un villenense en la acción militar del desembarco en Alhucemas, un lugar de la costa mediterránea situado al oeste de Melilla, en lo que entonces era el Marruecos español. La campaña se desarrollaba contra las tropas moras que al mando de su cabecilla, Abd-el-Krim, combatían a los soldados españoles que guarnecían el Protectorado.
El día ocho de septiembre de 1925, cuando Villena celebraba las fiestas de la Patrona de la Ciudad en este culminante día de los festejos, moría un villenense en la acción militar del desembarco en Alhucemas, un lugar de la costa mediterránea situado al oeste de Melilla, en lo que entonces era el Marruecos español. La campaña se desarrollaba contra las tropas moras que al mando de su cabecilla, Abd-el-Krim, combatían a los soldados españoles que guarnecían el Protectorado.
El villenense fallecido era el teniente de Caballería Ángel Hernández Menor, y la noticia llenó de consternación a los villenenses. Como consecuencia, el día doce de septiembre se convocaba una sesión extraordinaria del Ayuntamiento local con un único punto: el de la comunicación oficial a los componentes del consistorio de la dolorosa noticia, y el de la adopción de medidas con ella relacionadas.
Los componentes del Ayuntamiento que concurrieron a la sesión fueron el alcalde, Ramón Palao Fabregat, y los concejales José María Menor y Menor, Pura Bellod Cano, Isidro Hernández Pérez, Juan Bellod Bellod, Joaquín Selva Lorenzo, Cristóbal Pérez Gozálbez, Antonio Martínez Hernández, Bartolomé Amorós Bellod, Antonio Fernández de Palencia, Joaquín Sandoval Amorós, Gumersindo Poveda Alcaraz, Joaquín López Pérez, Francisco Hernández Catalán, Andrés Hernández Amorós y José Camarasa García.
Los componentes del Ayuntamiento que concurrieron a la sesión fueron el alcalde, Ramón Palao Fabregat, y los concejales José María Menor y Menor, Pura Bellod Cano, Isidro Hernández Pérez, Juan Bellod Bellod, Joaquín Selva Lorenzo, Cristóbal Pérez Gozálbez, Antonio Martínez Hernández, Bartolomé Amorós Bellod, Antonio Fernández de Palencia, Joaquín Sandoval Amorós, Gumersindo Poveda Alcaraz, Joaquín López Pérez, Francisco Hernández Catalán, Andrés Hernández Amorós y José Camarasa García.
Los acuerdos que tomaron los citados en relación con la muerte de Hernández Menor fueron numerosos: nada menos que nueve, y los transcribimos tal como los refleja el acta de la sesión. Fueron los siguientes:
1.º - Que conste en acta el sentimiento de la Corporación municipal por la pérdida del bravo Teniente de Caballería D. Ángel Hernández Menor, gloria de España, del Ejército y honra y gloria de este pueblo que lo vio nacer.
2.º - Que se le nombre Hijo Predilecto e Ilustre de Villena.
3.º - Que se imponga el nombre de calle del Teniente Hernández Menor a la que lleva el nombre de calle Mayor.
4.º - Que se coloque en la casa que nació una lápida que perpetúe su memoria.
5.º - Que costee el Ayuntamiento funerales en sufragio de su alma, invitando a ellos a S. M. el Rey, Directorio, Academia de Caballería y autoridades civiles, militares y eclesiásticas pertinentes.
6.º - Que para el caso en que el cadáver sea transportado a Villena, se recabe de la familia autorización para exponerlo en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, convertido en capilla ardiente.
7.º - Que en el mismo Salón se coloque un retrato del glorioso Teniente, como recuerdo perpetuo para los hijos de Villena.
8.º - Que una Comisión del Ayuntamiento visite y dé el pésame a la familia del finado en nombre de Villena, comunicándole los acuerdos tomados en esta sesión.
9.º - Y que se inicie una suscripción popular, encabezada por el Ayuntamiento, para erigir un busto en el parterre al Teniente D. Ángel Hernández Menor.
1.º - Que conste en acta el sentimiento de la Corporación municipal por la pérdida del bravo Teniente de Caballería D. Ángel Hernández Menor, gloria de España, del Ejército y honra y gloria de este pueblo que lo vio nacer.
2.º - Que se le nombre Hijo Predilecto e Ilustre de Villena.
3.º - Que se imponga el nombre de calle del Teniente Hernández Menor a la que lleva el nombre de calle Mayor.
4.º - Que se coloque en la casa que nació una lápida que perpetúe su memoria.
5.º - Que costee el Ayuntamiento funerales en sufragio de su alma, invitando a ellos a S. M. el Rey, Directorio, Academia de Caballería y autoridades civiles, militares y eclesiásticas pertinentes.
6.º - Que para el caso en que el cadáver sea transportado a Villena, se recabe de la familia autorización para exponerlo en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento, convertido en capilla ardiente.
7.º - Que en el mismo Salón se coloque un retrato del glorioso Teniente, como recuerdo perpetuo para los hijos de Villena.
8.º - Que una Comisión del Ayuntamiento visite y dé el pésame a la familia del finado en nombre de Villena, comunicándole los acuerdos tomados en esta sesión.
9.º - Y que se inicie una suscripción popular, encabezada por el Ayuntamiento, para erigir un busto en el parterre al Teniente D. Ángel Hernández Menor.
Uniforme de Gran gala de Húsares de Pavía (De la magnífica colección de D. Jesús Dolado Esteban, parte de la cual ha sido expuesta en Julio-Agosto de 2009 en el Casino Militar de Melilla con motivo del Centenario de la Campaña de África 1909
El militar objeto y sujeto a la vez de estos acuerdos había nacido en Villena el 27 de marzo de 1899, y fue el noveno hijo de los esposos José Hernández Valdés y Catalina Menor Catalán. Tras la enseñanza primaria hizo estudios de bachillerato en el Colegio de Nuestra Señora de las Virtudes, que dirigía D. José Serra Dalmau. Dada su decidida vocación militar, a los quince años lo enviaron sus padres a Toledo para que en un centro de estudios prepararse su ingreso en la Academia de Infantería. Finalmente, sin embargo, fue a la de Caballería, en Valladolid, el año 1917.
Terminados sus estudios en 1920, ya con el grado de alférez, solicitó ser enviado a Marruecos donde tomó parte en numerosos hechos de armas. Sus méritos en campaña le proporcionaron ser condecorado con la Medalla Militar de Marruecos y la Cruz de Sufrimientos por la Patria, siendo ascendido a teniente a los 22 años. En abril de 1925, durante unos de sus permisos, sus compañeros del Arma de Caballería organizaron en Madrid un banquete en su honor por su brillante campaña en África, de cuyo homenaje daba cuenta el periódico A B C el día 27.
Hernández vuelve a Marruecos, y el 8 de septiembre de 1925, no obstante estar enfermo, solicita formar parte de la vanguardia de las tropas que desembarcan en la playa de «la Cebadilla», en Alhucemas. Apenas desembarca, una bala de cañón acaba con su vida.
Los restos mortales del teniente fueron trasladados a Villena días después. Convertido el Salón de Sesiones en capilla ardiente, como el consistorio había previsto, el acto del sepelio tuvo lugar el día 20 de septiembre, con asistencia de altas autoridades civiles y militares y la mayor parte de la población villenense.
En 1928 se le ascendió con carácter póstumo a capitán, por R.O. que lo situó, asimismo, como el número uno en la escala de los capitanes del arma de Caballería. Y en el mismo año se le concedía la Cruz Laureada de San Fernando.
Terminados sus estudios en 1920, ya con el grado de alférez, solicitó ser enviado a Marruecos donde tomó parte en numerosos hechos de armas. Sus méritos en campaña le proporcionaron ser condecorado con la Medalla Militar de Marruecos y la Cruz de Sufrimientos por la Patria, siendo ascendido a teniente a los 22 años. En abril de 1925, durante unos de sus permisos, sus compañeros del Arma de Caballería organizaron en Madrid un banquete en su honor por su brillante campaña en África, de cuyo homenaje daba cuenta el periódico A B C el día 27.
Hernández vuelve a Marruecos, y el 8 de septiembre de 1925, no obstante estar enfermo, solicita formar parte de la vanguardia de las tropas que desembarcan en la playa de «la Cebadilla», en Alhucemas. Apenas desembarca, una bala de cañón acaba con su vida.
Los restos mortales del teniente fueron trasladados a Villena días después. Convertido el Salón de Sesiones en capilla ardiente, como el consistorio había previsto, el acto del sepelio tuvo lugar el día 20 de septiembre, con asistencia de altas autoridades civiles y militares y la mayor parte de la población villenense.
En 1928 se le ascendió con carácter póstumo a capitán, por R.O. que lo situó, asimismo, como el número uno en la escala de los capitanes del arma de Caballería. Y en el mismo año se le concedía la Cruz Laureada de San Fernando.
Dos años más tarde, en 1930, se erigió un sencillo monumento con el busto del militar villenense «en una de las plazas de la ciudad», decía D. Alfonso Arenas en un artículo que le dedicó en 1956 en la Revista «VILLENA». Destruido el monumento durante los desórdenes de julio de 1936, fue repuesto, a mediados de los años cincuenta, y situado en la pequeña plaza que constituye el inicio de la actual avenida de la Constitución, donde se encuentra actualmente. Nada sabemos de la lápida que acordó confeccionar el Ayuntamiento para situarla en la casa donde nació Hernández Menor. Si llegó a hacerse así, tal vez sufriera la misma suerte que el busto durante los trágicos años de la guerra civil.
En 1932, en la Escuela de Equitación Militar de Carabanchel, se erigió un nuevo monumento a Hernández Menor. Una curiosa fotografía que reproduce la Revista «VILLENA» del año 2000, en un artículo de Alfredo Rojas que ofrece algunos datos sobre nuestro paisano, se refiere a la inauguración del monumento. En ella se nos muestra al presidente de la República, Alcalá Zamora, al ministro de la Guerra, Manuel Azaña, y al Director general de Seguridad, general Mola, con otros personajes presentes en el acto. El busto figura hoy en la Academia de Caballería de Valladolid.
Texto extraído del libro... De Villena y los villeneros.
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
En 1932, en la Escuela de Equitación Militar de Carabanchel, se erigió un nuevo monumento a Hernández Menor. Una curiosa fotografía que reproduce la Revista «VILLENA» del año 2000, en un artículo de Alfredo Rojas que ofrece algunos datos sobre nuestro paisano, se refiere a la inauguración del monumento. En ella se nos muestra al presidente de la República, Alcalá Zamora, al ministro de la Guerra, Manuel Azaña, y al Director general de Seguridad, general Mola, con otros personajes presentes en el acto. El busto figura hoy en la Academia de Caballería de Valladolid.
Texto extraído del libro... De Villena y los villeneros.
Alfredo Rojas y Vicente Prats.
No hay comentarios:
Publicar un comentario