17 ene 2022

1964 OLVIDO LAMENTABLE

OLVIDO LAMENTABLE
Llega a mis manos un libro que recibo con curiosidad. Es un ejemplar del CALENDARIO TURISTICO 1964, editado bellamente por el Servicio de Publicaciones de la Subsecretaría de Turismo, para su distribución gratuita. Consta de 178 páginas, cuidadosamente impresas, tamaño 13 x 22, con vistosas fotografías en color en sus cubiertas, y numerosos dibujos sencillos y atrayentes, en su interior. y cuida de consignarse en el mismo, aparte de la prohibición de su venta, que son autores respectivos, de sus textos, el Servicio de Información Turística; de la maqueta, J. García Ochoa; y J. Ruiz Navarro, de los dibujos.

El libro en cuestión es grato a la vista y de fácil manejo. Siguiendo en sus páginas el orden de los meses y días del año incluye en cada fecha las ciudades y localidades de España que en aquélla celebran sus fiestas, con expresión de cuáles sean éstas, de las características de la población y de los monumentos, museos y obras de arte que posee y merecen visitarse. Comienzo a hojearlo con interés, que aumenta al leer unas breves palabras de presentación de la Subsecretaría de Turismo, ofreciendo el Calendario como un «compendio abreviado de la gran riqueza folklórica de nuestro país», en el que figura «toda la gama de la España festiva, desde las famosas solemnidades de la Semana Santa española, las Ferias en su aspecto folklórico, industrial o técnico, ... la vida deportiva, cultural y artística, etc., de la nación, hasta aquellas festividades de localidades recatadas que, dentro de la modestia de sus pintorescos programas, han conservado el sabor popular y arcaico de una tradición celosamente conservada». Y para que la obra sea más completa, se añade en esta presentación que «a la información de los festejos y acontecimientos se ha agregado una serie de datos útiles para el turista y forastero que visite los «rincones de España»: situación de las localidades, medios de acceso, alojamientos y una descripción breve de su riqueza monumental.»
Tan seguro estoy de que no puede faltar el nombre de mi pueblo en las páginas de este libro que refreno adrede mi deseo de buscarlo en sus índices, —por provincias y alfabético—, imaginando cuáles serán los festejos tradicionales villenenses, con sus «pintorescos programas de sabor popular y arcaico», que el Calendario recogerá, y cuál la «riqueza monumental, artística y cultural» de Villena que habrá de destacarse. Y gozosamente recuerdo que el Excmo. Sr. Ministro de Información y Turismo don Manuel Fraga Iribarne, honrando las páginas de nuestra revista anual VILLENA, con un magnífico trabajo, publicado en el número correspondiente a septiembre de 1963 —es decir, pocos meses antes de la aparición del Calendario Turístico 1964—, expresaba su satisfacción por colaborar en periódico que sale a la luz «con motivo de las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos, ...DE TAN HONDA RAIGAMBRE, ...LLENAS DE BELLEZA Y COLORIDO», y cuidaba de resaltar, «junto a su aspecto festivo y FOLKLORICO, su PROFUNDO SIGNIFICADO HISTORICO Y ESPIRITUAL, siendo dignas de ser exhibidas con orgullo por los hijos de Villena, como alto exponente de calidad artística y de conciencia tradicional».
Con este regusto en mi pensamiento, con esta ilusión, ingenua y localista si se quiere, pero que no sonroja mi acendrado villenerismo, busco, al fin, el nombre de mi pueblo en los índices del libro, en la creencia de que la referencia que allí figure habrá de llevarme seguidamente a mirar las páginas correspondientes a los días cinco al nueve de septiembre, en cuyas fechas se mencionará a Villena como ciudad digna de ser visitada por el forastero, que podrá en ella admirar, además de sus monumentos y de su museo arqueológico, el «tipismo, sabor y colorido» de sus fiestas de Moros y Cristianos, y el entusiasmo y amor de los villenenses por su Virgen de las Virtudes. Nada, sin embargo, encuentro en tales índices; y cuando ya, extrañado y sorprendido por esta omisión que no me explico, acudo impaciente al interior del texto y, concretamente, al referido mes, compruebo, dolorido y atónito, que no hay en las páginas de este opúsculo alusión alguna a nuestra patria chica, cuyo nombre se silencia y desconoce totalmente por los autores del Almanaque.
Me pregunto cómo es posible este tan lamentable olvido; y entonces me apremia averiguar si es común con otras poblaciones que tienen análogas características a la nuestra, o celebran parecidos festejos. Pronto descubro que no, y que la exclusión en este libro de nuestra ciudad, con contrastar grandemente con las referencias a otros pueblos, parece deliberada y consciente, incluso. Ofrezco al paciente lector algunas muestras de cuanto vengo afirmando, para que siente sus propias conclusiones.
Destaca el Calendario, por referirme exclusivamente a localidades que celebran las típicas fiestas de Moros y Cristianos, en la provincia de Alicante, a las de Alcoy, Bañeres, Biar —con su «Baile de las Espías»—, Elda, Ibi, Sax —con su interesante castillo árabe—, y Villajoyosa; y a Bocairente y Onteniente, en la provincia de Valencia. Sin censurar la inclusión de estas poblaciones, que estimo justa y acertada, y sin ánimo de comparar entre sus festejos y los nuestros, señalo la anomalía y el absurdo que significa la exclusión de Villena en aquella relación. Porque ¿son, en verdad, de menos calidad, tienen menos tipismo y sabor nuestras fiestas a las de esas otras ciudades y villas de Alicante y Valencia? No merecen, acaso, las nuestras colocarse, al menos, al mismo nivel que las de cualquiera de las poblaciones referidas? ¿Se puede afirmar seriamente, con la seriedad que debe tener un organismo oficial, que la alegría y esplendor de la «Entrada» del día 5 de septiembre, en Villena ; la majestad y lujo de la «Cabalgata» de la noche del 6, la solemnidad y respeto de las comparsas en la tarde del 8, durante el «Paseo de la Virgen», carecen totalmente de interés para el turista y forastero? Así parece creerlo, ciertamente, la Subsecretaría de Turismo, contrariamente a la opinión, mucho más autorizada, del señor Ministro, que, ratificándola, vuelve a colaborar en este mismo número de nuestra revista insistiendo en los elogios de Villena y de sus fiestas que hizo en su artículo del año anterior.
Y si de los festejos típicos pasamos a los valores culturales y artísticos de una población, a sus monumentos, y a sus museos, comprobaremos que, para los autores del Almanaque, merecen destacarse, entre las localidades próximas a Villena, las siguientes:
ALMANSA: Por ser ciudad antiquísima y por su castillo. (Nuestro pueblo, por lo que estamos viendo, ni tiene historia ni castillo. El que en Villena hayan sido descubiertos restos de habitaciones prehistóricas anteriores en cincuenta mil años; que el yacimiento del «Cabezo Redondo» haya sido calificado como la más importante ciudad del Bronce Mediterráneo ; que su castillo-fortaleza, residencia de infantes y de príncipes, esté declarado Monumento Nacional, carece de toda importancia).
CAUDETE: Por sus «Bailes del Niño», trajes y bailes típicos. La «Fiesta de los Reyes Magos» en el Caserío de las Virtudes, análoga al Misterio de los Magos que se representa en Cañada —también desconocida por los autores del Almanaque—; los bailas y canciones de nuestro original y rico folklore, revividos y dados a conocer por ese magnífico Grupo de Danzas de la Sección Femenina Villenense, acaparador de premios en competiciones y certámenes, y que mereció actuar ante la Televisión. Española, en representación de esta provincia, no tienen interés alguno.)
Una demostración más de lo que nuestra ciudad representa entre los pueblos españoles, y de los múltiples y heterogéneos aspectos que en el orden cultural y artístico la caracterizan, es que haya sido escogida por el profesorado y alumnos del VII Curso de Verano para extranjeros, de la Cátedra "Mediterráneo", como escenario de una excursión. Esta se celebró el pasado día 16 de Julio y ofrecemos tres momentos de la visita realizada.
YECLA: Por su pequeño museo del Colegio de los Escolapios, con escultores ibéricos. (Justísima y todavía corta su cita. Pero el Museo Arqueológico de nuestra ciudad, fruto de muchos años de vida y de trabajo de ese gran villenero que se llama José María Soler García; pasmo y asombro de los investigadores españoles que por primera vez lo visitan; en el que pueden estudiarse todas las culturas y civilizaciones que formaron nuestra patria; y en el que hoy se exhibe —como uno de los últimos hallazgos del señor Soler, que tuvo acogida y resonancia en toda la prensa, radio y televisión nacionales, e incluso extranjeras, un excepcional conjunto de objetos de oro de hace tres mil años, no se estima por la Subsecretaría de Turismo siquiera interesante. No lo entienden así los científicos y universitarios extranjeros que, cada vez más frecuentemente, vienen a nuestro pueblo, incluyendo la visita al mismo como escala obligada de sus itinerarios. En otro lugar de esta revista se informa de la reciente estancia en Villena de los profesores y alumnos del Aula Mediterráneo de la Universidad de Valencia, quienes, seguros estamos, no precisarán leer ni conocer el Calendario Turístico 1964, para convertirse en propagandistas de nuestra ciudad).
BOCAIRENTE: Por sus cuadros de Juan de Juanes y Sorolla en la Parroquia. (Nuestro templo arciprestal de Santiago, con sus incomparables columnas salomónicas, verdadera joya de la arquitectura religiosa levantina, que mereció los más cálidos elogios del Excmo. Sr. Director General de Bellas Artes don Gratiniano Nieto durante su visita al mismo, anterior a la publicación del Almanaque que se comenta, tampoco es digno de ser conocido).
Y así... ¿Mas, para qué seguir, amigos, con esta relación, que podríamos continuar con otros muchos ejemplos? Cierro con pena y disgusto este Calendario Turístico 1964, que recibí y abrí con tanta curiosidad de interés. Devuelvo el libro a quien me lo prestó, después de habéroslo dado a conocer. No dudo que esta obra tendrá sus valores y méritos; pero, al menos, en cuanto a nosotros respecta, no ha podido ser más desafortunada. Considero el yerro padecido por el organismo oficial, de tanto bulto, tan lamentable el olvido aparente, que sospecho si no será tan involuntaria la exclusión de nuestro pueblo y si existirá una causa, para mí desconocida, que la motive, aunque nunca pueda justificarla. Esperemos que, al denunciar aquí públicamente el agravio que se nos hace, merezcamos, de la gentileza y caballerosidad del Excmo. Sr. Ministro de Información y Turismo, la reparación del mismo, si ha sido involuntario, o que se nos den a conocer, en otro caso, las razones que lo hayan determinado.
Alfonso Arenas García - Abogado
Extraído de la Revista Villena de 1964

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