YA PASAN LAS COMPARSAS
La luminosidad del cielo en esta tarde estival, llena de efluvios, lleva al corazón aromatizándolo en ondas rumorosas de infantil entusiasmo tal Vez...
El espectáculo, diríase que tiene un encanto inefable, una indecible atracción...
El espíritu de esta raza hidalga y fuerte, está ahí representado en la gallardía, en la majestad, en el viril empaque de los Festeros poseídos de su papel principalísimo.
La luminosidad del cielo en esta tarde estival, llena de efluvios, lleva al corazón aromatizándolo en ondas rumorosas de infantil entusiasmo tal Vez...
El espectáculo, diríase que tiene un encanto inefable, una indecible atracción...
El espíritu de esta raza hidalga y fuerte, está ahí representado en la gallardía, en la majestad, en el viril empaque de los Festeros poseídos de su papel principalísimo.
El cabo de Gastadores se debe a la atención unánime del concurso que le vitorea y aplaude sus arrogancias exquisitas que rememoran glorias pasadas y pone en el ambiente una nota tan pintoresca y típica que produce emoción, un sentimiento de orgullo patrio, de guapeza española, honrada y sana, cuyos ardores llevan al heroísmo y al sacrífícío. Esa es mi España y este es mí pueblo.
Ya desfilan las comparsas...
Ved ahí un conjunto admirable que inunda los ámbitos de acordes marciales y de universal concierto. En la calma sedante de estas horas. pasan como una visión de ensueño, como feliz algarada, como escena epopéyica, dejando a su paso, con sus músicas melódicas, como una estela de regocijo, como un himno a la alegría de vivir...
Ya pasan las comparsas...
Ya pasan las comparsas...
A la labor cotidiana de la dura lucha por la existencia, sucedieron momentos de reposo y de solaz. Todo ríe. Olvidados quedaron en lo más recóndito los sinsabores del inmenso batallar de la vida, e inunda el pecho la alegría que parece asomar por doquiera su cara de fiesta. Repican incesantemente las campanas y las horas se deslizan amables, saturadas de una paz seductora, de un encantamiento sin fin que deja una huella imborrable.
Es la fiesta genuina, el descanso merecido como grato remanso. La gente deambula dominguera llevando en su pecho la satisfacción de un nobilísimo anhelo y los mozos hablan de amores a las mozas de sus ansías hilvanando la canción eterna en pos siempre del ideal, de la quimera y del ensueño. La ciudad se viste con sus mejores galas y flota en el ambiente el hálito característico de los días felices, el sabor regocijante de la ilusión.
Ya se alejan las comparsas y se pierden en lontananza sus ecos bullangueros repercutiendo después entre salvas atronadoras de disparos de arcabuz.
Luces, aromas, incienso, devoción santa que lleva a los seres todos en un abrazo cordialísimo hacia un horizonte de paz. ¡Oh, fiestas populares, encantadoras fiestas que inspiran ideas de amor y de bondad!
Yo veo en estas fiestas, además, un desbordamiento de color, una inundación de luz y una pura manifestación del arte.
A memos estas fiestas que representan un alto en el vivir resignado de la ciudad tranquila y pone en los labios sonrisas de esperanzas.
Ricardo Menor
Programa de Fiestas 1930 - Fotos… Hernández
Es la fiesta genuina, el descanso merecido como grato remanso. La gente deambula dominguera llevando en su pecho la satisfacción de un nobilísimo anhelo y los mozos hablan de amores a las mozas de sus ansías hilvanando la canción eterna en pos siempre del ideal, de la quimera y del ensueño. La ciudad se viste con sus mejores galas y flota en el ambiente el hálito característico de los días felices, el sabor regocijante de la ilusión.
Ya se alejan las comparsas y se pierden en lontananza sus ecos bullangueros repercutiendo después entre salvas atronadoras de disparos de arcabuz.
Luces, aromas, incienso, devoción santa que lleva a los seres todos en un abrazo cordialísimo hacia un horizonte de paz. ¡Oh, fiestas populares, encantadoras fiestas que inspiran ideas de amor y de bondad!
Yo veo en estas fiestas, además, un desbordamiento de color, una inundación de luz y una pura manifestación del arte.
A memos estas fiestas que representan un alto en el vivir resignado de la ciudad tranquila y pone en los labios sonrisas de esperanzas.
Ricardo Menor
Programa de Fiestas 1930 - Fotos… Hernández
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