Desde este pedestal honroso
La agrupación teatral "Ruperto Chapí"
La agrupación teatral "Ruperto Chapí"
Por Pedro Hernández Hurtado
Vicepresidente de la Comisión organizadora
Vicepresidente de la Comisión organizadora
VED aquí un nuevo jardín villenense: en la huerta natural se ha delimitado un vergel. Ved otro edificio que adorna la Ciudad, surgente cual esos colosos modernos, proyectados al azul, muestra de la vitalidad y potencia creadora de un pueblo lleno de fe en su destino. Ved otra gema abrillantando, prestigiando, el nombre de Villena, para ella produciendo loa y aplauso.
Es la Agrupación Teatral Ruperto Chapí, vergel, edificio, gema artística que, recogiendo del ambiente la vivencia exquisita de esta otra faceta admirable del espíritu villenense, en unos breves años de existencia se ha incrustado, con mérito incuestionable, en el acervo de las cosas que valen la pena, mejor dicho, la gloria, de tener las ciudades que se precian de ser y contar.
Quien sabe de la ambición de su programa y altos proyectos: las Autoridades, la reconocen y distinguen, asistiéndola y dándole ya puestos de honor. Esta página es una muestra de ello. No ha de ser, pues, cantar para ella mi escritura.
Traigo entonces aquí, como una explicación de su existencia, a esa selección de paisanos de derecho y hecho que, cada año, reciben con fruición esta Revista, con tanto fervor cultivada y mejorada, y se beben sus páginas con el corazón desbordado de villenerismo, como mirando y oliendo en ellas todo el caricioso embrujo que nos sugiere esta tierra fiel y bien amada.
La Agrupación ha surgido para fundir en una sola entidad todos los afanes artísticos que, desde siempre, perviven en la afición espiritual de nuestras gentes. En multitud de ocasiones, al correr de los años, la devoción artística, a través del arte escénico como manifestación más asequible, ha tenido virtud de permanencia en logros de gran merecimiento y calidad, que venían a ser como la satisfacción de su sensibilidad artística, que quedaba con ello momentáneamente complacida. No hablamos de los fines altruistas y benéficos que han servido esas dedicaciones, porque éstos sí merecen una muy alta loa.
La «Patria Chica»
«La Tragedia de Pierrot»
Se ha hecho mucho teatro, mucha zarzuela, manifestando siempre facultad y cualidades, sin pasar de lo que alcanza la ráfaga fugaz de los brotes, aunque continuados, esporádicos. Tras el recuerdo en las mentes, nada queda de todo aquello, salvo el pasarse la antorcha, inexplicablemente, de generación en generación. Ni un elemental archivo; ni un álbum de fotografías; ni una colección de programas. Tampoco el cultivo de una promesa; la educación de un valor humano que llevaba en sí una segura esperanza. Era siempre formarlo todo, para dejarlo todo una vez pasado el instante. Y esta situación viene pidiendo, ya tiempo, un encauce, una solución de permanencia, una unificación de afanes y voluntades que, siguiendo la común directriz, sobre la momentánea satisfacción, se vaya hacia un objetivo más denso, en beneficio de esa misma afición espontánea, que permita dotarla de los elementos que hoy día están ambientados al servicio de favorecer todo lo que representa natural calidad, susceptible de mejoramiento y superación.
Una escena de «La Revoltosa» en Torrelavega
y el «concertante» de «La Tempestad» en el Teatro Castelar, de Elda
Es esta idea la que hace surgir, del seno de esas llamémosles «peñas», también inasequibles al desaliento, la Agrupación. En el primer intento queda altamente demostrado su acierto, y eso que lleva en sí sólo el germen incipiente de la idea, todavía sin plasmar en realidad con base positiva.
La idea de la Agrupación y la sola existencia de este título, aglutina recientemente dispares acciones que, aun considerándolas a manera de ensayo, tienen suficiente fuerza para llevar nuestra potencialidad artística a un comprometido examen, ante público extraño, y tan difícil cual el Concurso Nacional de Zarzuelas, en el verano santanderino, en Torrelavega, donde se conquista brillantemente el 2 ° Premio.
Aquello dio seguridad y confirmó confianza. Tras aquel primer éxito, la Agrupación lanzó sus elementos, crecidos ante el triunfo, al camino que deben llevar los aficionados: lo difícil. Y por primera vez se salía de las «cosas hacederas» para adentrarse en «lo imposible». Resultado de ella es que, con «La Tempestad», se fue pasmo de las gentes y, por qué no decirlo, de nosotros mismos. Otra vez, en competición con Cuadros de extrema y famosa valía, el 2.° Premio del Certamen Nacional de Torrelavega era para Villena y, según las crónicas de la Prensa y Radio santanderinas, que a la mano están, se mereció, incuestionablemente, el primer premio.
La Agrupación, solicitada arrolladoramente, ha actuado en muchos escenarios de la provincia, incluido el Teatro Principal de la capital. Se ha hecho, pues, valer y notar en una provincia como la nuestra, que cuenta con corales y masas sinfónicas de legendario prestigio: en el mismo Alicante, en Elche, en Crevillente.
Este verano se ha decidido descansar, que pararse sobre el éxito y estudiar el camino es lo prudente. En ello estamos ahora. Pasadas las Fiestas, se iniciará el nuevo curso, con mucha posibilidad que el lema será: lo difícil. También porque lo difícil es lo único fácil para el aficionado, a más de que en ello está, dada la situación de los escenarios provinciales, su razón de ser.
Para entonces, esta Agrupación debemos convertirla en oficial realidad. Para entonces también, y por corresponsal en esta ocasión me corresponde decirlo, sus puertas serán abiertas para todos los villenenses amantes del arte interpretativo, lírico y dramático. Venid a ella todos los que os guste cantar, interpretar, declamar. No somos la legión de los campos de fútbol; somos de esos menos, de los devotos de la música y el cantar; de la poesía y el romance que, todavía, todavía, siguen teniendo en Villena casa y lugar.
Un coro de «La Czarina», en el Principal, de Alicante
La Agrupación no ha nacido para unos pocos, sino para todos. Los que ahora le dan vida son en los que descansa, como en remanso no olvidado en ningún tiempo, la voluntad artística que nimba, como exquisito adorno, el afán laborioso de esta Ciudad, panel de trabajo y empresa.
La Agrupación desea muchas cosas, para recreo del espíritu; para su cultivo cultural; para un fomento del desarrollo educacional de nuestras gentes; para disponer de una posibilidad de aprovechar valores que, tal vez sin ella, se pierden. Para muchas cosas nobles y hermosas; que no sólo de estadios vive el hombre.
Extraído de la Revista Villena de 1961
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