Por primera vez se asoman a las páginas de esta revista las “monjas encerradas”, esa comunidad de “trinitarias” fundada en 1515 por Leonor Estevan y que se ha sustentado siempre, fundamentalmente, “con algunos trabajos de sus manos”. Aquí las vemos, gozosas y alegres, aderezando turbantes, zaragüelles, chalecos bordados, golas almidonadas, faldas de volantes… Y así contribuyen estas abnegadas religiosas al esplendor de unas “fiestas” que sólo podrán contemplar después, a hurtadillas, desde las celosías de su convento. Reportaje gráfico: Francisco Domene
Extraído de la Revista Villena de 1973
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