18 sept 2021

1977 EL MUSEO DEL BOTIJO

EL MUSEO DEL BOTIJO
Quizá sea la tenacidad, la característica más esencial de todo coleccionista. La búsqueda del objeto, la rareza del mismo, el detalle, la ordenación, las fichas... en fin, todo el proceso de una presentación esmerada de la materia de que se trate. Sellos, monedas, tarjetas postales, cajas de cerillas, décimos de lotería, etc., son las colecciones más ansiadas. Pero botijos... Sí, así como suena: BOTIJOS. Aquí, en Villena, existe un Museo dedicado al botijo. Este trabajo de alfarería que parece ser que no tenga más misión que refrescar el agua. De él nos ocupamos en estas líneas.
Su propietario, don Pablo Castelo Villaoz, es uno de estos coleccionistas de siempre. Y justamente con esa gama de objetos que hemos detallado. Inicialmente fue la filatelia lo que más le llamó la atención y a cuya dedicación prestó más tiempo e interés, habiendo conseguido una colección muy atrayente. No tardó en atraerle la numismática y también, en este campo, le cupo la satisfacción de poseer ejemplares de monedas muy estimables. No contento con ello, se preocupó del resto. Es decir, incansable en el arte de reunir las más variadas piezas de todo cuanto podía ser motivo de colección.

Pero le quedaba la cerámica. Fue como una obsesión para él la adquisición de esta especialidad. Y por su mente discurrían las distintas producciones del barro a que dedicarse: ¿jarras?, ¿platos?, ¿hueveras?, ¿pilitas de agua bendita?... Ya está, se dijo un día; un día que se dio cuenta que en su hogar había un botijo de metal y corcho con la inscripción «DOLORES CATURLA». BOTIJOS. Este había de ser el inicio de su nueva afición, su «hobby». Coleccionista de botijos. Y sin pensarlo más, se dedicó de lleno a la adquisición de este utensilio. Transcurría, por entonces, el año 1970.
Desde entonces hasta la fecha. ha ido enriqueciendo lo que ahora se puede denominar, con justicia y entera satisfacción para su propietario, el MUSEO DEL BOTIJO. No fue, ciertamente fácil, la labor de localización y adquisición de este tipo de cerámica. No obstante, la tenacidad a que aludíamos al principio, le hizo conseguir verdaderos primores. Y hoy puede enorgullecerse de mostrar al público una rica y variada exposición de estos enseres que superan a las 500 piezas.
Contiene este Museo representaciones de casi, prácticamente, toda la geografía española y modelos interesantes extranjeros. A título de curiosidad, y por orden alfabético, señalaremos ejemplares de Alba de Tormes, Agost, Bailén, Biar, Bonxe, Buño, Casatejada, Cuenca, Fraga, Fregenal de la Sierra, Granada, Jiménez de Jamuz. La Bisbal, La Rambla, La Roda, Lluchmayor. Madridejos, Manises, Monserrat, Montehermoso, Movero de Aliste, Navarrete, Onda, Pereruela, Puente del Arzobispo, Puerto Lápice, Salvatierra. de los Barros, Sargadelos, Segorbe, Talavera, Tamarite de Litera, Teruel, Tivenys, Toledo. Traiguera, Ubeda, Verdú, etc., en cuanto a los nacionales y otros de Colombia, Francia, Méjico, Paraguay. Perú y Portugal, en cuanto a cerámica extranjera, existiendo, además, adquirido en el Gran Bazar de Estambul, un botijo de metal, procedente de los judíos sefarditas.
Como en toda colección, siempre hay piezas que resaltan más que otras, bien por su presentación, bien por su riqueza. bien por su valor, bien por su trabajo. Entre ellas hemos de destacar algunas muy notables de Biar, Cuenca, Granada, Onda, Talavera, Navarrete, Jiménez de Jamuz, Buño y Bonxe, considerando su propietario, como más interesantes, las magníficas de Sargadelos.
A pesar de su breve existencia, este Museo ya ha sido bien aireado. Y así hemos podido constatar un bonito artículo aparecido en el diario «Información» y una suculenta interviú concedida a «La Verdad» en su edición de Alicante. Y hasta ha conseguido que la inspiración de doña Adelaida Martí, relevante poetisa valenciana, encontrara un hueco para dedicarle una bella poesía titulada «El botijero», que fue editada en el precioso libro «Retazos Poéticos».
Y hasta las ondas de Televisión y la pantalla de los cines fue llevado este Museo. El canal de Aitana lanzó un bonito reportaje en blanco y negro. Y el Noticiario No-Do, en su número A-1.780, lo recogió a todo color para ser exhibido en la mayor parte de los cines de España, en cuyo reportaje, además del Museo, aparecía una panorámica de Villena, la Torre del Homenaje del Castillo, la Fachada del Asilo con la plaza que preside y el Monumento a Chapí.
Terminamos aquí, porque el espacio no da para más, con esta exposición. Muchos han sido los visitantes de este Museo, original y bello, que han admirado las singularidades que en él se exponen. Y creemos que serán muchísimos más los que a él se acerquen. Sólo nos resta animar al Sr. Castelo para que no decaiga en esta férrea voluntad de coleccionista y podamos admirar, en breve, infinitamente aumentado, el número de botijos que, esta rareza de coleccionista, ha hecho ennoblecer un objeto que manos artesanas convirtieron en exquisito: EL BOTIJO.
ALBERTO PARDO CATURLA
Fotos: MARTINEZ HURTADO
Extraído de la Revista Villena de 1977

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