11 may 2023

1983 - 8 DE SEPTIEMBRE FECHA QUE NO OLVIDARÉ JAMÁS. FUE UN DESGRACIADO ACCIDENTE. (2023)

1983 - 8 DE SEPTIEMBRE - FECHA QUE NO OLVIDARÉ JAMÁS.
FUE UN DESGRACIADO ACCIDENTE.               
Cristóbal Sarrió Lledó. Revista Fiestas de Biar 2023
Lo recuerdo nítidamente. Era el 8 de septiembre de 1983, jueves, por la mañana, yo estaba en mi domicilio de la Plaza del Raval preparando la casa, mientras mi padre Cristóbal Sarrió Francés, se había desplazado para encargar las avituallas para ofrecer a todos los visitantes, pues esa tarde recibiríamos la efigie de “La Mahoma” acompañada por centenares-miles de biarenses, una vez nos la hubiesen entregado la comitiva de personas que la acompañaban al terminar las fiestas de Villena. A media mañana se me acercó un vecino y me dijo: ¿Te has enterado de lo que han hecho en Villena…?. Un rato después una vecina me comentó “He oído en la radio que en Villena…”. Al poco tiempo eran varias las personas que hablaban sobre lo mismo junto a la fuente del Raval. Hoy no me queda más remedio que buscar en hemerotecas, personas y en las redes sociales lo sucedido entonces, pues no soy testigo directo. En “Villena Cuéntame” hay un relato conciso de lo ocurrido, su autor Andrés Martínez Martínez.
“Esa misma mañana se informó al Alcalde de Villena Salvador Mullor Menor y al concejal de fiestas José Bañón, igualmente se dio cuenta de lo sucedido a Biar. La Mahoma se había quemado en un acto aislado de vandalismo. Subieron al castillo varios miembros de la Comparsa de Moros Viejos (Enrique Díaz Gil “El de La Mahoma”, Manuel Sánchez Clement “El Colica”, Juan Baello Alonso “El Baello”, Andrés Martínez Martínez “El Soldao”, Ginés Antonio López Sánchez (El Presidente) y algunos más…). Se recogieron los restos, algún trozo de tela, trozos de la espada, cenizas, etc. Sobre las nueve de la mañana se desplazaron a Biar junto al concejal de fiestas, fueron recibidos por el Alcalde de Biar, Justo Román Soriano al que le preocupaba la reacción del pueblo ante semejante situación.
Interior del castillo de La Atalaya recogiendo las cenizas y restos de La Mahoma. Identificación de personas: 1- Juan Baello Alonso”El Baello”. 
Foto tomada en el interior del castillo. Identificación de personas: 1- Gaspar Tortosa García ”Geysa”. 2- Pedro Gil Saúco. 3- Francisco Javier Gil Estevan. 4- Andrés Martínez Martínez ”El Soldao”. 5- Juan Baello Alonso”El Baello”.
De vuelta en Villena, fueron al almacén de ajos de “Los Soldaos” para hacer una caja con tablas donde se metían los ajos para poner los restos. “Después se cambió la caja por un cofre antiguo.”
Llegó la hora de la Embajada y el Alcalde Salvador Mullor Menor pronunció unas palabras para dar las explicaciones oportunas al público asistente. Después comenzó el acto sin estar presente La Mahoma.
Gaspar Tortosa García “Geysa”, Embajador Moro Pedro Gil Saúco, su hijo Francisco Gil, vestido de Moro, Andrés Martínez Martínez “Soldao” con la caja de los restos de La Mahoma y Juan Baello Alonso “El Baello”. 
Foto tomada a la salida del castillo después de la Embajada. Identificación de personas: 1 – Francisco Javier Gil Estevan. 2- Andrés Martínez Martínez ”El Soldao”. 3- Juan Baello Alonso ”El Baello”. 4- Pedro Gil Saúco. 
Inicio de la bajada de los restos después de la Embajada. Identificación de personas: 1- José Fillols Martí ”El Fillols”. 2- Miguel Victoriano Navarro Muñoz”El Tito”. 3- José Enrique Lillo Martínez”El Mosqui”. 4- Juan Baello Alonso “El Baello”. 
Foto realizada después de la Embajada, antes de salir del castillo. El Arca se depositó en el carro donde se lleva La Mahoma, y así se bajó como cada año hasta los locales de los Marruecos y después a los Moros Viejos ya en la actual sede de la calle Parrales. Los de Biar como cada año tras comer aguardan a que llegue la hora para subir a Biar que en este año sólo portarían los restos. En el ambiente flotaban antiguos recuerdos del trato dispensado a La Mahoma por “los de Villena” a ese símbolo que tanto aprecia e identifica el pueblo de Biar.
Camino a la sede de la Comparsa de Moros Viejos para hacer entrega del arca a los emisarios de Biar. Identificación de personas: 1- Andrés Martínez Martínez ”El Soldao”. Miguel Sánchez Clement ”El Colica”
Llegada a la sede social de los Moros Viejos, donde tradicionalmente se hace la entrega. Foto Junta Central de Fiestas. Identificación de personas: 1- José Fillols Martí ”El Fillols”. 2- Miguel Victoriano Navarro Muñoz ”El Tito”. 3- José Enrique Lillo Martínez “El Mosqui”.
- Hará unos dos años me dirigí  a la central del periódico Información para consultar su hemeroteca y allí la persona encargada me dijo que la tenían depositada en la biblioteca de la Universidad de Alicante. En días posteriores solicité consultar el 8 de septiembre y siguientes. Me entregaron un gran tomo encuadernado que contenía todo el mes de septiembre de 1983. Lo revisé todo, incluido La Hoja del Lunes, que edita el mismo diario y no encontré nada, absolutamente nada. Lo repasé varias veces y nada. ¿Cómo es posible que una noticia que afectó a miles de personas no fuera publicada? Y en cambio vi noticias de pueblos pequeños y entidades menores que si lo estaban. Ni lo entendí, ni lo entiendo hoy. Bueno sí… escriben las noticias que quieren. 
- Estuve conversando con Higinio Urbano Segura, policía municipal de Villena, hoy jubilado y me comentó que sobre las ocho de la mañana del 8 de septiembre de 1983, un grupo de policías municipales entre los que se encontraba él, procedieron a abrir el castillo, pues durante las fiestas está cerrado y penetraron para ver lo ocurrido. Allí vieron los restos que quedaban de la efigie de La Mahoma. También me dijo, que por la tarde, cuando el grupo de biarenses vieron la caja con los restos lloraban desconsoladamente.
- Entrevisté a Miguel Camarasa Bernabeu, componente de la Comparsa “dels Espies”. Esto fue lo que me dijo: “El 8 de septiembre de 1983, estaba trabajando en la fábrica, en cuanto me llegó la noticia de lo ocurrido, solicité ver al jefe y le pedí el día libre. Me lo concedió y llorando me dirigí al Ayuntamiento de Biar y allí estuve hablando con el alcalde  Justo Román Soriano y comentamos  lo sucedido en Villena. Acompañado de varias personas nos desplazamos a Villena y estuvimos en su ayuntamiento. Recuerdo que sobre las cuatro de la tarde en la calle Corredera nos cruzamos con la procesión de su Patrona y algunos moros de una escuadra se reían de nosotros y nos encaramos con ellos. Volvimos a Biar y sobre las ocho de la tarde, en la calle Torreta delante de la Casa Lázaro Sapiña, lugar habitual de la entrega de la efigie de La Mahoma, nos entregaron un pequeño cofre de madera con sus restos y dos palos que serían lo que quedaba de las piernas. Había muchísimos biarenses que lloraban de rabia y en los rostros de los demás había una gran tristeza y pena. Desde la Torreta un número indeterminado de parejas bailaban el “Ball dels Espies”. A continuación el carro con los resto de la efigie de La Mahoma. Le seguían los presidentes de todas las Comparsas de Biar, después las autoridades y un sinfín de personas detrás. A la altura de “Les Balconaes”, algunas personas increpaban a los de Villena y le seguía a coro un gran número de jóvenes. Al llegar a la Plaza del Raval mucha gente lloraba, otros estaban tristes… Se siguió por la calle Mayor, parejas que bailaban, a continuación el carro con los restos, los presidentes de la Comparsas, autoridades y muchísimas personas acompañando. Se continuó hasta la plaza del ayuntamiento,   habitualmente  se seguía hasta la casa del Marqués y allí quedaba depositada hasta el 11 de mayo siguiente. Al no existir la efigie, se depositó provisionalmente en un banco en el vestíbulo del ayuntamiento. Después se guardó en el archivo y posteriormente se llevó al Museo Municipal, donde desde entonces se puede visitar”. 
Nº7- 1983- 8 de septiembre. Documento de la Comparsa de Moros Viejos de Villena.
Nº8- En la Plaza del Raval. Identificación de personas: 1- Cristóbal Valdés Merí. 2- José Jover Valdés. 3- Joaquín Camarasa Cortés. 4- Agustín Molina Ribera. 5- Francisco Enrique Rico Cerdá. 6- Luis Molina Ribera. 7- Cristóbal Díez Torres. 
- Le pedí a Francisco Enrique Rico Martínez que me contara sus impresiones de un día que no olvidaría jamás. He aquí sus palabras: “Jo tenía 8 anys quan va pasar. Recorde que estaba en Paco i María, els meus auelos paterns i que van ser ells qui em van contar que algo havía passat en la Mahoma en Villena i que s´havía cremat.
Quan va ser el moment de anar a la Torreta a vore tornar la Mahoma, m´auelo em va dir que m´en anara en ell. Aplegant es notava un ambient enrarit, i tot eren rumors sobre que había segut intencionat, que no se li deuría haver deixat la Mahoma als villeneros…
Sobre com vaig acabar apareixent en la foto, no tinc ni idea, però sé que com m´auelo estaba molt malalt de les cames, probablement li van oferir que s´asentara en el carro, perque li costava molt caminar.
Els records d´eixa que sempre tindré present son que la gent estaba molt trista, algunes persones majors ploraven de ràbia o de pena i crec que ningú va tindrer ànims de ballar el Ball de les Espies acompanyant la caixa en les cendres de La Mahoma”.
En la calle Mayor. Identificación de personas: 1- Francisco Martínez Requena. 2- Luis Molina Ribera. 3- José Camarasa Sarrió. 4- Francisco Enrique Rico Cerdá. 5- Francisco Enrique Rico Martínez. 6- Juan Espasa Valdés. 7- Antonio Más Francés. 8-Miguel Camarasa Bernabeu.
En la calle Mayor. Desde un balcón. Mi padre Cristóbal Sarrió Francés acompaña al carro de La Mahoma en la parte derecha del carro, delante de la rueda. Lugar que he heredado yo.
- Me han llegado varias versiones sobre lo sucedido ese 8 de septiembre de 1983. Una de ellas que fueron cuatro las personas que la incendiaron, todas con nombres y apodos, en otra que los autores del desaguisado fueron tres, en otra que sólo fue una. Varias de esas personas ya han fallecido. Y por último que fue un fatal accidente. El lector inteligente pensará que la verdad es sólo una, no varias. Los habitantes de la ciudad de Villena son más de 34.000 y durante sus fabulosas fiestas acceden a ella por lo menos 20.000 más. Sé que durante las fiestas el castillo permanece cerrado al público, de ello se encarga la Policía Municipal. La altura de los muros del castillo de La Atalaya es el equivalente a un cuarto piso y el de la almena, donde se coloca la efigie, más alta, a un quinto piso actual. Si esas personas quieren quemar la efigie, deben subir la muralla con cuerdas o escalas, hacer la fechoría, volver a bajar y llevarse todo el material utilizado para escalar. Teniendo en cuenta que el castillo está excelentemente iluminado, es muy improbable, por no decir imposible, que tantos miles de ojos no hayan visto esos movimientos extraños alrededor de la efigie de La Mahoma. Más bien creo que esos “personajillos” hablan de lo que no han hecho. Si fueran valientes habrían ido al cuartel de la Guardia Civil a comunicar la canallada realizada por ellos mismos. Y naturalmente ir a juicio y tener que pagar todos los gastos ocasionados por la maldad realizada. Hablan… pero mienten.
Foto con cámara Polaroid. Cofre con los restos de la efigie depositada en los bancos de madera a la entrada del Ayuntamiento.
- Le pedí a Francisco Alonso Rico Merí me expresara por escrito lo que habíamos hablado sobre este hecho. “Amigo Cristóbal, después de nuestra conversación de la quema de Nuestra querida Mahoma de Biar, se ha dicho mucho y varias versiones, incluido acto vandálico. Pero como representante de la Comparsa de Moros Vells de Biar, años después tuve la oportunidad de comentar con nuestros compañeros y amigos los Moros Viejos de Villena la tan trágica situación vivida por ellos en aquel día 8 de septiembre de 1983, y la solidaridad de la ciudad de Villena por el lamentable incidente sufrido en la efigie de nuestra Mahoma.
En 1990 en la comida de hermandad que la Comparsa de Moros Viejos de Villena ofrece a la comitiva encargada de traer la efigie a Biar, entre ellos me encontraba yo, Francisco A. Rico Merí como presidente de los Moros Vells de Biar, surgió el comentario entre el presidente Pedro Espinosa, José Gandía vicepresidente, Mateo Gandía tesorero, María José Ribera secretaria, Alfonso Pontes, Andrés Gómez “El Botija”, Pedro Mateo Melechón ”El Melechón”, Juan Pérez Gómez “El Bolo”, mi amigo El Pingüino (Juan Ginés Leal Quiles), y algunos miembros de los cuales lamento no poder acordarme.
Después de una extensa tertulia del lamentable incidente de la “quema de la Mahoma”, Andrés Gómez ”El Botija”, me dijo que la noche que estuvo colocando la efigie en la almena del castillo, casi se quema el pantalón de Moro Viejo por el calor que desprendían dos proyectores de iluminación de cuarzo yodo de 2.000 W cada uno, que era lo que se utilizaba por aquellos años para la iluminación de monumentos y exteriores públicos, eran los utilizados por todos los instaladores electricistas como yo, llegando a la conclusión que el fuego se inició por el tiempo de exposición al calor de los mismos empezando por los pantalones de la efigie que era lo más cercano y las llamas hicieron el resto quemándose el cuerpo y la cabeza.
Cristóbal lo único que puedo decirte que los que estuvimos en esa comida de hermandad y participamos de la conversación salimos convencidos con la impresión de: unos haberse quitado un peso de encima por las especulaciones de un acto vandálico y nosotros la incertidumbre de lo que podría haber pasado con nuestra querida Mahoma.” )
Foto realizada por Elisa Santacreu Cortés en el Museo Histórico Municipal de Biar.
2022. 22 de diciembre. El cofre está lacrado y las dimensiones de los listones de las piernas son 5 cm por 5 cm por 80 cm de largo.
- Mi amiga Virtu Maestre Hernández, poetisa de Villena, me remitió este poema con rima libre sobre este suceso.
“La Mahoma… quemada”
Esa mañana del ocho de septiembre 
de mil novecientos ochenta y tres,
despertamos los Villeneros/as con un
acontecimiento amargo, indeseado y cruel. 

No tengo palabras para definir la impotencia, 
el dolor, la rabia contenida.
Subimos para preparar el acto de la guerrilla,
de un día prometedor de actos felices. 

Como es el día de nuestra Patrona la Virgen
María de las Virtudes. ”Nuestra Morenica”
para celebrar con toda la pompa y esplendor
la procesión.

Al llegar al castillo de la Atalaya nos encontramos
con una dura realidad. ”La Mahoma” nuestra querida
efigie que llena los actos de fiestas, 
nuestros Moros y Cristianos. Estaba… ¡Quemada!

Atónitos ante tan cruel barbarie nos preguntamos
¿Quién o quienes han sido los vándalos?
En un instante fueron muchas las preguntas.

¡No había respuestas!
Sólo desesperación, nos faltaba la respiración.
Desde mil ochocientos treinta y ocho está con nosotros.

El concejal de fiestas Pepe Bañón llamó de inmediato
al alcalde Salvador Mullor Menor. Éste a su vez llamó
al alcalde de Biar Justo Román Soriano.

Al que estaban esperando para el acto de la guerrilla y
llevarse a “La Mahoma” para volver a traerla
el doce de mayo.

Tradición popular de dos pueblos que en buena armonía
nos la prestan para las fiestas.

Llegó una respuesta a tantas preguntas.
Todo fue un accidente fortuito, debido a una noche calurosa,
la iluminación, una brisa favorable, propició para incendiar 
su tela de raso, de ahí en un instante estaba quemada.
Sabemos que toda ella es tela, madera y cartón.

Salvador prometió a Justo devolver una Mahoma nueva.
Pidiendo disculpas, avergonzado por el accidente causado,
antes de que llegara mayo el pueblo de Biar
tuvo a su querida Mahoma ¡Nueva, resplandeciente!

En las “Fiestas de Mayo” de mil novecientos ochenta y cuatro
volvió “La Mahoma” a su castillo en la plaza del Ayuntamiento. 
A presidir junto a la Virgen María Santísima de Gracia.
 Las fiestas de su pueblo.

Unas fiestas hermosas que la villa de Biar
ofrece a sus vecinos y visitantes.
Con todo el cariño y amistad
que Biar sabe ofrecernos.
Virtu Maestre Hernández

Agradecimientos: Por sus aportaciones orales: Agustín Valls Albero, Justo Román Soriano, Miguel Maestre Castelló, Santiago Hernández Reig, Miguel Camarasa Bernabeu, Francisco Enrique Rico Martínez, Andrés Martínez Martínez, Virtudes Maestre Hernández, Francisco Alonso Rico Merí.
Por sus aportaciones fotográficas: Miguel Flor Amat (Gentileza de su hijo Miguel Flor Hernández). Mateu Molina Matàix (Gentileza de su hijo Mateu Molina Conca).

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