29 jun 2023

1991 INJUSTA SANCIÓN

INJUSTA SANCIÓN. Por MANUEL ZAPATER POVEDA
Todas las cosas que nos rodean, como los hechos que nos suceden, tienen su más o menos Importancia o categoría según la realidad, pero en muchas ocasiones, por desgracia, adquieren la categoría, el valoro la Importancia que la gente les quiere dar; según de dónde y de qué lado provengan los hechos o quiénes sean los ejecutores.
En más de una ocasión, muchos hemos podido comprobar que de un «castillo hacen un grano de arena» y en otras hacen todo lo contrario; que de un grano de arena hacen un castillo y esto último es justamente lo que nos ha ocurrido a nosotros... Al compañero y pensionista Rafael Hernández Menor y a un servidor, Manuel Zapater Poveda.
Resulta paradójico o extraño que, de una Comunidad como la nuestra: Club del Pensionista... Compuesta y dirigida por personas de determinada edad, experiencia y responsabilidad; se haya llegado a cometer semejante error, tan moral como sentimental, por haber sancionado a los citados pensionistas de irreprochable respeto y consideración... ¡Nada más y nada menos que a doce meses o un año de arresto y pérdida total del derecho que nos corresponde como tales!
Esta sanción, amigos míos, para mí, particularmente, con setenta y ocho años cumplidos, es como si me hubieran puesto «cadena perpetua», por dos motivos evidénciales: el primero por mis años, y el segundo porque lo que debía de ser y ha sido mi lugar de entretenimiento y ocio... ¡Creo que se me han acabado definitivamente las ganas de volver!
¡Tanto ruido que han armado! Y sólo por un simple agarrón y una indolente bofetada, más cuatro palabras, que ciertamente no llegaron a ofender a nadie, ni siquiera a nosotros mismos... Yo particularmente no quiero justificarme, pero no dejo de comprender que en ocasiones estos pequeños incidentes no son malos del todo, porque con ello se suele llegar a una total reconciliación... Esta es mi opinión.
Quiero recalcar que dicha sanción no nos ha sido aplicada solamente por el supuesto delito, si es que lo ha habido; sino por pequeñas rencillas de unos meses atrás, entre el señor presidente del club y mi compañero de «trifurca», que valiéndose del cargo que ostenta ha procedido a su antojo tan sañudamente que no se ha parado a pensar en el daño que me ha ocasionado, porque, como muchos sabéis, yo he sido redactor de la revista «Nuestra Atalaya» y aunque dimití por causas ajenas a mi voluntad y que no vale la pena mencionar, he continuado colaborando con gran entusiasmo, y a medida de lo que mis conocimientos culturales y literarios me han permitido; pero a consecuencia de tan desagradable e inoportuna sanción, todas mis ilusiones y las ganas tan arraigadas que tenía se me han agotado; aunque es más exacta la expresión ¡alguien ha sido el culpable de que se me hayan agotado!
Quiero acabar manifestando a todos en general, pero más directa y particularmente para los compañeros redactores y colaboradores de la revista «Nuestra Atalaya», que seguramente habrán notado de unos meses atrás mi poca colaboración... Esto se debe solamente a que desde este espacio de tiempo que me tienen incomunicado... no puedo concentrar mi mente en ningún otro tema que no sean críticas y protestas como en esta ocasión..., por el comportamiento tan falto de sensibilidad que han empleado en contra de mi persona y amor propio.
Mi mayor deseo sería que, si se han equivocado, lo manifestaran públicamente, aunque esto es pedir «peras al olmo».
Extraído de la Revista Villena de 1991

No hay comentarios:

..... CONTINUAR... PASAR PÁGINA Pinchar en... (entradas antiguas)
Esta Web no se hace responsable de las opiniones de sus lectores. Todo el contenido es público. Usted puede copiar y distribuir o comunicar públicamente esta obra siempre y cuando se indique la procedencia del contenido. No puede utilizar esta obra para fines comerciales o generar una nueva a partir de esta..
Web: www.villenacuentame.com
E-Mail:
villenacuentame@gmail.com