30 oct 2023

1992 SOLEDADES – SONETO - ESPIRITUAL

 Soledades
Soledades en abismo de 
cumbres que contemplan 
los amores pasajeros del 
novel en oficio.
Pierdes las batallas en 
que los días pasan,
 recuerdas con cariño 
tus triunfos de niño.
Sólo estaba ante el vacío, 
enamorado del aire.
Tu presencia y tu ritmo 
me quitaron mi donnadie.
Jesús Soto Abellán

SONETO
Ah, si, che feci! Ne sento orrore! 
Gelosa smanía, deluso amore mí 
strazían l'alma. Piú non ragiono... Da 
leí perdono, piú non avró.
(G. Verdi, F.M. piave: «La Traviata», acto II, escena II).

Después de ti, vendrá solo el vacío y, 
de mi amor al ver cómo te alejas, se 
hará la nada, el tedio y el hastío porque 
nada habrá en mí, si tú me dejas.
Tu gélida respuesta es hielo frío como 
el frío que anuncia la nevada, mas no 
se helará en mí nunca, amor mío, la 
nieve de tu piel, ni tu mirada.
¡Cuánto diera por ir siempre contigo, por 
oír tu voz dulce emocionada! ¡Cuánto 
diera por ser más que tu amigo!
¡Cuánto diera por verte enamorada! 
Pero no pudo ser, no, y te lo digo
porque en mi vida, amor, sin ti no hay nada.
José Fernando Domene Verdú

Espiritual
Miro el inmenso y cristalino cielo.
También la tierra y el mar que la contiene... y 
un irresistible afán a mi alma viene con 
deseos de emprender un raudo vuelo, hacia 
esferas donde posada tiene.
Alto espejo es... donde muestra el pasado 
en eterna holganza y añejo sosiego; 
impasible ante el nutrido trasiego de 
almas que pasan al cielo estrellado, 
buscando un sol que las alumbre luego.
Divino olor de rosas y azucenas 
coqueteando en radiantes primaveras, 
llega, para borrar ideas pasajeras, 
afianzando temporeras cadenas que a 
mi ser atan desde horas primeras.
Sé, que finos dardos del crudo invierno 
de cristal, me darán muerte segura; 
entonces mi alma tomará esa altura que 
no tiene regreso... hacia lo eterno, 
mientras mi cuerpo va a la sepultura.
Liberada ya de su estrecha roca... 
peinará sus cabellos de oro fino, 
sentada en su deseo de lo divino 
alimentando su fe, mucha o poca, 
susurros de un arroyo cristalino.
¡Oh cuán nervioso está mi pensamiento 
sujetando viejas querencias mías, fijas 
en mí cual dulces armonías que alegran 
mi vida en todo momento, cuando el 
ocaso perfila mis días!
Soledades crearán mi desventura y mis 
suspiros irán a cielo abierto... porque 
yo, con mis años, estoy cierto que no 
me quedan tiempos de ventura para 
seguir de la vida el concierto.
Mi voluntad dejó de ser de cera... No hay 
nubarrones que cieguen mi vista desde el 
feliz día de ansiada conquista, con la que 
enterré una vieja quimera. Conseguido su 
amor... mi alma está lista.
Cuando en los años otoñales 
la plenitud de un amor ha 
tendido su manto,
¡qué importa ya la muerte!
Francisco Azorín Valdés
Extraído de la Revista Villena de 1992

No hay comentarios:

..... CONTINUAR... PASAR PÁGINA Pinchar en... (entradas antiguas)
Esta Web no se hace responsable de las opiniones de sus lectores. Todo el contenido es público. Usted puede copiar y distribuir o comunicar públicamente esta obra siempre y cuando se indique la procedencia del contenido. No puede utilizar esta obra para fines comerciales o generar una nueva a partir de esta..
Web: www.villenacuentame.com
E-Mail:
villenacuentame@gmail.com