EL CANTO DE LA LUNA
Un niño se acercó
con mirada oscura
y en la mano, el corazón
lleno de tristeza y amargura.
Era una noche negra,
negra y estrellada el
niño parecía de piedra y
no respirar simulaba.
Una estrella se perdió
en el oscuro cielo azul
y una lágrima brotó de
sus ojos llenos de luz.
Pensaba suicidarse
por un dulce y olvidado amor
pensaba que matarse
era la mejor solución.
Lloraban los árboles
al ver su dolor
tristes estaban las flores
a pesar de su esplendor.
El joven sacó un cuchillo
con la hoja muy afilada y
tras un leve suspiro dio
la vida por acabada.
De pronto amaneció
y observé medio ciega al
niño desvanecido
tendido sobre la hierba.
Marta Hernández Cases - 12 años
¡¡MÚSICAS QUE PASAN!!
Músicas que alegres pasan
marchando por la ciudad
y nuestro ánimo relajan
brindándonos felicidad.
El ambiente letifica
endulzando los semblantes,
las calles se vivifican
con sus sones elegantes.
¡¡Qué alegres van los festeros...
al oirías resonar!!
Se admiran los forasteros
cuando las ven desfilar.
Estos indelebles días
jamás debían pasar
y siempre estas melodías
en nuestras mentes llevar...
Pero ¡qué esplín! ya se alejan,
se van por las callejuelas...
y entristecidos nos dejan.
¡¡Qué soledad de plazuelas!!
Noches de gran expansión
de juergas y bailoteos,
noches en que la emoción
nos trae citas e himeneos.
Bulle un aire festero
¡qué ambiente tan saturado!
el pasodoble dianero
a todos ha despertado...
Predomina la ilusión
nadie se halla cansado,
de júbilo el corazón
al villenense ha colmado:
Estos días las inquietudes
todos hemos desterrado
¡Oh, Virgen de las Virtudes
que a tu pueblo has visitado!
Con nosotros jubilosa
comparte días tan dichosos,
envíanos madre hermosa!!
esos tus dones preciosos.
Músicas pasan al fin
y entristecidos quedamos
al compás del retintín
en silencio las miramos.
Músicas que alegres pasan
cuánta alegría nos dan,
músicas que se acompasan
¡QUE TRISTES CUANDO SE VAN!!
José Urrea Domene
Extraído de la Revista Villena de 1992
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