La fiera humana
Yo era niño y mi maestro,
que era un sabio, me decía: «Ya
sabes que nada es nuestro pues
desnudos venimos a esta vida.
Tú crees que la gran familia
mucho te quiere y te adora,
pero tu niñez ignora que
existe odio y envidia.
Cuando el niño hombre se hace,
en gran fiera se convierte,
sus garras y dientes son su mente,
su egoísmo y crueldad entonces nace.
Se explota el hombre por el hombre,
olvida los deberes de todo ser humano,
adorna sus ideas con un nombre, mas
no piensa que todo será en vano.
Se olvida de la forma que aquí vino
y si nosotros pensamos
que también juega el destino
nos llevará este camino
a explotar a nuestro hermano».
La advertencia del maestro
es gran pena universal, qué
lástima de no hacer esto que
debiera ser normal.
Que la más terrible fiera
que buscando presa va
ayuda prestar debiera
no importa el color que fuera a
quien piensa devorar.
Cuando la fiera envejece
y se le acerca el final de
su vida se arrepiente
pudo hacer bien y no mal.
Sabe que todo se queda
y si aquí vino desnuda al
otro mundo se muda
viendo que nada se lleva.
Extraído de la Revista Villena de 1992
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