27 nov 2023

2023 LAS FIESTAS PATRONALES DE 1923

LAS FIESTAS PATRONALES DE 1923
(Villena: del 5 al 10 de septiembre).
(JOSÉ SÁNCHEZ FERRÁNDIZ).
Publicado en la Revista especial Día 4 que fuera 2023
Con las fiestas de 1923 no solo se daría cumplimiento, una vez más, a la centenaria tradición arraigada en el acervo cultural y religioso de todo un pueblo que al inicio de cada septiembre celebraba festejos en honor a la Virgen de las Virtudes, sino que con la Coronación Canónica de su Patrona, prevista para el 6 de dicho mes, el reto a superar se adivinaba todavía mayor, así que organizativamente y también en el plano económico, todos los estamentos; político, religioso, y junto a ellos, el resto de vecinos de la ciudad, tendrían que implicarse a fondo para tratar de estar a la altura de aquel momento histórico. La Corporación Local amplió la duración de los festejos hasta el 10 de septiembre y acordó contribuir económicamente en la adquisición de la nueva corona de la Patrona. Sin embargo, no todos los concejales estaban de acuerdo con destinar dinero público a esta última finalidad. Había otras necesidades, como sostenían los ediles de la minoría socialista, señores Maruenda y Silvestre, mucho más apremiantes, como por ejemplo ayudar al gran número de familias pobres cuya estabilidad económica y subsistencia quedaba lejos de estar garantizada, o subvencionar parte del viaje por ferrocarril al numeroso grupo de jornaleros que anualmente se ausentaban varios meses de Villena, en busca de un trabajo que en determinadas épocas del año escaseaba en la población.
       Por otra parte, la larga y sangrienta guerra en el protectorado español de Marruecos estaba lejos de su conclusión y, el hecho de que miles de hombres en edad militar hubieran sido movilizados de forma forzosa, entre ellos un buen puñado de jóvenes villenenses, no ayudaba tampoco a que reinase el ambiente más optimista y proclive de cara a planificar cualquier tipo de celebración.

PANORAMA FESTERO.
Junto a la preocupación de muchas familias sobre el incierto destino de quienes combatían en Marruecos, la situación económica distaba mucho de ser la más favorable. Villena contaba con un significativo número de pobres vergonzantes, expresión con frecuencia utilizada en las actas municipales para diferenciar a esta categoría de personas con escasos recursos, de los otros pobres que residían en la ciudad. Ambos grupos compartían en común el hecho de que vivían próximos a la indigencia o directamente instalada en ella, aunque los primeros, muchas veces por vergüenza y, al contrario que los segundos, trataban de ocultar su precaria situación. La importante cantidad de pobres, vergonzantes o no, estaba íntimamente ligada al elevado paro que existía en Villena durante algunas épocas del año, en una sociedad, que aunque años atrás había iniciado una tímida industrialización, subsistía todavía de forma precaria y en buena medida ocupada en las tareas agrícolas, lo que se traducía para la mayoría de individuos, que no poder trabajar durante varias jornadas seguidas los exponía a serias dificultades de índole económica. Consecuencia de lo anterior, las ocho comparsas{1} que tomarían parte aquel año en las Fiestas de Moros y Cristianos no nadaban precisamente en la abundancia. El número de socios en la mayoría de ellas era bastante reducido y los trajes de muchos de sus componentes estaban deteriorados como consecuencia de la escasa calidad de los tejidos empleados en su confección, desgaste propio de los años e imposibilidad, ante la falta de recursos, de su sustitución por uniformes nuevos. Además y con frecuencia y en lugar de verdaderas bandas de música, las agrupaciones festeras habían recurrido por motivos económicos en los desfiles de los últimos años, a formaciones cada vez más reducidas e incluso a charangas. Estas últimas, compuestas por unos pocos individuos y cuya contratación, si bien abarataba costes y reducía los quebraderos de cabeza que suponía encontrarles alojamiento, tenía en cambio y como contrapartida, el inconveniente que implicaba la deficitaria instrucción musical, que por lo general, tenían una parte de sus integrantes. El resultado final de todo lo anterior, indefectiblemente, afectaba a la vistosidad de cuantos desfiles y actos festeros tenían lugar.
          El declive de la Fiesta parecía pues, inexorable y, sólo el titánico esfuerzo de todos, autoridades y ciudadanos, parecía la última oportunidad para tratar de revertir la delicada situación que aquella atravesaba:
    …Somos de los que creemos que las Comparsas son un elemento indispensable y hasta ahora insustituible, de nuestras fiestas ordinarias, y que han de prestar un concurso eficacísimo para la mayor animación e entusiasmo en las fiestas extraordinarias de la Coronación.
     Más para ello deben ser debidamente organizadas, pues precisamente por no estarlo, algunas de ellas ofrecen muchas veces un espectáculo ridículo y deplorable.
    Es necesario reorganizarlas en cuanto al número de sus individuos que las componen, pues en algunas de ellas es tan escaso, que más que comparsas parecen un remedo, o caricatura de las mismas, y como consecuencia de esta escasez de festeros, no hay posibilidad de atender al alojamiento de una banda regular, ni aun con la subvención del ayuntamiento, y se trae una charanga que muchas veces no sirve ni aun para hacer ruido…           
Boletín mensual “La Corona”. Villena: 1 de marzo de 1923.  

UNA NUEVA COMPARSA. 
El 21 de julio de 1923 se solicita permiso por escrito al M.I. Ayuntamiento para que una nueva comparsa que se estaba organizado y que será conocida con el nombre de Andaluces pudiera participar en los desfiles de ese año {2}. Se buscaba con ello dotar de un mayor esplendor a las fiestas que se celebraban anualmente en honor de la Patrona de Villena. Antonio Ibáñez Abad, el principal ideólogo junto a Joaquín Clement Bravo de la nueva agrupación festera y firmante de la carta, era natural de Alcoy, aunque unos años antes se había mudado a nuestra ciudad donde se ganaba la vida gracias a los beneficios que obtenía de la venta al por menor en el establecimiento que regentaba junto a su mujer, en el número 9 de la entonces calle de Joaquín Costa {3}. La pareja, que no tenía hijos en común, distaba de ser convencional para la época, ya que ella, dieciocho años mayor que su marido, había aportado al matrimonio como parte de su dote, una hija de una anterior relación. No es de extrañar pues, que como resultado de las leyes que rigen la biología, existiera una mayor probabilidad de que Francisca Pérez Maciá, que así se llamaba la primera mujer de Antonio Ibáñez, falleciera antes que su cónyuge, lo que finalmente tuvo lugar el 26 de noviembre de 1926 cuando aquella contaba con 64 años. El viudo y su hijastra, pese al dolor propio de la reciente pérdida, pronto tomarían conciencia de que ineludiblemente se habrían de exponer a distintas habladurías por compartir desde entonces el mismo techo sin la compañía de otros, lo que no fue óbice para que apenas cuatro meses después, a las seis de la mañana del sábado 19 de marzo de 1927, Antonio Ibáñez Abad, de 49 años y su hijastra Milagros Jordá Pérez, de 40, contrajeran matrimonio en la Iglesia de Santiago, convirtiéndose así en marido y mujer.  
 
Antonio Ibáñez Abad,
conocido en Villena como
"El alcoyano de las barbicas"

Componentes infantiles
de la Comparsa de Andaluces
Principio de los años 80 del siglo XX

UNA CARTA Y DIVERSAS GESTIONES.
El M.I. ayuntamiento reaccionó con prontitud y de forma favorable al escrito recibido y que venía firmado por un considerable número de vecinos. Si se quería que las fiestas de ese año contaran con la colaboración y apoyo de la mayoría de villenenses, era preciso hacer un decidido esfuerzo para tratar de tener en Villena durante aquellas días a cuantos militares de la ciudad estuvieran ausentes, en especial a quienes combatían en penosas condiciones en la Guerra de África{4}, dándose la circunstancia de eran los propios padres de los afectados los que aparecían en su mayoría como suscriptores de la misiva. La Corporación local se comprometió a realizar cuantas gestiones fueran necesarias para conseguir que todos aquellos jóvenes, cuyo número total excedía de la centena, disfrutaran de una merecida licencia junto a sus familias y pudieran ser partícipes de los festejos organizados en turno a la Coronación Canónica de la Virgen de las Virtudes. Para ello se buscó la complicidad e intercesión del prestigioso diplomático valenciano, con calle en Villena, Luciano López Ferrer, que en aquellos momentos ocupaba el cargo de secretario general interino del Alto Comisionado de España en Marruecos, y que ese mismo año iba a ser nombrado por la Corporación Local, hijo adoptivo de la ciudad {5}.

      También acordó el ayuntamiento… que se interese del Gobierno de la Nación el permiso del 1 al 15 de septiembre próximo de todos los soldados naturales de esta ciudad que se hallen prestando servicio en filas, a fin de que puedan presenciar los festejos que han de celebrarse en dicha época, con motivo de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de las Virtudes, Patrona de esta ciudad, y que se acompañe a la petición que se dirigirá al Excmo. Sr. Ministro de la Guerra, el documento original presentado.
(Pleno del M.I. Ayuntamiento de Villena. Sesión de 15/06/1923).

     Tras la recepción de la carta, el ayuntamiento recabó de los padres de los soldados el nombre completo de sus hijos, junto al Cuerpo y Unidad en la que servían, con lo que se confeccionó una lista que fue remitida a las autoridades militares pertinentes. Pronto corrió el rumor por la ciudad, alimentado de forma interesada por algunos, que daba por sentado que iba a ser concedida la ansiada dispensa. La realidad, sin embargo, fue otra y, finalmente, ante la certeza de que a los que combatían en África no se les permitiría, bajo ninguna circunstancia, estar presentes aquel septiembre en Villena, la Corporación para tratar de aliviar la frustración reinante entre las familias afectadas, acordó entregar con cargo al capítulo de Imprevistos de las cuentas municipales, 15 pesetas que se haría llegar a cada uno de los soldados destinados en suelo africano, como forma de paliar su difícil situación en el frente de una guerra que distaba mucho de ser popular entre la población.

Placa ubicada en la fachada del Ayuntamiento
de Villena como homenaje a los soldados
villenenses caídos durante la guerra de África.

Luciano López Ferrer en una imagen de 1923
(Semanario Mundo Gráfico)

PREPARATIVOS FESTEROS.
Mil era el número total de sillas que la corporación local había decidido adquirir para atender a las necesidades de las fiestas de aquel año y que se añadían a las que el ayuntamiento ya tenía en propiedad. Esta cifra, desde luego, era bastante destacable,  teniendo en cuenta que la Villena de 1923 apenas llegaba a los 17.000 almas. Similar número, mil, en este caso, pesetas, sería el importe de la subvención destinada a cada una de las ocho comparsas de la ciudad. El gasto previsto en festejos incluía la renovación de las telas que adornarían los arcos de la calle Luciano López Ferrer, la adquisición de doce nuevos focos eléctricos con sus correspondientes portalámparas y la instalación del acostumbrado alumbrado extraordinario en distintas calles (cuyo número fue ampliado) entre ellas Joaquín María López, Ramón y Cajal, Menéndez Pelayo, San Sebastián, Arena, Palomar….Todo lo anterior, junto a las tracas, castillos de fuegos artificiales y la remuneración a la banda municipal de música del maestro Francisco Bravo, constituían entre otras, las diferentes partidas en las que sería empleado el presupuesto consignado.

                   
      De la elaboración del programa de fiestas se ocupó la Comisión de Festividades y Música del M.I. Ayuntamiento integrada por los concejales Francisco Ferriz García, Pedro Galipienzo Perpiñán y José María Menor Menor, en unión a la que en paralelo ya existía y responsable, en este caso, de la organización de los distintos actos de índole religiosa vinculados con la Coronación Canónica de la Virgen de las Virtudes.  
Con todo, para atender a las numerosas necesidades que iban surgiendo, el presupuesto municipal se desbocó, con un exceso de 10.000 pesetas sobre la cantidad que previamente había sido estimada, lo que produjo algunos roces en el seno de la Corporación, con distintas opiniones entre sus integrantes respecto al destino y necesidad o no, de invertir en algunas de las partidas previamente consignadas. 
…los señores Herrero Valdés y Cañizares no están conformes con la aprobación de estos informes; el primero porque al consignarse en el presupuesto la cantidad de diez mil pesetas más que el año anterior se tuvo en cuenta el festival extraordinario de la coronación; y el segundo porque la cantidad de diez mil pesetas que se pide de aumento con cargo a imprevistos… debe destinarse en vez de a festejos religiosos, a remediar la crisis obrera existente por falta de trabajo, especialmente del gremio de zapateros.
Para atender igualmente a las necesidades más apremiantes de las familias con menos recursos, el ayuntamiento acordó subvencionar con 25 pesetas, en un único pago a cada una de ellas, al total de las 75 unidades familiares que fueron escogidas y que se beneficiarían de esta medida, que por otra parte era similar a la que habitualmente se adoptaba cada año para socorrer a los más vulnerables con ocasión de las fiestas de septiembre y que se sumaba al tradicional reparto gratuito de raciones de comida durante esos días. Con todo, muchas otras familias vulnerables quedarían fuera de recibir prestación alguna. Y es que el limitado presupuesto de la Corporación se encontraba tan tensionado por la multitud de necesidades a las que atender, que algunos concejales ya auguraban, meses atrás, que de seguir inmersos en aquella espiral de gastos, el ayuntamiento de Villena entraría en bancarrota.

Componentes de las Comparsas de Cristianos (izquierda) y Moros Viejos, durante un desfile de Fiestas, en los años 30 del siglo pasado (Villena Cuéntame)

EL PROGRAMA DE FIESTAS.
De la atenta lectura del programa de fiestas de 1923 se desprende el enorme esfuerzo presupuestario que sería realizado para tratar de dotar de la mayor brillantez posible a los festejos, en contraste con el declive observado en el volumen de gasto de años precedentes. Este aumento en el presupuesto, vinculado sobre todo a la partida destinada a la Coronación de la Virgen de las Virtudes, hizo posible contratar a prestigiosas empresas y agrupaciones foráneas, como al aclamado orfeón Popular Coro Clavé, de Elche, a Joaquín Cánovas Cañete, pirotécnico oriolano que había sido premiado en varios e importantes certámenes a nivel nacional, y a la Banda de Música del Regimiento de Infantería de Guadalajara número 20.
Además, junto con los principales actos festeros y con ocasión de la Coronación de la Virgen de las Virtudes, sería estrenado, con música del organista y presbítero castellonense Francisco Escoín Belenguer y letra de Gaspar Archent Avellán, el Himno de la Coronación. Otros eventos incluidos habitualmente en el programa de fiestas de aquellos años y hoy desaparecidos, como el Concurso de Pichón y los Desfiles de Carrozas y Batallas de Serpentinas, complementarían la programación festera. Mención aparte merece la puesta en escena, por primera vez y a iniciativa de la recién creada comparsa de Andaluces, de un nuevo y singular acto, celebrado el 7 de septiembre, y que ha pervivido hasta nuestros días.
Extracto del Programa Oficial de Fiestas de 1923

LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE LAS VIRTUDES. 
La idea nació en torno al año 1917 de la mano del historiador y escritor villenense, canónigo y gran devoto de la Virgen de las Virtudes, Gaspar Archent Avellán, quien cuatro años después (el 1 de septiembre de 1921) fundaría La Corona, publicación de carácter mensual que a lo largo de sus 23 boletines se ocuparía de informar de las iniciativas, preparativos y estado del proyecto emprendido en aras a conseguir la Coronación Canónica de la Patrona de Villena, tratando desde sus páginas de fomentar e impulsar esta idea. Se constituyeron Juntas de Caballeros, de Damas y Comisiones de Obreros y Empleadas, en un intento de involucrar a miembros de todos los estamentos sociales de la ciudad. Los integrantes de estos grupos de voluntarios realizarían una activa y decisiva campaña para la captación de ofrendas, tanto de dinero en metálico como en joyas, que fueron donadas por no pocos particulares {6}

El día 6 tendrá lugar en la calle D. Luciano López Ferrer la “Fiesta de la Corona”.
El pueblo de Villena que en años anteriores y con motivo de las fiestas de la “Flor” y de la “Bandera” supo dar tan alto y hermoso ejemplo de generosidad y desprendimiento, sabrá en este año superarse a sí mismo acudiendo en masa a depositar sus donativos en las bandejas de las mesas petitorias, o en mano de las jóvenes postulantes.
La finalidad no puede ser más hermosa, puesto que se trata de la corona de la Virgen de las Virtudes, del homenaje grandioso que Villena quiere hacer a su Patrona queridísima, a Aquella que es todo amor para su pueblo y a la que los villenenses están siempre dispuestos a dar las más elocuentes pruebas del cariño filial que le procesan…
“La Corona”: 1 de septiembre de 1922.

      El manto que estrenaría con motivo de su coronación la Virgen de las Virtudes y valorado en 25.000 pesetas, fue regalado por Josefa Amorós Martínez, quien había costeado poco antes la confección de la nueva bandera con la que abría su participación en los desfiles de fiestas la Comparsa de Marineros. Por su parte el prestigioso orfebre valenciano Manuel Orrico Guzmán {7} sería el encargado de elaborar la corona (desaparecida durante la Guerra Civil) que la Patrona luciría aquel 6 de septiembre, tras haber sido descartados previamente los proyectos presentados por otros tres reconocidos artesanos. 

Gaspar Archent Avellán, junto a Manuel Orrico Guzmán, prestigioso orfebre de Valencia, en cuyos talleres se confeccionaría la Corona para la Virgen de las Virtudes.

      La instrucción del correspondiente expediente de Coronación Canónica requería junto a la datación de la antigüedad de la talla, documentar minuciosamente el acendrado y vigoroso fervor del pueblo de Villena hacia la Virgen de las Virtudes, además de acreditar, a través de ejemplos públicos y notorios, que las rogativas y peticiones de ayuda que le habían sido formuladas desde antaño, habían culminado, en no pocas ocasiones, de forma positiva hacia los intereses de los peticionarios.
     Ya en 1648 se tiene noticia de la solicitud que la ciudad de Murcia realiza a la de Villena, para que le fuera prestado uno de los mantos de la Virgen de las Virtudes, con la esperanza de poder frenar así, la epidemia de peste que asolaba aquella población. Tan agradecidos quedaron con el efecto beneficioso que produjo la llevada del manto a Murcia, que sus vecinos, no solamente reintegraron el previamente prestado, sino que confeccionaron uno nuevo, que sería regalado a la Patrona de Villena. 
     Otro de los casos, mucho más reciente, en el que se daba cuenta de la protección  de la Virgen sobre aquellos que en situaciones singularmente difíciles de sus vidas habían recurrido con plegarias al amparo de su Patrona, fue noticia en la prensa provincial, donde en el contexto de la Guerra de África, se publicaría la siguiente crónica:
     “…de unos cincuenta (soldados de Villena) que luchan ahora en el Rif, no ha resultado aún ni un solo herido. Y no es porque no entren en combate, puesto un soldado escribió diciendo que de más de cien que formaban una compañía, de los cuales cuatro eran de Villena, solo quedaron después de los fuertes combates ocho soldados y el capitán. Contándose entre ellos los cuatro villenenses que quedaron ilesos.
Este hecho motivó al capitán a preguntar a los soldados villenenses que a quién se habían encomendado, y contestando ellos que a su Patrona la Virgen de las Virtudes, partieron en pedazos varias estampas que llevaban de la Virgen, repartiéndoselos entre ellos y guardándolos devotamente en el pecho…”          
Diario de Alicante: 7 de septiembre de 1909.


                                                           
{1} Moros Viejos, Moros Nuevos, Marroquíes, Marineros, Estudiantes, Romanos, Cristianos y Andaluces. Las 8 comparsas citadas aportarían un número total de festeros que no excedería, de acuerdo con las previsiones más optimistas, las 500 personas.   

{2} Concedida por la Corporación Local el preceptivo permiso para participar durante las fiestas de 1923, Joaquín Clement Bravo sería el primer capitán de la nueva comparsa, mientras que Antonio Ibáñez Abad actuaría como alférez. Otros 20 adultos, además del niño de 4 años, de nombre Francisco Clement Francés, hijo del capitán, desfilarían durante su primer año con trajes, que ante la falta de tiempo para su confección, fueron alquilados en Alcoy. A todos ellos se sumaron durante su debut en el desfile de la Entrada, 5 o 6 personas más, alcoyanos en este caso. La celebración, el mismo año de la fundación de esta comparsa de un nuevo acto que será conocido como Contrabando, hizo que desde sus inicios a esta agrupación festera se la conociera, indistintamente, tanto por su denominación oficial de Andaluces, como por el nombre de Contrabandistas.

{3}  Esta vía se corresponde con la actual calle Escultor Navarro Santafé, aunque a lo largo del tiempo  ha tenido otras denominaciones oficiales, como Casicas de Hellín o General Mola. En cuando tipo de productos de venta en el establecimiento de Antonio Ibáñez Abad, mientras que en el libro editado en el año 2000 con ocasión del 75 aniversario de la Comparsa de Andaluces se indica que eran embutidos y otros comestibles, en el artículo del especial de la Revista Día 4 que fuera del año 2022 (1922: preludio de la fundación) se afirma que aquel era comerciante de textiles.

{4} Durante 1923 serían llamados a filas de forma obligatoria en Villena para su incorporación al ejército, un total de 192 jóvenes, de los cuales una parte quedarían excluidos y en torno al 15 por ciento no se presentarían al llamamiento y serían declarados prófugos. El resto, unos 111 soldados, partirían hacia distintos destinos, entre ellos a la Guerra en el protectorado español de Marruecos.

{5} El 23 de enero de 1923 y con la activa participación, entre otros, del propio Luciano López Ferrer, se conseguiría, tras arduas negociaciones con las tropas rifeñas acaudilladas por Abd-el-Krim, la liberación de 357 prisioneros españoles que durante meses habían estado soportando unas durísimas condiciones de cautiverio. 

{6}  Es necesario recordar aquí que la idea de la Coronación Canónica de la Virgen de las Virtudes no contaba con el apoyo unánime de todos los vecinos de Villena. Sus críticos, que los había, no atacaban tanto el acto de la coronación en sí, como el hecho de que fuera destinado dinero público a dicha finalidad. Para apoyar esta corriente de opinión y contrarrestar la línea argumental de la Corona, saldría a la luz por primera vez el 27 de agosto de 1922 el semanario Nosotros. Esta publicación que a partir de su número 22 tendría una periodicidad mensual, tuvo como director a José María Reyes, pseudónimo de José María Navarro López. A lo largo de su existencia contó con destacados colaboradores del ámbito nacional como Pío Baroja, Federica Montseny, Rubén Darío o Concepción Arenal. 

{7} Manuel Orrico Guzmán había sido el autor del nimbo –aureola o resplandor– que se elaboró para la talla de la Virgen de los Desamparados, Patrona de la ciudad de Valencia que aquella luciría en el acto de su coronación, el 12 de mayo de 1923. Ese mismo año y junto a la de Valencia y Villena, otras cuatro imágenes de Vírgenes serían coronadas canónicamente en España: la Virgen de la Caridad, Patrona de Cartagena, la Virgen de Estíbaliz, Patrona de la provincia de Álava, la Virgen de la Gleva, Patrona de la Plana de Vich, en Barcelona y finalmente la Virgen de las Angustias de Guadix, en la provincia de Granada.

BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS WEB:
Archivo Municipal de Villena (Actas Capitulares) 02/02/1923 // 15/06/1923 // 22/06/1923 // 25/07/1923 // 01/08/1923 // 10/08/1923 // 15/08/1923 // 24/08/1923 // 31/08/1923 // 05/09/1923
COLLADO PÉREZ, Cristóbal; VIDAL GARCÍA, José y OTROS. Comparsa de Andaluces Villena 1923-1998. Comparsa de Andaluces Villena. 2000.
CONEJERO GIL, Daniel. Expediente de quintas de Villena de 1923. Universidad de Alicante. 2015.
DIARIO DE ALICANTE: 07/09/1909.
HERNÁNDEZ J. 1973. Datos cronológicos de la Coronación y Bodas de Plata. Revista Villena. M. I. Ayuntamiento. Villena 1973.
LA CORONA: 01/09/1922 // 01/03/1923.
LÓPEZ HURTADO, César. Memoria del Poder Municipal en Villena. M.I. Ayuntamiento de Villena. 2015.
LÓPEZ HURTADO, César. MARCO AMORÓS, Mateo y PUCHE ACIÉN, José. Periodismo y sociedad Villena, 1881-1899. Instituto Alicantino de Cultura “Juan Gil Albert”. Diputación Provincial de Alicante. 2007.
MUNDO GRÁFICO. Julio de 1921.
RAMIRO DE LA MATA, Javier. Los prisioneros españoles cautivos de Abd-el-Krim: un legado del desastre de Annual. Anales de Historia Contemporánea. Páginas 343-354. Septiembre 2002.
REGISTRO CIVIL DE VILLENA: SECCIONES 2ª Y 3ª (distintos tomos e inscripciones).
RODRÍGUEZ HERRERO, Aida. La familia Amorós y su huella en Villena. Revista Villena. M. I. Ayuntamiento. 2013.
SÁNCHEZ FERRÁNDIZ, José. 1909, la Protección de la Virgen. Villenacuentame. 2013.
VALDÉS DOMENE, Antonio. 1922: Preludio de la Fundación. Especial día 4 que fuera. 2012.
www.eleslabonvillena.es
www.paraula.org/reportajes/testigos-de-la-coronacion-de-la-virgen-en-1923
www.villenacuentame.es
Publicado en la Revista Especial Día 4 que fuera de 2023 

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