21 may 2024

1994 RECUERDOS DESDE EL PUEBLO VECINO

Recuerdos desde el pueblo vecino. Por CHERO CUTILLAS
Zapatos de brillo acabados de lustrar. Alfonso lleva una blusa de domingo y gorra recién comprada. Josefa, su mujer, ha estrenado sayas y pañoleta. Pedro, el hijo, aprieta con su mano de niño el maletín de un instrumento musical. Los tres se disponen a coger el tren que les lleva de Yecla a Villena en compañía de los demás miembros de la Banda Municipal de Yecla.
PARA Pedro es su primera actuación y sus padres le acompañan. Durante el viaje, dieciséis trabajosos kilómetros de ferrocarril de segunda, el director de la banda explica a los músicos que cada uno de ellos dormirá en casa de algún festero. En aquellos años escasas las posadas y las posibilidades de los músicos, pobres entre los artistas pobres, era la costumbre que cada festero acogiera en su casa a un músico, y ello era en cierto modo un honor, además de una prueba irrefutable de la colaboración del festero al buen desarrollo de las fiestas. Pedro, el músico de nueve años, va a casa de Pascual y Josefa; ellos «los Bajoca» quedan sorprendidos de la edad del músico. Esperaban a un señor hecho y derecho y sonríen acogiendo al pequeño músico y a sus padres.
Insisten los anfitriones: «Quedaos en casa, querréis ver actuar a vuestro hijo por primera vez, aquí tenemos sitio..., y las fiestas son tan hermosas...». Alfonso y Josefa se miran. El talante de las gentes de buena voluntad, el ánimo festivo que se respira en el ambiente, el deseo de ver actuar a su hijo... Se quedan.
Pedro disfruta de aquellas fiestas de moros y cristianos, levantinas por excelencia, villeneras por derecho. Unos desfilan su austeridad de cristianos viejos, otros pasean el exotismo de un pueblo misterioso y ardiente. La música emborracha los corazones y el vino los sentidos, y Pedro marca el paso, feliz de tocar su clarinete en la calle, donde la banda de música tiene su razón de ser, su sentido más auténtico. Al terminar los desfiles, Pedro juega con los hijos de «los Bajoca» en el amplio porche de la casa familiar. Igual que sus padres, los niños se hacen amigos.
Pasa la banda llenando la calle, el transcurrir de los días va poniendo notas a las explosivas fiestas, mientras en casa de Pascual y Josefa se va fabricando una amistad que había de pasar de generación en generación, como una antorcha recogida de unos a otros y que lleva encendida más de sesenta años, pues desde entonces se sucedieron las cartas, las visitas en fechas señaladas y las invitaciones en cada acontecimiento, de manera que en el devenir de la vida, con todos sus avatares, ambas familias guardaron un sitio para calentar aquella amistad nacida a través de la música.
Hoy, próximo el venturoso cinco de septiembre, presentida ya en calles y plazas la espectacular «Entrada», el desfilar con empaque de moros y cristianos, quiero hacer llegar desde aquí, mi más cariñoso recuerdo a los protagonistas de esta historia, «los Bajoca» de Villena y «los Torrateros» de Yecla. Ellos me enseñaron (quien escribe estas líneas pertenece a la tercera generación de esta historia), el valor de los afectos que perduran en el tiempo, y la forma de cuidarlos para que nos acompañen a través de los años. Por ello, a mi familia de Yecla y a la de Villena que lo es por adopción, muchas gracias.
Extraído de la Revista Villena de 1994

No hay comentarios:

..... CONTINUAR... PASAR PÁGINA Pinchar en... (entradas antiguas)
Esta Web no se hace responsable de las opiniones de sus lectores. Todo el contenido es público. Usted puede copiar y distribuir o comunicar públicamente esta obra siempre y cuando se indique la procedencia del contenido. No puede utilizar esta obra para fines comerciales o generar una nueva a partir de esta..
Web: www.villenacuentame.com
E-Mail:
villenacuentame@gmail.com