24 oct 2025

1996 A MAYO / AMOR A VILLENA (LITERATURA)

A MAYO / AMOR A VILLENA

Es mayo, mes preciado cual tesoro; 
con él, bonitas flores se engalanan 
y por doquier perfumes desparraman 
sobre espejos del manantial sonoro.

Campiñas verdes, con trigales de oro 
al cielo elevan quejas que reclaman 
mejoras campesinas que se afanan 
por una vida digna y con decoro.

El aura acerca olores de tomillos 
que de los montes bajan presurosos 
por riberas de juncos amarillos.

Sobre esta alfombra, días esplendorosos 
engrandecen a mayo, y un cantar de grillos 
se acuesta con la sombra tras los pozos.
Francisco Azorín Valdés


VERANO
En las radiantes tardes estivales 
la suave brisa invita a la poesía. 
Durante mis paseos, la musa mía 
pone en mi mente ideas como panales.

Oigo en las aves trinos celestiales 
cruzando el valle y su policromía; 
y aromas del monte, en mi compañía, 
guían mis pasos por entre matorrales.

Con el hada amorosa que me inspira 
comparto un soliloquio delicioso, 
mientras mi corazón fuerte respira,

sabe ella que en amores soy dichoso; 
por ello mi felicidad la estira. 
Yo le brindo mi soneto, gozoso.
Francisco Azorín Valdés
***
Naciste preciosa y morena 
valenciana como castellana: 
tu origen fue mahometana 
que como revoltosa y serena 
por estar de «virtudes» toda llena
te convirtieron en cristiana.

Que al bañarte con agua bendita, 
efusión gozo y alegría l
es llenó Agustinos aquel día, 
que al hacer obra tan infinita 
voto al Cielo con gallardía 
al iluminar tan rica perlita.

Al crecer tan humilde y coqueta 
que efusivo y enamorado 
en mi alma ha quedado grabado 
y por sentirme un Don Juan poeta 
al notarme todo anonadado 
por la belleza de la «Moreneta».

Porque albergas excelsa grandeza 
y por ser mi sueño fantasmal 
pensando me apartarás el mal, 
pero al meditar mi gran pobreza 
y sentirme un vulgar esquimal 
ante tan grandiosa nobleza.

Por histórica, culta y hermosa, 
musulmana, ahora cristiana 
y también reina ufana, 
al ser portentosa y gloriosa 
como trabajadora y artesana, 
serías mi sueño de esposa.

Tanto tus hijos y pretendientes 
son, que mi amor todo sufrimiento 
hasta llegar al encantamiento, 
que por ser todos ellos diligentes 
y a la vez valeroso portento 
al tener gratas almas en sus gentes.

Yo quiero mucho a Valencia
y Alcira que me cobija,
porque siendo mi alma prolija,
de primera mi sangre herencia.
Me hechiza y subyuga Villena
que sólo sus nombres alma me llena.
Alcira, 22 de febrero de 1996
Miguel de Levante

LOS CHIQUILLOS VAN A ESCUELA
A llenarse el corazón,
van los chiquillos a escuela, 
esperan apiñonados, 
a que se abran las puertas.

Todos bien ataviados, 
se han lavado sus orejas, 
le dan un beso a la madre, 
ya pronto estarán de vuelta.

Entran así, como el aire, 
un aire limpio y sereno, 
fresco, suave y salvaje, 
van a tomar el asiento.

Esperan los chiquiticos, 
también los grandes esperan, 
quieren entrar los primeros, 
a ver, quien pone la fecha.

En la pizarra la escriben, 
y allí bien puesta se queda, 
estamos todos a lunes, 
la semana nos espera.

Con ganas todos trabajan, 
no hay ninguna reprimenda, 
saben que son responsables, 
lo escriben en frases hechas.

Semillas que llenarán 
con su aliento a los maestros, 
sus almas rebosarán, 
de sentimiento y respeto.

Son las flores del mañana, 
que regadas día a día, 
darán los mejores frutos 
de paz, amor y alegría.
Mariana Alpañés

LA FLOR
Era la flor diminuta 
pero grande tu mirada 
esencia de amor sentí 
cuando tú me la entregabas.

Con ese gesto he vivido 
y fue tanta la fragancia, 
que ahora la voy cantando 
por donde quiera que vaya.

Pues brillan hoy dos luceros 
no se pueden esconder 
son tus ojos y los míos 
que se buscaron ayer.

Mirándose han encontrado 
todo nuestro ser valiente 
pues el silencio está vivo 
y dice querer quererse.

Mirándose han apostado 
por el valor de la fe, 
que nos empuja a sufrirnos 
y perdonarnos después.

Luchando así venceremos 
el temor que nos invade 
pues Dios nuestra alma ha llenado 
de inmenso amor y coraje.
Mariana Alpañés

ALIADOS EN EL TIEMPO
tras el tiempo en sí de lejanías 
gozosas junto a ti horas nacieron, 
que golosos enjambres nos cubrieron 
con una blanca gala por los días.

En las tardes del frío y lento invierno 
suenan a la memoria dulces, suaves 
los llantos de los niños tras las aves 
del corral en que luce el sol eterno.

Añoranza perdida de embeleso, 
que tras pausas conoces como el arte; 
su silencio, armonía, su contento.

El recuerdo de un triste y bello beso 
me conduce de nuevo en abrazarte 
por más allá de un día, de un momento.
Jesús Soto Abellán

EL VIENTO SILBA DESPACIO
EI viento silba despacio
mientras un caminante encogido
cuenta los trozos de rama 
que su furor ha abatido.

Hay una rama rota 
que brilla sin tener brillo, 
como el amor prolongado, 
que rompe las caras del siglo.

Hay otra rama deshecha, 
como un cuerpo desgastado, 
donde se liman asperezas, 
y lo negro se vuelve rosado.

Hay un fornido tronco,
como el símbolo de un patriarca,
donde las luces se recogen 
en un haz de punta brava.

El viento ya no silba, 
la lección acabada, 
se fue a instruir gentes 
que perdieron sus ramas.
Jesús Soto Abellán

EL COLOSO
En la línea de la noche
el coloso se eleva omnipresente,
mezcla de piedra y sangre,
la piedra
de sus inexpugnables murallas;
la sangre
de los recuerdos que lo forjaron;
piedra de un dorado radiante,
sangre de unas sombras olvidadas.

La noche se hace oscura,
el coloso se hace brillante
y en sus líneas se proyecta
el trayecto de la historia,
altas murallas, más altas las torres
y más alta todavía su atalaya;
estalla ceremoniosamente en septiembre
y luego calla, espera y observa,
observa con los ojos de la piedra
y con el corazón de la sangre.
Javier Ródenas


MI BLANCA, PLAZA DE TOROS
Tardes de toros,
triste sombra en la mirada, 
fiesta de hazañas viriles 
con muleta encarnada.

Hombre, toro, sombra y luz, 
ruedo y asientos en soledad, 
cemento muerto y agrietado, 
pandereta de toro y torero, 
sobre el terreno del cuatro.

Música del pasodoble 
donde el sol se hace ascua, 
alamares de oro y plata 
brillan en el callejón 
donde esperan los monosabios 
y la vara del picador.

El buen aficionado 
no sale de su asombro 
viendo agonizar su plaza 
por dejadez y abandono.

Qué más podría decir, 
de algo que se desvanece 
y se derrumba sin remisión.

Qué más podría decir, 
de un ruedo con soledad, 
lleno de ortigas y grama.

Qué más podría decir, 
de la agonía moribunda 
de burladeros, con madera 
reseca y agrietada.

Silenciosa está mi plaza, 
con sus noches y sus días, 
con su triste agonía 
de no poder despertar.

Villena viste de luto, 
por la muerte de su plaza, 
sólo quedan las ruinas 
de lo que fue fiesta brava.
MASIANO
Extraído de la Revista Villena de 1996

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