1951 LA VIRGEN Y SU SANTUARIO

LA VIRGEN Y SU SANTUARIO

Por José Joaquín Martínez - Capellán del Santuario

La devoción que Villena profesa a su Patrona y que se marca cada año más en el fervor religioso de sus fiestas no queda reducida a la Ciudad. Aquí en su Santuario las tradicionales romerías del Voto y la Esclavitud, preciosa herencia mariana de nuestros antepasados, no dejan de ser también para todos una obligada fidelidad a la preciada tradición y una renovación oficial de los sagrados vínculos para con tan excelsa Madre y Señora. Luego, en el discurso del año, son muchos los que vienen a visitarla en cumplimiento de promesas, muchísimos otros por devoción, y es que el Santuario es la Casa-Madre de todos los hijos de Villena.

Glorieta de acceso al Santuario

Al ser amablemente invitado a colaborar con mi humilde aportación en la Revista de Fiestas de este año jubilar, para hacerlo más provechosamente he estado durante algún tiempo en audiencia íntima con tan dulcísima Señora, para que Ella me inspirara y diera por mi ministerio alguna validez a estas líneas. La Stma. Virgen desea sobre todo que sus hijos sean fiel reflejo de su pureza y de sus virtudes: que nunca y en particular con ocasión de sus festividades puedan serle motivo de desagrado, antes bien, que demuestren siempre que su devoción para con Ella es verdadera. En este sentido se esfuerza la muy noble ciudad de Villena y no quiere en el fondo de su corazón nada indigno de tan celestial Señora.

El Santuario de nuestra Morenica ha de ser mirado con especial cariño: sus líneas seculares son invariables como la tradición; pero aunque antiguo, no ha de ser por ello olvidado y mucho menos abandonado. Las dignísimas Autoridades y Juntas de la Virgen se preocuparon cuando concluyeron luctuosos tiempos pasados en volver a hacer todo cuanto había desaparecido y está en conocimiento de todas la grandiosa labor realizada. Por lo que respecta al Santuario, a la vista de todos están varias mejoras y otras no menos valiosas aunque no tan aparentes: la Reina del cielo, a pesar de todo, no olvidará a los colaboradores de ellas. Pero es mucho lo que imperiosamente reclama profunda atención, como son los tejados sostenidos en parte milagrosamente a través de la acción demoledora del tiempo y de las lluvias: otros lugares amenazan ruina y en general un mayor decoro y modernización. Villena ha de conservar y mejorar este relicario de su Patrona y nada más oportuno para ello que el pertenecer todos a su Asociación, como muy bien lo solicitaba su actual Presidente el pasado año, medio oficial para atender a tantas necesidades.

Y a los que Dios les ha dado abundancia para remedio de los pobres, aquí tienen también campo muy amplio para reconstruir a sus expensas y dejar recuerdo permanente de devoción a su Patrona. Quizá algunos podrían intervenir con su influencia en dotarle de teléfono y mejorar sus vías de comunicación.

Lugar tan venerado bien podría dejar de ser, al menos en parte, vivienda de muchos o residencia veraniega y convertir, aunque sólo fuera una cuarta parte del Santuario, en Casa de Ejercicios Espirituales en donde las almas encontrarían una escuela de virtud y un semillero de santificación. ¡Qué bien vendría una pía fundación para este fin y cómo la premiaría Ntra. Sra. de las Virtudes! Que Ella bendiga ya estos proyectos no para hacerlos poco a poco, como dando lugar primero al egoísmo dominante o al mucho dinero que se gasta pecaminosamente, sino moviendo corazones generosos, verdaderos amantes, celosos por el respeto y decoro de su Santuario.
Extraído de la Revista Villena de 1951