A ESCENA
... Y una vez más nos encontramos en ese esperado prólogo... un tanto inquietos... nerviosos y al mismo tiempo anhelantes, por cuanto si a actores de un gran montaje teatral se nos comparase, ya lo tenemos todo, absolutamente todo preparado para la gran Comedia. Un fantástico escenario cual son nuestras hermosísimas Corredera y la cariñosamente llamada Calle Ancha... Los arcos siempre atractivos de la iluminación especial, cual enormes diablas, están dispuestos para lanzar sobre nuestros atuendos guerreros esas luces precisas que harán más atractivo el colorido de los majestuosos ropajes... Tribunas y sillas, el encanto de esas desempolvadas mil formas de asientos que las villeneras agrupan graciosamente con burdos hilachos, asemejan a un extraordinario patio de butacas, plateas y palcos dispuestos a albergar a miles de espectadores en el gran día, en la tan esperada representación... Y en nuestras casas, cual improvisados camerinos... todo minuciosamente preparado, trajes, armas, calzado, inmenso vestuario y atrezo que durante meses atrás se ha cuidado hasta el más mínimo detalle...
Y poco antes del gran momento, las habilidosas manos de los maquilladores con estudiados toques de lápiz y pincel, darán a nuestras caras los encrespados y duros gestos que las asemejarán a curtidos rostros guerreros, moro y cristiano... Mientras tanto, estarán prestos a la dirección un contingente humano de organizadores y directivos de comparsas cual compacto grupo de Regidores de escena, Transpuntes y Apuntadores deseosos de que todo termine con el éxito coronando el gran montaje desplegado para la magna representación... Sí, la obra va a empezar... ¿Pero seremos capaces contando con ese maravilloso compendio de elementos, de ofrecer un buen espectáculo?... ¡porque artistas los tenemos!... Fantásticos cabos... Festeros en abundancia que han sabido de la grandeza de nuestras Fiestas en el pasado y que son conscientes de lo que es el ¡buen hacer!...
Ingenio y arte en la confección de trajes por artistas locales que no precisan asesoramientos externos para crear verdaderas maravillas... ¿Y nuestras mujeres?... por poca intervención que tengan dentro de nuestras fiestas, ¿hay fémina alguna, con todo mi respeto a las de la comarca, que supere la gracia y donaire de las villeneras?... Creo que no... Por ello es imposible pensar en una mala actuación... y por eso este festero, insignificante y sin género de dudas inferior a todos los de Villena, espera de ese enorme grupo de villeneros el mayor espectáculo que se haya ofrecido en esta Ciudad...
Y si he comparado nuestra Fiesta, a una gran obra teatral, es porque el Arte de Talía está dentro de mí y creo que nuestros festejos pueden mirarse perfectamente a través de ese prisma... Como Director de Teatro por afición, nunca me he sentido más satisfecho que por los aplausos que mis actores han arrancado en un mutis o al cierre de telón... Su éxito ha sido el mío... Por ello, como Presidente de la Junta Central de Fiestas, mi mayor orgullo, sería el escuchar los aplausos sinceros de villeneros y visitantes y que, en definitiva, los comentarios fuesen dichos con ese impulso natural del que habla con el corazón... y que todos fueran de alabanza y ninguno de crítica o pesar... Confío en vosotros, maravillosos festeros, para, que mi aplauso... mi caluroso y sincero aplauso, sea el primero y más fuerte... Sí, ahora ya está todo dispuesto para vosotros... el telón va a abrirse... Una batuta en el aire... Los primeros sones de «La Entrada de Quintín Esquembre» rompen el silencio... Una bandera majestuosamente portada por un músico empieza a moverse al viento... La representación ha empezado... ¡ANIMO y suerte para todos!...
Ingenio y arte en la confección de trajes por artistas locales que no precisan asesoramientos externos para crear verdaderas maravillas... ¿Y nuestras mujeres?... por poca intervención que tengan dentro de nuestras fiestas, ¿hay fémina alguna, con todo mi respeto a las de la comarca, que supere la gracia y donaire de las villeneras?... Creo que no... Por ello es imposible pensar en una mala actuación... y por eso este festero, insignificante y sin género de dudas inferior a todos los de Villena, espera de ese enorme grupo de villeneros el mayor espectáculo que se haya ofrecido en esta Ciudad...
Y si he comparado nuestra Fiesta, a una gran obra teatral, es porque el Arte de Talía está dentro de mí y creo que nuestros festejos pueden mirarse perfectamente a través de ese prisma... Como Director de Teatro por afición, nunca me he sentido más satisfecho que por los aplausos que mis actores han arrancado en un mutis o al cierre de telón... Su éxito ha sido el mío... Por ello, como Presidente de la Junta Central de Fiestas, mi mayor orgullo, sería el escuchar los aplausos sinceros de villeneros y visitantes y que, en definitiva, los comentarios fuesen dichos con ese impulso natural del que habla con el corazón... y que todos fueran de alabanza y ninguno de crítica o pesar... Confío en vosotros, maravillosos festeros, para, que mi aplauso... mi caluroso y sincero aplauso, sea el primero y más fuerte... Sí, ahora ya está todo dispuesto para vosotros... el telón va a abrirse... Una batuta en el aire... Los primeros sones de «La Entrada de Quintín Esquembre» rompen el silencio... Una bandera majestuosamente portada por un músico empieza a moverse al viento... La representación ha empezado... ¡ANIMO y suerte para todos!...
Romualdo Moreno
Extraído de la Revista Villena de 1982
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