4 dic 2023

1979 VILLENA, COSIDERACIONES EN TORNO A LA CUESTIÓN URBANA

VILLENA, COSIDERACIONES EN TORNO A LA CUESTIÓN URBANA
1 - La superación de las contradicciones que están en la base de la cuestión urbana no pueden venir más que de la práctica social, o sea, de la práctica política.
Manuel Castells
La preocupación sobre el planeamiento urbano ha sido esgrimida intensamente por todos los grupos sociales a la hora de expresar sus intenciones transformadoras de la realidad social desde sus posiciones o desde sus expectativas de poder.
La ciudad se ha convertido en la más palpable motivación y en el más claro sujeto sobre el que actuar. Las promesas de concretas transformaciones, las continuas críticas sobre espacios deteriorados, el rechazo de determinadas ideologías y políticas urbanísticas, la denuncia de actuaciones especulativas, la demanda de servicios públicos y comunitarios y la revelación de situaciones infra vivibles existentes se han ido sucediendo en los últimos tiempos con una frecuencia e insistencia tal, que parecen conferir al tema urbano la representatividad y el monopolio de todos los problemas sociales y pretenden dar a la reforma urbana categoría de panacea de todos los males y deficiencias.
Estamos totalmente de acuerdo en dar toda esta importancia a la «cuestión urbana», ya que la ciudad no es más que el reflejo y la proyección sobre el terreno de la sociedad global, la expresión material de la realidad social; pero discrepamos en lo que respecta a la direccionalidad del planteamiento: si la ciudad es el efecto, poco resolveríamos actuando sobre él. Nuestras actuaciones sobre la realidad física sólo so quedarían en falsas, ineficaces y pobres soluciones. La única y verdadera transformación urbana está en la incidencia y cambio de la estructura social, real y protagonista hacedora y conformadora de nuestras ciudades.
Pero dejemos a un lado los niveles teóricos, esquivemos (pues no es el objeto de este artículo) el análisis y la crítica de nuestro actual modo de producción que conlleva a la existente estructura social y abandonemos el cuestionar sobre la aceptación o rebelión de lo dado que nos llevaría, a niveles teóricos, a la elaboración do nuevas concepciones del mundo, y a niveles prácticos, a acciones promotoras de profundos y esenciales cambios sociales.
Imposibilitados ante la consecución de estos transcendentales cambios, obligados a movernos dentro de nuestro real marco de referencia, ¿estamos abocados a la inacción?, ¿nos vemos condenados a adoptar apáticas posturas?, ¿debemos mostrarnos indiferentes y ser sufridos testigos ante el continuo deterioro de nuestras ciudades?
En una sociedad capitalista, la ciudad y el espacio en general, no pertenecen a sus habitantes, no son modelados en función de sus intereses, sino de acuerdo con los intereses de una serie de agentes. Los propietarios de los medios de producción, los propietarios del suelo, los promotores inmobiliarios y las empresas de construcción son, en la realidad, los protagonistas del desarrollo de nuestras ciudades y los creadores de un urbanismo de «mercado» preocupado únicamente en la elaboración de un producto-vivienda ajustado a la ley del máximo beneficio. Su actuación crea la contradicción de los dominios público y privado, la continua y negativa afección sobre el espacio público de las actuaciones privadas.
Y para intentar superar (?) y regular aquélla, aparece la Administración Pública asumiendo el papel de árbitro y limitador con unos instrumentos legales que crean el marco para el desarrollo y la ordenación territorial, los Planes, con escala jerárquica según el dominio espacial que afecten (nacionales, regionales, provinciales, comarcales, municipales y parciales).
2 - Quienes no quieren responsabilidad ni pensar por cuenta propia necesitan y exigen caudillos.
Hermann Hesse
En la actualidad se está trabajando en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de Villena. El Plan General es un documento marco donde se fijarán las grandes líneas que conformarán el desarrollo y reestructuración futura de la ciudad y del término municipal. Aspectos tan importantes como las zonas verdes, las escuelas, las dotaciones deportivas y asistenciales, el equipo comercial, el tráfico y el transporte, la conservación del patrimonio artís-tico e histórico, la fijación de la altura de las edificaciones, la localización de zonas para uso industrial, la determinación del crecimiento, etc., deben de ser contemplados y satisfechos por este instrumento de planeamiento. La importancia del Plan es incuestionable al ver que de él dependerá el logro de una ciudad verdaderamente habitable, alegre, humanizada y digna de ser vivida.
¿Quién planea?, ¿quién hace el trabajo?: un equipo de técnicos contratados por el Ayuntamiento. Pero planear desde la asepsia de un estudio, dejar al arbitrio de la técnica y de su concreta visión del mundo la solución de los múltiples y complejos problemas vivenciados cotidianamente por el villenense y depositar pasivamente la confianza al «buen hacer» del equipo contratado entraña graves peligros por la posibilidad de que el resultado sea consecuencia de haber adoptado posturas tecnocráticas o formalistas que se alejen, descuiden o mermen importancia a la realidad social de Villena.
La ciudad pertenece a sus habitantes y su construcción es tarea de todos. La participación en la revisión del Plan General, formulando ne¬cesidades a satisfacer, aportando datos, denunciando perturbaciones urbanas y analizando críticamente las sucesivas etapas presentadas por el equipo técnico, es derecho y deber de todo villenense.
Debemos arrumbar la idea de un urbanismo esotérico, solamente asequible a los iniciados y practicado únicamente por una élite que «sabe» urbanismo y postular un urbanismo vivo, hecho por todos los ciudadanos, palpable y verdadera práctica democrática, continua y material intervención y actuación transformadora gratificante de nuestro inmediato espacio vivido.
La legislación establece períodos de participación popular en el Plan General, pero creemos que son insuficientes. La fijación de unos rígidos plazos participativos y la limitación y constricción de los cauces responden más a un forzado formalismo que a explicitar un verdadero sentido autogestionario y democrático en la construcción de la ciudad.
Consideramos que la continuidad en la participación ha de ser total, los cauces amplios y la incidencia esencial. Así pues, el villenense de forma aislada, las asociaciones de vecinos, las instituciones culturales, los partidos políticos, las centrales sindicales y demás grupos que conforman la urdimbre social de Villana, deben estar en constante diálogo, en intensa comunicación y en cotidiana permeabilidad con el Ayuntamiento y con los técnicos con el fin de conseguir un Plan hecho por todos, un Plan satisfactorio para todos.
3 - ¿Cuándo acabaremos de acontecer? Mientras nos quede algo por hacer, nada hemos hecho.
Herman Melville
El análisis de los datos recogidos que integran la Información Urbanística (1), primera fase de la revisión del Plan, patentiza las enormes contradicciones, las continuas inconsecuencias y el evidente desinterés social de las prácticas y políticas urbanas realizadas hasta ahora sobre nuestro pueblo.
En primer lugar hay que destacar que, salvo pocas y anecdóticas infracciones urbanísticas, todas las *actuaciones realizadas hasta la fecha han sido no sólo amparadas sino potenciadas por el Plan vigente; éste, que es un Plan de Reforma interior y de Ensanche más que un Plan General, abarca únicamente una ordenación especial de edificaciones y usos del suelo y una reglamentación de actividades y construcciones; no prevé apenas dotaciones, ni medios económico-financieros, ni etapas espacio-temporales para la ejecución del planeamiento y demanda explícitamente la edificación en altura al fijar mínimos y no máximos. Las modificaciones hechas al mismo desde noviembre de 1963 (fecha de su aprobación definitiva) se han limitado a algunos cambios de alineaciones en determinadas calles, a una generosa limitación de alturas (1,5 el ancho de la calle) y a la apertura de vías intramanzanas.
Es evidente que con este amplio, abstracto y elástico marco legal la promoción urbanística haya actuado como lo ha hecho, convirtiendo nuestra ciudad en una verdadera enciclopedia de aberraciones, desorganización y atentados espaciales.
Porque identificar desarrollo económico-social con edificación en altura y valorar positivamente la inclusión de «formas» (que no realidades esenciales) cosmopolitas es mantener posturas que muestran o desconocimiento de la realidad social, o el mantenimiento de lenguajes triunfalistas o la adopción de ideologías justificativas y defensoras de intereses materiales. Y no hay que sacar estas afirmaciones de su contexto, Villena, porque es realmente referido a él donde tienen su sentido si conocemos determinados datos reales y recientes:
Por una parte el crecimiento demográfico es lentísimo y se ajusta casi totalmente al saldo anual entre nacimientos y defunciones (2). La evolución de la población desde 1900 (cuadro 1) muestra claramente la dinámica de crecimiento (la proyección más optimista da para el año 2.000 una población de 36.000 habitantes (3).
Por otra, en 16 años de vigencia del Plan del 63 no se ha consolidado ni ocupado todo el suelo proyectado y contemplado por el mismo como suelo urbano (el grado de desocupación es alto (4) y gran parte de él está infra ocupado.
Así pues vemos que la «apariencia» de nuestra ciudad no refleja en absoluto la realidad que encierra, proyectando en cambio la irracionalidad de las prácticas urbanísticas que han aprovechado un fenómeno coyuntural (la necesidad de reposición de vivienda por mejora en la calidad de la misma) y una expectativa ideológica (la identificación de alto status con la domiciliación en determinadas zonas) (5).
Si añadimos la carencia de concreciones protectoras para determinadas localizaciones y el desinterés social de la promoción obtenemos variables suficientes para explicar (que no justificar) la pérdida de la escala humana de nuestras calles, la conversión en callejón sombrío y húmedo de nuestro Paseo Chapí, la transformación en lúgubre patio de luces de la plaza de M.ª Auxiliadora, la fealdad de las medianeras y traseros de edificios no tratados y ofrecidos en abundancia y un largo etcétera de específicas ejemplarizaciones que nos ofrecen en el plano de la cotidianeidad, al margen de ingratificaciones estéticas, una privación o deformación del disfrute del espacio público, escaso y deteriorado, una desigualdad en la accesibilidad (6) a determinados servicios de relegadas zonas, una hiperconcentración en céntricas localizaciones (7) con todos los problemas que conlleva de congestión, intensificación del tráfico, dificultad en el aparcamiento y saturación de las infraestructuras, y, en resumen, un uso incómodo de nuestra ciudad que nos presiona y obliga a la búsqueda individual de otras alternativas vivenciales (8).
Dejemos de enumerar la variada y múltiple problemática de nuestra ciudad generada por dislocaciones espaciales, pasemos por alto los destrozos arbitrarios hechos al suelo agrícola (9) y eludamos el plantear las contradicciones que resultan de nuestra local realidad económica (10).
No pensemos que la revisión del Plan General vaya a ser la varita mágica que de forma repentina transforme nuestra ciudad haciendo desaparecer todos los puntos negros y superando y resolviendo todos los problemas existentes.
Veámoslo como el inicio de un camino a recorrer comunitariamente y como el primer balbuceo a la reivindicación del derecho a la ciudad, del derecho a la vida urbana, transformada y renovada.
POR EL EQUIPO ADJUDICATARIO DE LOS TRABAJOS DE REVISION DEL PLAN GENERAL DE VILLENA,
Restituto López Hernández
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Este documento abierto entregado al M. I. Ayuntamiento el 14 de marzo de 1979 está a disposición pública en las oficinas del departamento de Obras y Urbanismo.
En este sentido hay que destacar la disminución del índice de mortalidad, el mantenimiento del índice de natalidad y el nulo saldo migratorio.
La proyección está basada en una serie anual con origen en 1960. No contempla, por supuesto, la aparición de elementos perturbadores en el actual comportamiento demográfico.
Aproximadamente la superficie de suelo vacante es de 290.000 m2.
En la actualidad ya se está haciendo notar una crisis en la promoción de viviendas determinada por la disminución de la demanda, al saturarse la demanda por reposición y quedar únicamente la basada en el crecimiento.
Como claro y extremo ejemplo veamos la situación marginal del poblado de absorción.
Problema que se agrava al ser estas zonas las que ofrecen todos los servicios y ejercen funciones de atracción no sólo de la ciudad sino de toda una área de gran potencial de población al actuar Villena corno verdadero centro comarcal (como índice representativo ver la importancia del terciario en el diagrama sectorial de actividad).
(8) La «huida» a la naturaleza como rechazo a la ciudad o la búsqueda de soluciones que se alejan de lo social.
(9) Como ejemplo analicemos el cambio de uso de suelo altamente rico a nivel agrícola de zonas como el Regajo, Quitapesares, etc.
(10) Según un estudio realizado sobre la actividad económica actual en Villena, el desfase entre oferta de ocupación laboral en el sector calzado y la entrada anual a la actividad de la población no activa generará, a corto plazo, un alto progresivo y acumulativo paro laboral. El replantear el modelo de desarrollo potenciando la agricultura y los sectores industriales ajenos al calza¬do pueden ser soluciones a este problema.
Extraído de la Revista Villena de 1979

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