VILLENA - ALICANTE - ESPAÑA
Los más ilustres linajes de España -Manuel, Aragón, Pacheco-, señorearon la ciudad de Villana desde la Reconquista (1240), y sus blasones campean todavía en los vetustos muros del Castillo de la Atalaya, símbolo de un pasado glorioso e interesante muestra de arquitectura militar de la Edad Media, en donde se funden elementos constructivos hispano-árabes con curiosos detalles ornamentales de ascendencia lusitana. Monumento Nacional desde 1931, el Castillo de Villena se halla actualmente en avanzado período de restauración.
El origen de Villena hunde sus raíces en el pasado más remoto. El Museo Municipal de Arqueología, inaugurado en 1957, documenta la ocupación prehistórica de la comarca desde hace más de quinientos siglos (período «Musteriense» del Paleolítico Medio). El Paleolítico Superior, el Neolítico, la Edad del Bronce en todas sus etapas, se hallan representados en este importante Museo con yacimientos de primera fila («La Huesa Tacaña», «Cueva del Lagrimal», «Casa de Lara», «Cabezo de la Escoba», «Las Peñicas», «Cueva de las Lechuzas», «Cabezo Redondo»), y son asimismo espléndidos los conjuntos céltico, ibérico y medieval que guardan sus vitrinas, lujosamente instaladas en el bello edificio de las Casas Consistoriales.
La capitalidad política de Villena en los siglos medios -Principado, dos veces Ducado, dos veces Marquesado-, se refleja también en lo artístico con la iglesia arciprestal de Santiago, cuyas columnas torsas han irradiado su influjo a muchos otros templos de la región. Sus nervadas bóvedas, sus historiados capiteles, sus contrafuertes internos, su torre prismática, sus floridos ventanales, su pila bautismal, hacen de este templo, fundado por el ilustre villenense Sancho de Medina, una de las más preciadas joyas del gótico «isabelino» en el Levante español.
Como las «fallas» de San José; como las «fogueres» de San Juan; como todas las fiestas típicamente levantinas, las de «moros y cristianos» que la ciudad de Villena celebra del 5 al 9 de septiembre son esencialmente coloristas, ruidosas, alegres y callejeras.
Durante cinco días, los villenenses, en voluntario olvido de quehaceres y rencillas, se visten de «moros», de «andaluces», de «estudiantes», de «labradores»..., y se lanzan a la calle, exultantes de alegría e insensibles a la fatiga, en un continuo trajín de «dianas», «embajadas», «procesiones», «guerrillas» y «retretas». Así pregonan su inmarcesible devoción a la Virgen de las Virtudes, su nunca desmentido fervor histórico y su feliz morada en una de las comarcas más luminosas de España.
La capitalidad política de Villena en los siglos medios -Principado, dos veces Ducado, dos veces Marquesado-, se refleja también en lo artístico con la iglesia arciprestal de Santiago, cuyas columnas torsas han irradiado su influjo a muchos otros templos de la región. Sus nervadas bóvedas, sus historiados capiteles, sus contrafuertes internos, su torre prismática, sus floridos ventanales, su pila bautismal, hacen de este templo, fundado por el ilustre villenense Sancho de Medina, una de las más preciadas joyas del gótico «isabelino» en el Levante español.
ELECCIÓN DE REGIDORA DE FIESTAS
Las fiestas de «Moros y Cristianos» que la ciudad de Villena celebra en honor de María Santísima de las Virtudes, tienen su gozoso preludio, con la elección de Regidora, el 15 de Agosto de cada año. Es un festejo nocturno, popular y selecto a la vez, en que se exalta la proverbial gentileza de la mujer villenense. El amplio marco de la Plaza de Toros resulta siempre insuficiente para albergar a los miles de espectadores ansiosos de contemplar este brillante despliegue de música, belleza, luz y color.Como las «fallas» de San José; como las «fogueres» de San Juan; como todas las fiestas típicamente levantinas, las de «moros y cristianos» que la ciudad de Villena celebra del 5 al 9 de septiembre son esencialmente coloristas, ruidosas, alegres y callejeras.
Durante cinco días, los villenenses, en voluntario olvido de quehaceres y rencillas, se visten de «moros», de «andaluces», de «estudiantes», de «labradores»..., y se lanzan a la calle, exultantes de alegría e insensibles a la fatiga, en un continuo trajín de «dianas», «embajadas», «procesiones», «guerrillas» y «retretas». Así pregonan su inmarcesible devoción a la Virgen de las Virtudes, su nunca desmentido fervor histórico y su feliz morada en una de las comarcas más luminosas de España.
Día 5 - a las 15'30, «La Entrada»
Día 6 - a las 22 30, Gran Cabalgata
Día 7 - a las 12'30, Ofrenda de flores a Nuestra Señora de las Virtudes.
Día 8 - a las 18'30, Solemne Procesión, con asistencia de las «Comparsas».
Día 9 - a las 8'30, Despedida de la Virgen.
Durante cinco días, Dianas, Retretas, Guerrillas, Embajadas, Fuegos Artificiales, Verbenas, Conciertos, Exposiciones, Corridas de Toros, etc. etc.
M.I. Ayuntamiento - Departamento de Iniciativas y TurismoLibrillo cedido por... Avelina y Natalia García
Resto de imágenes de la guía
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