24 mar 2022

1885 ROMANCE HISTÓRICO NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES - POR D. JOSÉ ZAPATER Y UGEDA

ROMANCE HISTÓRICO por… Don JOSÉ ZAPATER Y UGEDA

NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES
PATRONA DE LA MUY NOBLE, MUY LEAL Y FIDELÍSIMA
CIUDAD DE VILLENA
ROMANCE HISTÓRICO POR Don JOSÉ ZAPATER Y UGEDA
Seguido de unos antiguos gozos dedicados a la misma Imagen
VILLENA IMPRENTA DE JOSÉ MUÑOZ FERRIZ 1885
Nuestra Señora de las Virtudes
Patrona de la Ciudad de VillenaIMPRENTA DE JOSÉ MUÑOZ FERRIZ
VILLENA 1885

Nuestra Señora de las Virtudes

ROMANCE
¡Ecce Mater mea!

Allá en el reino de Murcia,
Cerca del puerto de Almansa,
Y al pié de un árida sierra,
Que tal vez por lo empinada
La Sierra de San Cristóbal
Los naturales la llaman,
Hay una antigua ciudad,
Que deja ver en sus armas
El mote de noble y fiel,
De lealtad acrisolada,
Y cuyo nombre es Villena
Según la historia relata.
Tiene un antiguo castillo
En el que de Agar la raza
Dejó estampada su huella;
Y al Oeste de este alcázar,
Entre montes y cabezos,
A la pequeña distancia
De tres partes de una legua,
En edad no muy lejana
Hubo una hermosa Laguna,
En la que, según es fama,
Hallaban los cazadores
Víctimas en abundancia.
A más de esto, esa Ciudad
Tiene entre las muchas galas
Con que la ha adornado el cielo,
Una que es la mas preciada,
La de haber siempre observado
De la religión cristiana
Con toda pureza, el culto;
La de tener en el alma
De todos sus nobles hijos
Siempre encendida esa llama
Vivificante, creadora,
Radiante, sublime, clara,
Que amansa las tempestades,
Que dió vida á las cruzadas,
Formas á la caridad,
Grandeza al alma humillada.
Creó la resignación,
Y condenó la venganza;
Esa antorcha poderosa,
A la que los hombres llaman
Fe, la que es segura guía,
Para llegar á las gradas
Del trono donde al Eterno
Los querubines alaban.
Por eso los villenenses
En sus aflicciones hallan
Pronto y seguro consuelo
Pues Dios premia la constancia
En la fe de nuestros padres,
En esa fé que arraigada
Está en el pecho de todos
Los que nacen en España
Y que nunca arrancará
El infierno con sus garras,
Por mas que brame con ira
Y abarque al mundo con rabia
Pues Satán es impotente
Cuando es Dios nuestra muralla .
A fines del siglo quince,
Según crónicas relatan,
Hubo en Villena una peste
Terrible que la asolaba.
La muerte con torbo ceño
Iba fijando su planta
Por el campo y la Ciudad
Dejando un rastro de lágrimas
Donde quiera que sus reales
El triste azote sentaba.
La ciencia era insuficiente
Contra tan horrible plaga,
Impotente la esperiencia,
Y el sábio la contemplaba
Atónito, pues veía
Que enfermedad tan estraña
Burlaba todos los cálculos
Como hijos de la ignorancia,
Por que cuando Dios castiga
A su criatura ingrata,
La soberbia y el orgullo
Del sábio, son polvo, nada,
Y tan solo la humildad
Ante Dios encuentra gracia.
Por eso los de Villena
Con la penetrante espada
De la oración combatieron
El mal que les aquejaba
Pues en la guerra que el mundo
Al pobre mortal declara,
Es, ha sido, y será siempre
La oración la mejor arma.
Por ella el pueblo afligido
Encontró la paz ansiada
Que del corazón del hombre.
El pecado sólo arranca,
Pues la ciudad resolvió
Elegir un santo ó santa
Por tutelar ó patrono
Que cual vigilante guarda

La amparase y defendiese
En tan tristes circunstancias;
Que orase por ella, y tierno
Elevase las plegarias
Del pueblo al trono de Dios
Buscando la paz del alma.
Aprobado el pensamiento,
Reuniéronse sin tardanza
Los cleros y 1as justicias;
Tomó un cura la palabra
Y expuso en breves razones
El motivo que juntaba
En aquel sitio á las gentes;
Echáronse en una caja
Uno tras otro los nombres
De aquellos santos y santas
Que reverencia la Iglesia
Apostólica-romana,
Para dejar á la suerte
La elección de que se trata,
Y en seguida un tierno infante
Que un lustro apenas contaba,
Subió ligero á una mesa
Y fijando su mirada
En el azul firmamento,
Dijo estas breves palabras:
- «Señor, tú que en esa altura
«Por donde los astros vagan
«Tienes un trono inmortal
«De diamante, de oro y plata,
«Y á tus criaturas miras
«En este valle de lágrimas
«Envueltas en triste duelo
«Siempre tras de la esperanza
«De ver tu rostro sereno
«Después de esta vida infausta;
«A tí recurre hoy humilde
«La ciudad atribulada
«Buscando un tierno patrono
«Que eleve nuestras plegarias
«A tus pies, y te presente
«Bondadoso nuestras ansias:
«Dirige nuestro deseo,
«Y haz que la elección recaiga
«En el bienaventurado
«Que más á tu bondad plazca »
Esto dicho, mete el niño
Su tierna mano en la caja,
Coje al acaso una cédula,
Al presidente la alarga
Y este la desplega y lee
Con voz firme, llena y clara:
MARÍA DE LAS VIRTUDES.
«¡No puede ser!» uno exclama—
Porque semejante nombre
No se ha puesto.—¡Cosa extraña—
Otro dice—que ese nombre
Sin haberse escrito salga!
— Es verdad dijo un tercero,
— Esa cédula no estaba
Entre las que se han escrito
Para el fin de que se trata;
Y por lo mismo, propongo
Que se saque otra.—Aprobada
Quedó la proposición,
Y mientras que se rasgaba
La cédula, de quien nadie
Autor ni ducho se llama,
Vuelve el niño á sacar otra,
Y en ella igual nombre se halla.
— ¡Misterioso y nuevo es esto!
— Si que es una cosa rara.
—Tal vez alguno habrá escrito
Esas cédulas por chanza.
—No es posible, una por una
Las ví yo cuando se echaban
En la caja, y ese nombre
No lo hallé escrito, —Así hablaban
Dos de los representantes
De la justicia ordinaria.

—Ciertamente, añadió el cura,
Grande sorpresa me causa
Hecho tan maravilloso,
Porque sin que nadie haya
Puesto ese nombre, dos veces
Ese mismo nombre salga,
Es muy extraño, y por eso
Yo soy de parecer, salva
Siempre, como es justo,
Opinión más ilustrada,
Que esa cédula se rasgue;
Que las que están en la caja
Una á una se revisen.
Y después de bien miradas,
Otra se saque á la suerte
Y que sea el santo ó santa
Que la cédula contenga
El patrono que nos falta.
Asi se acordó: en seguida
Las cedulillas se sacan
De la caja misteriosa,
Y después de examinadas
Una tras otra por todos,
Sin que entre ellas se encontrara
El nombre que contenían
Las dos que fueron rasgadas,
Sacó el niño la tercera,
Y leyó el cura en voz alta:
«¡MARIA DE LAS VIRTUDES!»
Y al punto todos exclaman
Poniéndose de rodillas:
¡Milagro! ¡milagro!—¡Gracias
Os damos todos, Señor
Por tu bondad extremada!
Dice el cura,—pues nos das
Por patrona y abogada,
Por guía y por protectora,
A. tu madre sacrosanta!
Elegida la patrona,
Sólo á la Ciudad faltaba
Tener su imagen, mas nadie
Pudo jamás encontrarla.
Visitáronse ciudades,
Se marchó á tierras lejanas,
Se registraron archivos
Mas nada se encontró, nada;
Sólo una crónica antigua
Decía, que cuando andaba
El buen Cid Rodrigo Diaz
De Vivar, entre batallas,
MARÍA. DE LAS VIRTUDES
Era su cota de malla,
Su escudo, su único amparo;
Y era la devoción tanta,
Que el campeador la tenía,
Que al terminar la campana
Contra Juzeph de Valencia,
La mezquita mas preciada
Que aquí alió, ofreció á
MARÍA DE LAS VIRTUDES, y estaba
En donde hoy es catedral,
No muy lejos del alcázar;
Pero respecto á la Imagen
No decía una palabra.
No obstante los de Villena
Empeñados en hallarla,
Una comisión nombraron
Para que por toda España
Fuese en su busca y trajese
La copia tan deseada;
Los nombrados, con fé ardiente,
Salieron una mañana;
Fueron hácia la Laguna;
Y junto á la limpia y clara
Fuente llamada del Chopo,
Que es del lago tributaria,
Vieron dos bellos mancebos
Que hácia Villena marchaban
Llevando sobre sus hombros


Una urna ó linda caja.
Al verla los de Villena,
Tomó el uno la palabra,
Y entre atrevido y confuso,
—Dios os guarde, camaradas,
Les dijo, si no temiera
Interrumpir vuestra marcha,
A dó vais, y con qué objeto
Indiscreto os preguntara.
—Con gusto satisfaremos,
Dice el uno, tal demanda:
Somos de oficio escultores
Y una imagen acabada
De la Madre de Jesús
Llevamos aquí en esta arca
A la capital del Reino
Por si hay quien quiera comprarla
—¡Cielos! los comisionados
Llenos de júbilo exclaman:
Nosotros vamos buscando
La imagen de nuestra amada
Patrona, y si no os molesta,
Quisiéramos ver....—Miradla,
Replican ambos mancebos
Dejando en tierra la carga
Y abriendo la puertecilla
Para poder contemplarla.
—¡Bella es por cierto la imagen
Y buen trabajo de talla!—
Dice el un comisionado
Mientras que la examinaba.
—Y decid, añade el otro.
¿Con qué advocación se llama?
MARIA DE LAS VIRTUDES,
Replica un mancebo—¡Vaya
Una feliz coincidencia!
¡Esta es nuestra soberana!—
Dicen postrándose en tierra
Para mejor acatarla.
—Pedid, prosigen, pedid
El precio que os venga en gana
Pues se os dará el que gusteis,
Porque ya es nuestra esta alhaja.
Mas desparecido habían.
Los artístas mientras daban
Gracias á Dios los devotos
Por tan dichosa jornada.
Toman en brazos la Imagen,
Y haciendo de los pies alas,
Llegan al pueblo, refieren
El caso, y alborozadas
Las gentes por gran milagro
Hecho tan nuevo proclaman.
Llevan la Imagen al templo,
Y de allí á pocas semanas
Se la construyó una ermita,
En el punto do fué hallada,
Ermita que fué mas tarde
Iglesia espaciosa y ancha,
Pues los continuos milagros
Que el Omnipotente obraba
Por medio de aquella Imagen,
Al santuario llevaban
Peregrinos y devotos
Hasta de tierras lejanas.
Allí la Madre de Dios
Es de todos venerada,
Y nadie llega á sus piés
Que no consiga una gracia.
Por eso los villenenses
Su tierna Madre la llaman,
Y por ella siempre libres
Se han visto de las desgracias
Que han asolado á otros pueblos
Y perdido á otras comarcas,
Y en ella firmes esperan
Que libre de la borrasca
Saldrá el que tenga fé en Dios
Y en María confianza.

GOZOS
Ntra. Sra. de las Virtudes

Del cielo en las celsitudes
Si en virtud sois relevante
Sed nuestra Patrona amante,
Señora de las VIRTUDES.
En la gloria (sin que asombre)
Las VIRTUDES te hacen trono,
Y te dan en dulce tono
De las VIRTUDES el nombre;
Y así es bien que entre quietudes
La tierra este nombre cante;
Sed nuestra Patrona amante
Señora de las Virtudes.
Odios probaba Villena
De la Justicia sagrada,
De peste estaba abrasada
Y de cadáveres llena;
Cuando la muerte ataudes
Cedió a tu poder triunfante;
Sed nuestra, etc.

La piedad contra la peste
Patronos sortea, triste,
Y Vos tres veces saliste
Por Abogada celeste;
Empellas solicitudes,
Cesa el contagio al instante;
Sed nuestra, etc.

El pueblo que así os venera,
Templo te erige propicio,
Y para tanto edificio
Sólo basta una calera;
Grita el pasmo entre inquietudes
Prodigio tan incesante;
Sed nuestra, etc.

Dos angeles aparecen,
Y á la devoción más fiel
De tu beldad un pincel
Misteriosamente ofrecen;
Al punto sin lentitudes
Te adora el pueblo anhelante;
Sed nuestra, etc.

Tu lámpara peregrina
Tal vez manó licor suave,
Que á la enfermedad más grave
Fué celestial medicina:
Cesaron amaritudes
Con licor tan relevante;
Sed nuestra, etc

Del tiempo por las crueldades
No había en este Convento
Pan ni aceite, y un portento
Socorrió necesidades:
Con el pan y aceite acudes
Al que está ya agonizante;
Sed nuestra, etc.
Murcia y Almansa os apreste
Admiraciones y espanto,
Pues lograron en tu manto
Antídoto contra peste:
Rinden todos gratitudes
Por el contagio menguante:
Sed nuestra, etc.

En vuestra imagen luciente
Halla el pecho empedernido
Vida eterna arrepentido,
Y su remedio el doliente:
Por tan graciosas saludes
Será nuestro amor constante;
Sed nuestra, etc.

Sois para Villena Palas,
Que entre divino arrebol
Ya sois Aurora, ya Sol,
Que salud trae en las Alas:
El infierno en prontitudes
Cede á tu imperio volante;
Sed nuestra, etc.

De gracias por raro ejemplo
Recibid con bendiciones,
Por víctimas corazones
Que amor consagra á su
Templo: Lámparas serán, no dudes,
De la piedad mas flamante;
Sed nuestra, etc.

Por eternas latitudes
Lucireis, Virgen brillante;
Sed nuestra Patrona amante,
Señora de las Virtudes.

v. Ora pro nobis, Domina Virtutum.

r. Ut digni efficiamur promissionibus Christi

OREMUS,
Deffende quaessumus, Domine, Beata Maria semper Virgene intercedente,istam ab omni adversitale familiam, et tolo corde tibi postratam ab hostium propitius fuere clementer insidiis. Per Christum Dominum nostrum.

Cedido por... Avelina y Natalia García

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran documento de José Zapater Ugeda cedido por Avelina y Natalia García. Gracias a estos documentos se nota el gran Patrimonio Cultural que tuvo y que aún queda afortunadamente sobre LA VIRGEN DE LAS VIRTUDES.EXTRAORDINARIO DOCUMENTO QUE SE AGREGA A LOS QUE HAN QUEDADO. Pascual Ribera Hurtado.

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