LA COMPARSA DE “MARRUECOS” Y LA VIRGEN
En toda manifestación de vida hace falta sacrificio, luce falta emulación hace falta espíritu puro libre de compromisos materiales; deseos y ganas de hacer una cosa, de cumplir ese deseo de sentir la satisfacción del deber cumplido...
El Bando Marroquí, que año tras año viene cosechando éxitos sin precedentes, no basa sus triunfos en la esplendidez de sus atuendos, en la marcialidad de sus componentes, en la energía. dotes de mando y espíritu de orden de su Directiva ni tan siquiera en lo nutrido de sus filas, integradas por cientos de "marroquíes'', siempre lea basado sus triunfos en una sola cosa; el acendrado amor que tienen los "marruecos" a su Morenica.
Podrá abandonarse todo durante las Fiestas: casa, novia, comidas normales..., pero hay una ineludible obligación para todo "marrueco"; la de asistir puntualmente a los actos oficiales con sencillez, alegría, entusiasmo y disciplina, para conseguir que, sobre el jolgorio que suponen estos festejos cívicos, flote siempre como una bruma de sincero cariño y devoción hacia nuestra excelsa Patrona la Virgen de las Virtudes.
En las pasadas Fiestas, por acuerdo unánime de toda la Directiva, con alteza de miras, sencillez y cordialidad, se expresó a la Comisión del Muy Ilustre Ayuntamiento el deseo de no optar al premio establecido para la comparsa que más hubiera contribuido al lucimiento de los actos oficiales.
Este proceder describe exactamente, en mi modesta opinión la prosapia y limpia historia de esta comparsa, que nunca ha sido amiga de lauros y prebendas. Si algo bueno realizó en su larga vida, no lo hizo nunca con fines de lucro, sino movida por el deseo de aportar su grano de arena para realzar las fiestas en honor de una Reina: la ”Morenica” que todo se lo merece. Para este fin, los "marruecos" no son parcos ni avaros, y. en este sentido, quisieran ser comprendidos por el resto de las comparsas para, de común acuerdo, y en amigable compañía, tejer un hermoso dosel a la Virgen en las Fiestas que su pueblo le dedica.
Nadie tome a orgullo, pues, el no haber optado al premio. Quien tal piense, ni ama la Fiesta, ni entiende de la emoción que se experimenta al oír la "campanica de la Virgen", ni es villenero siquiera... Porque el "marrueco" pone ante todo y sobre todo su fervoroso cariño hacia la patria chica que le vio nacer y su acendrado amor a la Virgen de las Virtudes a quien de todo corazón brinda sus sacrificios y desfiles, y a quien sabrá rendir siempre pleitesía, como es norma y devoción en los arrastraos".
Fernando García Espinosa
Extraído de la Revista Villena de 1958
No hay comentarios:
Publicar un comentario