El expediente que se conserva en el archivo municipal no da demasiados detalles del caso, excepto que fue el 29 de junio de 1880, martes, que el local donde ocurrieron los hechos era la horchatería de Juan Rentero Clemente (que se encontraba en el Paseo, añadimos nosotros), y finalmente la identidad de los dos actores principales del espectáculo: Francisco Ugeda Lillo y Cristóbal Lillo Díaz. Lo cierto es que la noche de aquel día ambos estaban promoviendo lo que el atestado de la guardia civil definió como un fuerte escándalo, por lo que personados varios agentes de la autoridad en la refería horchatería, procedieron a la incautación al primero de una faca, para la cual no contaba con la preceptiva licencia.
Los dos serían detenidos y conducidos a la cárcel municipal donde pasaron la noche (y quizá también la borrachera) y al día siguiente y presentado Francisco Ugeda Lillo para prestar declaración ante el Alcalde de la ciudad, don Francisco Hernández Hurtado por el asunto de la faca, éste, por aplicación del artículo 16 de la Ley de 10 de agosto de 1876 le condenaría a la pérdida definitiva del arma hallada así como a la imposición de una multa de ciento sesenta pesetas que sería sustituida, caso de que el mismo fuese insolvente y no pudiera pagarla, por 32 días de privación de libertad.
Tras oír de boca del juez el veredicto y preguntado el tal Francisco se tenía algunos bienes de fortuna con los que poder hacer frente a la sanción, manifestó que era absolutamente pobre y que no podía pagar la multa que se le había impuesto.
A continuación sería conducido de nuevo a la cárcel de la ciudad.
En dos días, altercado, detención, juicio, condena e inicio del cumplimiento de la pena.
Para que luego digan que la Justicia es lenta.
Documentos y texto… José Sánchez Ferrándiz
El documento en el que me he basado
se encuentra en el Archivo Municipal
se encuentra en el Archivo Municipal
No hay comentarios:
Publicar un comentario