25 may 2023

1991 EL AGRÍCOLA ABANDONA SU PRECIOSA SEDE QUE CONSTRUYÓ EN 1923

EL AGRÍCOLA ABANDONA SU PRECIOSA SEDE QUE CONSTRUYÓ EN 1923. Por PEDRO HERNÁNDEZ HURTADO
De su espléndido y suntuoso edificio frente al Parterre se refugia en su Ciudad Deportiva, a unos 4 kilómetros en el extrarradio de la dudad.
El 1.º de julio de este año 1991 e Círculo Agrícola Mercantil abandonó su sede social, que con ilusión inmensa construyeron su directiva y sus socios a partir de avanzada la segunda decena de este siglo, y con toda satisfacción inauguraron para las fiestas de 1923.
Vicisitudes de extrañas circunstancias que, ni muchos socios entienden, y menos quienes ajenos a la Sociedad será difícil entiendan, ahora incluso y peor en el futuro, han l evado a la más popular de las Sociedades Cu tura es y Recreativas de nuestra ciudad, que alcanzó a contar en los años 70 los 3.000 socios y aún en la extraña hora del abandono supera los 1.800, a dejar su precioso edificio.
Al intentar atender con la premura de tres días mediado julio la invitación de un artículo para la revista «VILLENA», pienso que como es tradicional en el a tratar de temas trascendentes sucedidos durante el año, mencionar el del Círculo Agrícola Mercantil que, como socio desde 1940, este tiempo último sentimos lacerantemente vivo, aunque sea dar datos como en un calidoscopio rápido puede ser estimado y cuando menos tendrá la razón de a actualidad.
Los terrenos del Teatro Chapí, Círculo Agrícola Mercantil y el Parterre eran propiedad de los frailes franciscanos que por compra en su momento adquirieron. Estos frailes franciscanos llegaron a Villena a principios del siglo XVI, instalándose inicialmente en la Ermita de Santa Ana. Tenían protección del Ayuntamiento que les daba a comida. Allí estuvo de fraile San Pascua Bailón.
Un primer tramo de su huerta se lo vendieron a D. Pedro de Medina, a solicitud de éste, que lo donó a la ciudad para poner en él el Hospital y sacarlo de la Casa de Canónigos a fin de ampliar en ella su Universidad. A finales del siglo XVI, siendo Rey Felipe II, e Concejo compró la Casa de Canónigos a la Arciprestal de Santiago, para Casa de la Ciudad, instalándose en ella, donde sigue desde entonces, esto es, hace algo más de 400 años.
La Ley de Desamortización de 1835 afectó al Convento de Franciscanos y sus bienes fueron confiscados e inmediatamente vendidos. Los compró una señora Cervera que residía en Alicante.
De ellos donó a la ciudad los que precisaba para la construcción de un teatro, que se indicaba en 4 tahúllas de la huerta de los frailes, con la condición de que «el usufructo sea para unas criadas suyas y muertas éstas para el Hospital».
Es entonces cuando el Ayuntamiento de la ciudad se percata de a oportunidad que ha perdido de haber comprado esos terrenos él para hacer escuelas y otros servicios, pero aún se da prisa en visitar a la señora Cervera en Alicante, y afortunadamente consigue que les venda todos los terrenos que le quedan de los frailes, adquiridos de la Desamortización, por la cifra de 4.000 reales. Son los terrenos del Teatro Chapí, del Agrícola, de Parterre y de Paseo.
En 1885 cede el Ayuntamiento los terrenos de la esquina a partir de la cual años después levantó el Parterre, para la instalación del Teatro-Circo «Ruperto Chapí», de madera, construido por los artesanos Pedro Sánchez, «Bocacha», y por José Lorente, «Carretas», que fueron su propia empresa y duró hasta 1908, que se inhabilitó por vejez.
En 1912 aparece Acta del Ayuntamiento, recogiendo sentir popular, en construir un nuevo Teatro Chapí, de piedra. Se crea una Junta de Construcción, que tiene graves dificultades de organización y recaudación de fondos. Posteriormente se nombra presidente a D. Salvador Amorós Martínez, que era a su vez presidente del Círculo Agrícola Mercantil, sito en salones del Café-Teatro Artístico.
Y surge en la directiva del Agrícola solicitar del Ayuntamiento terreno ante el Teatro para construir un Casino sede de esa Sociedad. El Ayuntamiento lo acepta y vende el solar por 10.000 pesetas. Como el usufructo de aquellos terrenos, tal vez por la idea original de la señora Cervera al ceder los primeros para sus criadas, e igual que la Junta de Construcción del Teatro Chapí, el Agrícola decide la condición del pase de la propiedad al Hospital «una vez pagada a última acción». Cuando las acciones son insuficientes y las comprometidas se donan se transforma la decisión en 50 años de disfrute con renta pequeña a favor del Hospital, y terminado el plazo de los 50 años, la propiedad pasaría al Hospital y «el disfrute vitalicio sería de la Sociedad», si bien actualizando la renta «dentro de las posibilidades de la Sociedad».
Por a rapidez escribimos de memoria lo que está recogido en Escritura Notarial. El Ayuntamiento veía con satisfacción estas obras que engrandecían a Villena, al dotarla de un precioso Teatro, que acordó titular Ruperto Chapí, y un gran Casino de ambiente popular.
El Agrícola adelantó el final de su obra a la del Teatro iniciada varios años antes. Esto se debió «al entusiasmo de la Directiva del Círculo Agrícola», y «a la ayuda que para acabar aportó rápida y eficaz D. Francisco Marhuenda», como comenta en uno de la curiosa serie de artículos que el polémico semanario «NOSOTROS», que se editó en Villena desde agosto de 1922 a 1923, publica y donde se escriben comentarios ardorosos sobre ambas construcciones y destacan cómo el Casino, comenzado después, está adelantando al Teatro, comenzado años antes. Y así fue.
El entusiasmo de a Directiva del C.A.M. consiguió inaugurar su Casino con casi año y medio de antelación al Teatro.
Vivió satisfecha la Sociedad desde 1923 en el disfrute de su espléndido edificio por ella levantado y cediendo generosamente su propiedad a los 50 años, que estaría pagado, al Hospital, para que éste tuviera en él una renta. Durante la contienda civil fue hospital de guerra. Tras ella se recuperó, algo maltrecho, sin su soberbia escalera imperial de mármol, que ya no se pudo rehacer.
Se cumplieron los 50 años con el mínimo arrendamiento en 1973, que espontáneamente ella había doblado para el Hospital por los años 40. Solicitó la Directiva al Ayuntamiento la gracia de los 3 años más que fue hospital de guerra. Se los concedió y vencidos éstos el Pleno Municipal acordó aplicar un arrendamiento de «180.000 pesetas anuales, las cuales se comprometía a invertir en obras de reparación del edificio». Y así lo comunicó oficialmente al Círculo Agrícola Mercantil.
Parece que no sólo no se contestó esta comunicación, sino que la Junta Directiva del C.A.M. admitió la sugerencia de que el edificio era suyo por haber desaparecido el Hospital. Y dejó de pagar el arrendamiento.
Ya estamos en nuestros días, El Ayuntamiento reclama el alquiler. Pasan años y ante la negativa a pagar, demanda por falta de pago. Pérdida del asunto en el Juzgado de 1.ª Instancia, en el Regional y en el Supremo, cuyas sentencias dan al Ayuntamiento más de lo que había pedido, que era de alquiler; le dan el título de propiedad. Durante la última apelación, el C.A.M. designa una Comisión de socios para gestiones amistosas con el Ayuntamiento, cuando «la pelota todavía estaba en el tejado», que tras tres reuniones fracasan por mantenerse la mayoría de directivos bajo el influjo del error inicial.
En el empecinamiento del error la Sociedad, que se cree propietaria, repara lo más urgente para la seguridad del edificio, la techumbre de los salones de la planta baja, e invierte 25 millones que pide a crédito alto, y años que pasan veloces configuran en bastantes más.
Por otra parte, también directivas con más voluntad que prudencia han hecho inversiones fabulosas en la Ciudad Deportiva y la deuda considerable que ronda los cien millones ahoga la economía social.
El Ayuntamiento, al recibir la sentencia que le declara propietario del edificio, atendiendo, se dice, una disposición oficial que le indica arrendar edificios propios al 6% de su valor, comunica al C.A.M. que tal disposición le fuerza a fijar el arrendamiento en 4.200.000 pesetas anuales. Esto representaría gravar la cuota de socio en unas 2.000 pesetas mensuales, bastante más de las 1.400 pesetas que está pagando. Como esto es inaplicable, se piensa negociar con el Ayuntamiento el abandono pero recibiendo los 25 millones invertidos en el edificio años antes, hoy bastantes más por intereses acumulados.
No conocemos si se consultó sobre la facultad del Ayuntamiento como nuevo propietario de aplicar su propia opinión sobre la cantidad de arrendamiento a un inquilino antiguo. Parece que el costo de los pleitos perdidos motivó no pensar siquiera en la posibilidad de haber ganado el que correspondiera ahora según la ley de Arrendamientos. Consultado a varias Asambleas Generales el acuerdo mayoritario fue abandonar ante la exigencia del alquiler pedido por el Ayuntamiento.
Hay que pensar que se escribirá mucho en el futuro sobre el tema de tan hermoso edificio perdido para el disfrute de la más popular Sociedad villenense. También de la ubicación que se le dé. Se viene diciendo que el Ayuntamiento desea trasladarse a él. Hace años, por los principios de 1970, cuando se iniciaban los clubs de jubilados el Alcalde de entonces, Pascasio Arenas, ofreció el edificio a tal fin al Inspector de Trabajo, Ciriaco de Vicente, que le visitó con el proyecto de establecer el de aquí, Se criticó entonces a Arenas la oferta, pero, visto lo sucedido, tal vez fuera idea acertada, contra lo que entonces se la calificó.
Teatro Chapí cerrado ya años. Su antecuerpo de edificio, el Casino del C.A.M., recién cerrado. Tiene el Ayuntamiento, su flamante propietario, amplio tajo con ellos para dar satisfacción popular. Ello abre un tema para opiniones diversas. Para terminar este rápido artículo redactado todo de memoria por la antedicha premura, vaya también nuestra opinión ante la perspectiva de destino de esos dos colosales edificios: ¿por qué no en ellos la Casa de la Cultura, sobre sus más de 4.000 m.2, ya que la recién hecha se ha quedado visiblemente pequeña, mientras que podría ser fácilmente acoplada a las necesidades de ampliación del Palacio Municipal, que así no saldría del centro de la ciudad, de su plaza corazón, desde donde irradian tantas cosas íntimas al sentir de los villenenses?
Extraído de la Revista Villena de 1991

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