1970 TRAGEDIA EN LA CALLE COMANDANTE FRANCO

TRAGEDIA EN LA CALLE COMANDANTE FRANCO

Por José Sánchez Ferrándiz

José María Rives Gilabert que estuvo destinado como juez de carrera durante algunos años en Villena y autor de un libro donde rememoraba diferentes experiencias y anécdotas vividas en su dilatada trayectoria profesional en el mundo de la judicatura [1], describía brevemente aquel trágico hecho. El ya entonces veterano magistrado, próximo a la jubilación, que había conocido personalmente a uno de los protagonistas de esta trágica historia, lo contaba así:

Es digno de recordar el trágico hecho de un oficial que después se demostró que llevaba una doble vida; en el Juzgado era todo actividad y le dedicaba incansable el tiempo necesario, incluso cerraba el despacho a las nueve o diez de la noche de los largos y fríos inviernos ayudando en todos los negociados…. En el aspecto humano muy cordial, honesto y servicial reflejando su soltería, llevada dignamente, prestando intensos cuidados a su madre enferma, con la cual vivía. Pero según se demostró luego, tenía ciertas debilidades en su vida privada que llevaba ocultas y con suma discreción y ejerciéndolas muy lejos de su hogar de residencia. Por ello era extorsionado hábil y coactivamente por dos desaprensivos que continuamente le desplumaban, transigiendo antes de dar el escándalo en el pueblo. Pero todo tiene un límite y un buen día citó a sus interlocutores en su domicilio. Les hizo esperar en la entrada de la vivienda y de súbito apareció con una escopeta de caza de dos cañones disparando contra ellos produciéndoles la muerte instantánea. Después cargó de nuevo y poniendo el arma sobre la barbilla se quitó la vida acabando así con tan lamentable situación. Imaginemos la convulsión originada en la ciudad donde era admirado y querido.

Aquel suceso que conmocionó a toda una población, tuvo lugar sobre las 13.15 horas del lunes 20 de julio de 1970, en el número 11 de la entonces calle Comandante Franco, hoy Empedrada, aunque para entonces, el juez ya no trabajaba en Villena. Había obtenido traslado cuatro meses atrás y fijado su nueva residencia en la ciudad de Cartagena. Los diecinueve años transcurridos hasta la publicación del libro de José María Rives y la distorsión que muchas veces y de forma inadvertida produce sobre la memoria el paso del tiempo, le conduce a la equivocación al describir el sangriento episodio, ya que en realidad, fueron dos y no tres los fallecidos aquel aciago día de julio; el propio oficial del juzgado, de 53 años, además de un joven, natural de Benejúzar, en Alicante, que contaba con 26 años y que respondía al nombre de Jorge y contra el que el primero disparó mortalmente su arma, antes de acabar, seguidamente y en su desesperación, con su propia vida.

DIARIO ABC. 27 DE JULIO DE 1970.

Aquellas debilidades a que se refería el magistrado, podían acarrear, no solo el escándalo y el desprestigio para los señalados, en una sociedad que no toleraba comportamientos que se apartaran del estricto y asfixiante marco moral impuesto durante años por la Dictadura Franquista, porque sus autores se exponían a la posibilidad de sufrir duras penas de cárcel, dada la plena vigencia de la llamada Ley de Peligrosidad Social, heredera de la anterior de 1933, de Vagos y Maleantes y que se mantendría en vigor hasta su derogación en 1978.

CALLE DE LA EMPEDRADA (FOTOGRAFÍA DE 2023)

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[1]  Obra publicada por el Colegio de Procuradores de Elche en el año 1989 con el título Otras crónicas de un Juez.