15 oct 2025

1996 EL VALOR DEL ESFUERZO COMÚN, A.F.A.D.: UNA ASOCIACIÓN VILLENENSE

El valor del esfuerzo común, A.F.A.D.: una asociación villenense. Por JOSÉ M. ARENAS FERRIZ.
No es preciso acudir a muchas y completas estadísticas o encuestas, ni sumergirse en la lectura de la prensa, para convencerse, sin dejar lugar a dudas, de que unos de los problemas más importantes con que se enfrenta la juventud de hoy, y con ella nuestra sociedad, es el de las drogas. La adicción al consumo de sustancias alucinógenas, desde las de uso más "tradicional", hasta las más modernas, fruto de laboratorio, adquiere en una sociedad competitiva, individualista y consumista como la nuestra, caracteres de auténtica gravedad, castigando de modo especial, a aquellos de los que, de entre nosotros, son más débiles e inestables, y quizás por ello, presa fácil de las soluciones inmediatas a problemas que se les aparecen como infinitos, como son las situaciones de desorientación, desilusión, dolor o soledad; en todos estos casos se busca una evasión en las sensaciones falsas e inmediatas que proporciona la droga. ¡Qué mundo de insatisfacciones, y frustraciones de todo tipo, vivencias mal asumidas pueden llevar a una persona a buscar su refugio en el consumo de estupefacientes!
Nuestra comunidad local no es ajena a esta problemática, y raro es aquel de nosotros que no tiene un pariente cuyo hijo o sobrino es consumidor, un amigo con graves problemas familiares por este motivo, un conocido que está pasando apuros económicos por ello. Incluso en nuestras calles es frecuente la presencia de jóvenes con aspecto verdaderamente desaliñado, mirada desvaída, ojos tristes, que, bien mano en alza suplican una limosna, bien ofrecen cualquier pequeño artículo por una módica cantidad. Están ahí a la vuelta de la esquina, interrogándonos, suplicándonos; no podemos omitirlo.
Existe también otra vertiente de esta manifestación pública del problema de la drogodependencia juvenil: a ella achacamos, con razón en la mayor parte de las ocasiones, muchos de los problemas de delincuencia juvenil que nos encontramos en nuestra ciudad; la droga es cara y su necesidad se vuelve imperiosa para quien está bajo su yugo, y sin atender a cualquier tipo de prejuicio, norma legal o moral, se busca el dinero por cualquier de los medios posibles, incluso recurriendo a la violencia del robo o el atraco. También sabemos todos un poco de esto.
Pero a la mayor parte de la sociedad se nos escapan las verdaderas raíces y consecuencias de este problema; nos limitamos, muchas veces, a una mirada compasiva, cuando no despectiva o agresiva hacia estas personas, incluso les culpamos de muchos de los problemas existentes, cuando más bien son víctimas antes que origen. Pero existe un conjunto de personas bien definidas que sufren amargamente la presencia de la droga; me refiero a los familiares: a los padres, a los tíos, a los abuelos, a los hermanos, a las novias, a los novios, de una persona sumida en ese infierno. Nadie como los familiares, como las personas más cercanas al toxicómano, puede conocer mejor los entresijos del problema, su verdadera dimensión de auténtica tragedia personal y familiar; nadie como ellos sufre las consecuencias de este drama; nadie como ellos se ve obligado a adoptar difíciles decisiones por auténtico amor a su hijo, su sobrino, su ser querido; nadie es capaz de tanta donación y amor como el que es preciso para aupar a esa persona que tanto lo necesita. Sin ellos, en la mayor parte de los casos, no habría oportunidad de salida y rehabilitación. La tradicional intimidad y carácter cerrado del círculo familiar impide que su problemática trascienda abiertamente al exterior, por lo que sus estrechos muros contienen y soportan todo un cúmulo de situaciones difíciles; pero no nos engañemos, aunque no lo veamos con claridad, los problemas están ahí, tangibles y latentes.
En nuestra Villena, desde el año 1988 viene trabajando con denuedo e interés, la ASOCIACIÓN DE FAMILIARES AFECTADOS POR LA DROGA DE VILLENA Y COMARCA. Fruto del interés inicial de un pequeño núcleo de padres afectados, concienciados por el grave problema que estaban viviendo y seguros de la necesidad de aunar esfuerzos para encontrar una solución común, surge esta Asociación que, desde entonces, viene cristalizando en el mejor de los esfuerzos de nuestra sociedad local en la lucha contra las drogodependencias. Sus actividades son muchas y diversas, y muchos los anhelos, la esperanzas, las alegrías y las frustraciones, depositadas en común a lo largo de estos años de existencia. Pero quiero referirme ahora de un modo más concreto, a su esfuerzo integrador con otras asociaciones de la provincia de Alicante, en la búsqueda de recursos con los que hacer frente a la situación de esclavitud de sus hijos. La complejidad del fenómeno de la droga, promueve una variada oferta social para solucionarlo, desde los propios recursos que ofrece la administración pública, hasta aquellos otros de carácter privado, muchas veces al alcance de muy pocos bolsillos debido a lo exagerado de su coste. Es por ello que las familias sienten la urgencia de contar con un medio que, económicamente esté siempre a su alcance y que, superando las insuficiencias de la presencia pública en esta temática, les ofrezca las mayores garantías de éxito para sus hijos; cuestión nunca baladí, ya que nos encontramos con un problema que obliga, muchas veces, a una profunda reeducación de la persona afectada, haciéndole adquirir y recuperar hábitos de conducta ya perdidos, que les permitan una auténtica "reinserción" en la sociedad.
Quizás por ello, desde AFAD siempre se tuvo una estrecha colaboración con el programa terapéutico-educativo denominado "Proyecto Hombre", aunque ello nunca haya supuesto el desprecio o el olvido de otros varios recursos existentes en la sociedad. La presencia de este programa en Valencia, obligó a un esfuerzo enorme por parte de la Asociación que puso al servicio de los necesitados un piso en aquella capital, a fin de facilitar, al máximo posible, la asistencia de afectados y familiares a las distintas fases del programa. Pero la distancia a la capital valenciana y el esfuerzo suplementario que ello conlleva, hizo esperar siempre a los responsables de la Asociación una presencia más próxima de este recurso curativo para sus hijos.
Y así, aunando los comunes intereses de otras varias asociaciones de la provincia de Alicante, de Torrevieja, de Elche, de Elda, surge en enero de 1994, una Federación de Asociaciones denominada "Solidaridad en Acción", con el objetivo de implantar el "Proyecto Hombre" en Alicante, y contribuir a su sostenimiento y vida. Nada más revelador y significativo que un programa terapéutico nacido no desde las intenciones de la administración o desde el generoso altruismo de un donante o una asociación benéfica o religiosa, sino desde los propios afectados. ¡Cuánta enseñanza en este hecho, que no debemos desaprovechar! Con mucho esfuerzo, más ilusión y mejores ganas, el programa educativo-curativo se pone en funcionamiento, primero con el largo proceso de formación del personal que luego debe guiarlo; luego, con la puesta en marcha de las distintas fases que lo componen. Y así, en octubre de 1994, echa a andar el Proyecto Hombre en Alicante, con la apertura del Centro de Acogida en el Barrio de Asís, en un local arrendado por la Federación de unos 200 m2; un poco más tarde, en mayo de 1995, y muy cerca de Villena, en una antigua Casa de labor situada en el término municipal de Campo de Mirra, inicia su andadura la segunda fase del programa, la Comunidad Terapéutica; de modo más reciente, en el mes de marzo de este mismo año, y en un piso de la capital de la provincia, se sitúa la tercer y última fase, la "reinserción".
Hoy día, gracias al esfuerzo de los socios de A.F.A.D., de los familiares que luchan sin tregua contra el mal que ha llevado a sus hijos a la desesperación, contamos en la provincia y, de modo muy significativo en Villena, con un recurso más contra las drogodependencias. Son muchos jóvenes los que ya se están valiendo de ello, y muchos más los que tienen la posibilidad, si así lo desean, de acudir a los locales del programa e iniciar su rehabilitación. Y lo tenemos muy cerca de Villena, tanto nos refiramos a los centros abiertos en la capital, como a la comunidad abierta a muy pocos kilómetros de aquí. Nada de todo esto hubiera sido posible sin ese esfuerzo solidario de un puñado de villenenses que han contribuido a ello; su actitud abierta y receptiva ha permitido también la presencia, junto a ellos y sin merma de su papel protagonista, de otras personas que han podido poner también su granito de arena en toda esta problemática.
Valgan estas líneas como sincero homenaje a la estupenda labor de un grupo de villenenses, que han sabido entender que sólo en la unión de los que comparten un mismo problema y en la ilusión y el esfuerzo común por solucionarlo, se encuentra la clave de una respuesta positiva a una de los más lacerantes castigos de nuestra juventud: la droga.
Una imagen para la historia. Por ANTONIO ZAPATER GARCIA
Siempre resulta grato poder recordar aquellos momentos en los que por las circunstancias que concurren, son vividos con tal intensidad y emoción que se mantienen con la misma frescura y claridad en nuestra memoria y que difícilmente se pueden olvidar.
Precisamente hace ahora un año, la Sociedad Musical Ruperto Chapí, sus músicos, socios y simpatizantes, fueron testigos de uno de los acontecimientos más importantes en la historia de esta joven Sociedad Musical. Con motivo de la Festividad de Santa Cecilia, en el transcurso de una solemne Misa, celebrada en el Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes, se llevó a cabo la Bendición de una preciosa imagen de Santa Cecilia, que adquirida y regalada por las novias y esposas de los músicos, supuso una bonita y emocionante sorpresa para todos.
Con este detalle nuestras mujeres no solamente nos colmaron de alegría y satisfacción, contribuyendo a engrandecer y consolidar esta Sociedad Musical, sino que además han escrito una importante página en la Historia de la cultura en Villena, teniendo en cuenta y considerando que a pesar de la dilatada tradición musical, en nuestra ciudad no se conoce la existencia de otra imagen.
Así pues es obligado reconocer y agradecer la ilusión y el esfuerzo puesto de manifiesto por quienes de una forma más directa padecen nuestras ausencias, cuando asistimos a ensayos o realizamos actuaciones, pero que con este tipo de actos nos demuestran su gran capacidad de comprensión y solidaridad, una actividad positiva que sin duda contribuye en gran medida al buen desarrollo de nuestra cultura.
Extraído de la Revista Villena de 1996 

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