8 oct 2025

1996 PRONTUARIO DE MEDICINA PRÁCTICA DE D. DIEGO RITAS Y PINAZO. MÉDICO TITULAR DE LA CIUDAD DE VILLENA. AÑO 1803

Prontuario de Medicina Práctica de D. Diego Ritas y Pinazo. Médico Titular de la Ciudad de Villena. Año 1803. Por ROBERTO MARCO AHUIR
D. DIEGO RITAS. MÉDICO TITULAR DE VILLENA
De las actas del Cabildo (1) (Así llaman al Ayuntamiento) de la Ciudad de Villena, en los años finales del siglo XVIII, en los apartados referentes a Sanidad, resaltan dos hechos: las protestas contra los médicos, de los vecinos, por las desatenciones en las visitas domiciliarias; y las protestas de los médicos por no recibir con regularidad, por parte del Ayuntamiento, sus honorarios.
Se producen por este motivo discrepancias, que en algunos casos se resuelven con la destitución de los médicos y la consiguiente convocatoria de concurso para las vacantes. Con fecha de 4 de Febrero de 1799 es aceptado en la convocatoria D. Diego Ritas y Pinazo, médico natural de Agullent.
Este sistema de provisión de vacantes de médicos titulares, es norma que se sigue en el tiempo, pues siglo y medio después, también en Villena están vacantes las plazas de Secretario y de Médico Titular. El consistorio está políticamente dividido y cada uno de sus bandos interesados en cada uno de los pretendientes, hay acuerdo político entre sus miembros para aceptar a uno y a otro.
Como Médico Titular cumple su misión con regularidad y sin problemas reseñables. En ocasión de un brote de peste bubónica en el puerto de Alicante a finales del mes de Septiembre y dada la alarma sanitaria en Villena, se instala a su cargo una posta sanitaria en el Bordoño. Se suspende la feria de otoño en la Ciudad. Medida oportuna pues la peste bubónica en su fase neumónica se transmite por vía aérea, a través de ropas y telas contaminados por detecciones de ratas y la feria dispone de puestos de paños y ropas como posibles vehículos de transmisión.
LA SANIDAD ESPAÑOLA DE LA ÉPOCA HASTA NUESTROS DIAS
La Historia de la Sanidad Española (2), se inicia con en el reinado de Felipe V, con la creación del Tribunal del Protomedicato, el Tribunal Superior de la Salud Pública y la Junta Suprema de Sanidad, con el único objetivo de previsión de epidemias. Hay una ordenanza de Carlos III de Mayo del 1763 prohibiendo el vertido de agua sucias a la calle y un reglamento sobre Cementerios. La Junta Suprema se disuelve en 1847, creándose la Dirección General de Sanidad, Beneficencia y Corrección en el Ministerio de Justicia ya bajo el reinado de Isabel II. Las Conferencias Internacionales sobre Sanidad obligan a nuestro país y se promulga la primera ley de Sanidad en 1855. Crea la Dirección General de Sanidad dependiente del Ministerio de la Gobernación. Esta ley pronto es inadecuada por los acuerdos internacionales que España se ha comprometido, pero las situaciones políticas: La Gloriosa, El Bienio Democrático, La Restauración, hacen difícil poder aprobar una nueva ley. Se recurre por decreto a la Instrucción General de Sanidad que se promulga en Enero de 1904. En ella se suprime la Dirección General de Sanidad y se crean dos Inspecciones Generales una de Sanidad Interior y otra de Sanidad Exterior. En este cuarto de siglo XX con esta Instrucción hay que esperar hasta el AÑO 1924.
El 8 de marzo del 1924 se decreta con carácter de Ley El Estatuto Municipal. Obra fundamental en el haber de D. José Calvo Sotelo y de la propia Dictadura de Primo de Rivera. Con el decreto Ley se desarrolla una verdadera política autonómica de los Ayuntamientos, y adscribe a los Municipios las obras y servicios sanitarios de competencia Municipal: vías públicas, residuos, viviendas etc. en los primeros, y en los segundos, higiene de edificios y viviendas, la policía bromatológica, higiene escolar, la prevención y defensa de infecciones y enfermedades: epidémicas, etc.; que compete a los médicos titulares. En el mismo ANO se crea la Escuela Nacional de Sanidad y en el AÑO 1927 el Cuerpo Médico de Sanidad Nacional. Cuerpo de élite sanitaria que dependía directamente del Director General de Sanidad y nutre las plazas de Jefes Provinciales de Sanidad. Cuerpo y Jefaturas que llegan incólumes a la República, a la guerra civil y al Régimen del General Franco, para desaparecer, sin más, a poco de la transición.
En la República la Dirección General de Sanidad pasa a Justicia y al crear el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión se constituye la subsecretaria de Sanidad. Se organizan las Mancomunidades Sanitarias por la Ley de Coordinación Sanitaria de 1934 y Reglamento de Sanidad Exterior. Se estructura el Cuerpo de Médicos de Asistencia Pública Domiciliaria formando Escalafón Nacional y en los primeros meses del año 1936 se celebran en Madrid las últimas oposiciones a este Cuerpo.
Los aprobados tendrán que esperar al verano de 1939 para tomar posesión de sus plazas, previa depuración política en tribunales nombrados en las Jefaturas Provinciales de Sanidad. Se cumple la obligación de crear los Centros Primarios, anexos a la Casa del Médico. Y los Centros secundarios a cuyo frente habrá un médico de Sanidad Nacional, cumpliendo disposiciones del departamento sanitario de la Sociedad de Naciones de Ginebra.
Poco después de terminada la guerra civil se promulga La Ley de Constitución del Estado Español, creando el Ministerio de Gobernación al que queda adscrita la Dirección General de Sanidad. En Noviembre de 1944 se promulga la Ley de Bases de Sanidad que jerarquizan los Servicios Sanitarios del Estado, que a nivel local lo forman: El Jefe Local de Sanidad, como órgano ejecutivo y Las Juntas Locales de Sanidad como consultivo y en el técnico los Centros primarios y secundarios de Higiene. Las reformas de esta época se limitan a la Dirección General de Sanidad que sigue dependiendo de Gobernación.
La creación del Seguro Obligatorio de Enfermedad se hace por Ley del ANO 1942, se reglamenta en el AÑO 1943 y comienza a funcionar en 1944. Así se cumple lo ordenado también por la Sociedad de Naciones y que el parlamento de la República no llevó a efecto por la obstrucción de los propios médicos parlamentarios. Los médicos titulares tienen la obligación de pertenecer, como médicos, al seguro.
LA MEDICINA DEL SIGLO XVIII
El pensamiento de la Ilustración todavía vigente en los albores del siglo XIX se manifestaba en cuanto al saber médico del modo siguiente:
Su tradicional orientación teórica y especulativa se modifica.... se intenta arrumbar la medicina galénica, omnipresente en nuestras universidades.... propio de este periodo fue buscar en la naturaleza, en su sentido geográfico, la salud, la enfermedad, sus causas. Comienzan por estas décadas las topografías Médicas; siendo brillante iniciadora la redactada por Gaspar Casal. En su Historia Natural y Médica del Principado de Asturias escrito en el AÑO 1762, describe la pelagra ó Mal de la Rosa, endémica en la región, relacionándola con gran intuición, con la alimentación de su población a base de maíz. Resume su sintomatología por las tres D: Dermatosis, Diarrea y Demencia (2)
D. Diego Ritas no cita a Galeno pero sí a Hipócrates. Cita sin embargo a representantes de la Medicina de su siglo, como veremos. Desde nuestra perspectiva, con el gran avance científico de nuestra época que nos aporta medios de diagnóstico y tratamiento, impensables entonces y cuyo mejor exponente son los índices de longevidad y mortalidad tan dispares de 1803 e incluso de los años cercanos a nuestros días.
LA MEDICINA DEL MAÑANA
Pero no por ello, el porvenir se presenta a los médicos de hoy de color de rosa. El horizonte que nos presenta la Biotecnología Médica es imparable. Voces inglesas nos advierten, si en un futuro casi inmediato, la tecnología hará desaparecer a los médicos de su función diagnóstica. Hoy las pruebas tecnológicas aplicadas al diagnóstico dan mejor información y más completa, en el diagnóstico y en el estudio de posibles dudas diagnósticas.
El periódico The Economist llama la atención sobre el negro porvenir que tienen los médicos. Por razones de la economía de mercado, se pregunta, si serán más baratos los medios técnicos para llegar al diagnóstico. Y lo que es más importante. Los manejos de los aparatos, que de por si pueden diagnosticar, no importa mucho el saber médico, simplemente, el técnico puede hacerlo. Si todo ocurre así, es posible que las administraciones públicas descubran, que los técnicos de la Biotecnología sean más baratos que los médicos.
EL LIBRO DE D. DIEGO
El Prontuario de D. Diego Ritas y Pinazo es un manuscrito encuadernado en piel. Letra clara. El texto es de lectura fácil a excepción del recetario, que utiliza anagramas, que para los farmacéuticos actuales, que he consultado, son incomprensibles. La redacción es inteligible. Su ortografía en cuanto al uso de la y en vez de la i, así como el de la v ó de la b, nos choca. Así como decir Tericia por Ictericia, Virguelas por Viruelas.
El texto es de 186 páginas en cuarto. La nosología ó tratado de las enfermedades ocupa 118 páginas. Las enfermedades tratadas son en número de setenta. Da sus causas, sintomatología, evolución y trata-miento. Nada dice de prevención y vacunación a pesar de lo que Laín4 escribe: " La Prevención de las Enfermedades Epidémicas, logró dos brillantes triunfos en los años de la Ilustración: uno mas modesto, de orden químico, y otro de orden biológico, decisivo en la historia de la humanidad. En 1773 ideó el químico francés Guiton de Morveau (1737-1816) la fumigación con vapores de cloro. Los presuntos miasmas del aire y de los objetos contaminados eran destruidos haciendo actuar ácido sulfúrico y bióxido de manganeso dentro de estancias herméticamente cerradas. Es el primer paso de la desinfección mediante sustancias químicas. Mucho más importante la hazaña de Jenner (1749-1816) la vacunación científica de la viruela. Este médico observó que las ordeñadoras que padecían lesiones en la piel por contagio de la viruela de las vacas, quedaban inmunes a tan temible enfermedad. Tuvo la Idea genial de aplicarla experimentalmente y tras el consejo positivo del gran médico Ingles John Hunter: "No pienses mas, ensaya". El 14 de mayo de 1796 inoculó la vacuna al niño James Pipps. El 1 de junio inoculaba al niño pus de viruela humana. El niño quedó vacunado. El Prontuario de D. Diego Ritas nos da una descripción de las "Viguelas" como llama a tan terrible enfermedad, sin citar su prevención. Hoy abolida esta grave enfermedad por completo. Y es lógico, además, que los sucesos de Gloucestershire se ignoraran en Villena.
EL SABER MÉDICO DE D. DIEGO RITAS Y PINAZO
D. Diego Ritas es un médico con conocimiento directo de la medicina de su época, por las citas que jalonan sus escritos. Las Calenturas son las primeras enfermedades del texto. Son las enfermedades, más mortíferas de la época en Villena. Es el nombre de Hipócrates quién cita primero. Como causa próxima, considera una materia "nociba" introducida ó engendrada en el cuerpo. Esta expresión hipocrática la podemos suscribir. Y ello, por ser una idea racional.
Antes de La Medicina Hipocrática, en los inicios de la Historia, la Paleomedicina se basa en una íntima combinación de la magia y de la religión. Todavía en nuestro tiempo existen zonas de nuestro planeta donde persiste esta medicina primitiva, donde la interpretación mágica de la enfermedad, son maleficios y embrujamientos; el diagnóstico por adivinos; el tratamiento mediante conjuros, ensalmos, oraciones y ritos penitenciales.
CORPUS HIPPOCRATICUM
"Durante los siglos VI y V a. de C. tiene lugar, en la franja colonial del mundo griego —Magna Grecia y Sicilia, Costa Jónica del Asia Menor, Isla de Cos—,el acontecimiento más importante de la historia universal de la medicina: Su constitución como saber "téknico", fundado sobre el conocimiento científico de la naturaleza (phisiologia) El breve texto en que Alcmeón de Sicilia resume su concepción phisiologica de la enfermedad. Pero, va a ser la llamada "medicina hipocrática" ó la Medicina del Corpus Médicus Hippocraticum la que poco después transmita a la posteridad y convierta en bien universal tan decisiva hazaña helénica" (5).
Pero vamos a seguir a un gran filólogo e historiador de la cultura griega, Antonio Tovar (6), con quien nos adentramos en cómo la palabra "phisis" es el eje de este acontecimiento.
"Todas las lenguas designan objetos y acciones, las relacionan y las representan.
Pero antes del pensamiento abstracto las palabras estaban ligadas a lo designado. Antes de la aparición del "logos", las lenguas denotan, designan, evocan, presentan, describen, sirven para la comunicación humana; pero no definen, no relacionan, no signan de modo neutro los objetos y cosas designados, por otros signos intercambiables. Logos no es simplemente la operación de hablar, pero con aparición de las palabras "signo" que sustituye a las palabras "fuerza", este logos tiene sentido abstracto es decir racional. Entre varios ejemplos, pone Tovar, la palabra "phisis, que en los siglos VI y V a. de C. se convierte en la palabra "Naturaleza"y así surge esta palabra phisis ó Naturaleza que aplicada a la enfermedad, explica cómo es posible que la enfermedad cure espontáneamente, por que su Naturaleza ó phisis es la salud y también haga posible la acción terapéutica del médico. Toda enfermedad lleva su "phisis" y la "phisis" es ordenada en sí misma y ordenadora desde sí misma. Y en los escritos hipocráticos toda enfermedad tiene sus phisis".
Además de tener los griegos, en aquella época, su medicina mágica y medicina sacralizada, en los templos de Asclepio, es en manos de los hipocráticos, gracias a su tekné basada en la phisiologia, donde se explora y estudia al enfermo de un modo racional; para el médico hipocrático la enfermedad no es ni mancha ni castigo. La enfermedad es alteración del buen orden de la Naturaleza. Y el médico hipocrático estudiará al enfermo "con la vista, con el tacto, con el oído, con la nariz, con la lengua, con el entendimiento; con todo aquello que pueda hacernos comprender la enfermedad.
EL DR. RITAS Y LA MEDICINA MODERNA
La erudición del médico de Villena, no se queda en la antigüedad clásica de Hipócrates. Como hombre de su tiempo, se afirma también en los representantes de la llamada, por Laín, Medicina Moderna, que se inicia en el siglo XVI con una nueva patología y la desaparición del Galenismo. Es la persona iniciática el médico Inglés Thomas Sydenham (1624-1689), enunciador de la Especie Morbosa, que clasifica de modo botánico las enfermedades, según los síntomas que se repiten en los diversos modos de enfermar. Sydenham fue un gran clínico y como tal estudiaba cuidadosamente al enfermo, de modo hipocrático; se le llama el Hipócrates Inglés. Un alumno que le acompaña en la visita hospitalaria le pregunta qué libros de Medicina debe leer. Su respuesta fue, "Querido amigo, lea ud. D. Quijote, que es un libro muy bueno; yo no me canso de leerlo. Vea a los enfermos, estúdielos, y obsérvelos y así llegará a ser un buen médico".
Tocante a la esencia y síntomas de las calenturas, unos, como Wilis, que D. Diego escribe "Uuilis", célebre inglés, (7) a quien siguieron muchos, asegura que la calentura en una fermentación desordenada de la masa de la sangre, pues como esta, según análisis Chimicos, consta de Alcalí Volátil (Amoniaco), Accido y partículas oleosas. (La bioquímica llama principios inmediatos a sus equivalente actuales: proteínas, glúcidos y lípidos). Si todos estos principios, escribe el Dr. Ritas, están en la "devida" cantidad, "contribuien" para una exacta circulación y salud; pero si exceden en cantidad o igualdad, causan orgasmos y fermentaciones en la sangre y por consiguiente la calentura.
Cita también a Wilian Cullen (1735 /1788), famoso médico escocés. "Los escritos de Cullen nos permiten estudiar algunos puntos importantes de la metodología de las medicina del siglo XVIII. Para Cullen la fiebre implica estados sucesivos de debilidad, frío, y mas tarde calor y sudor. Sus causas actúan sobre el sistema nervioso disminuyendo la energía del cerebro; y sobre los pequeños vasos, produce su espasmo, y su consecuencia, el frío. Se aumenta la energía del corazón y de todo el sistema sanguíneo, restaurado la energía del cerebro, se superaba el espasmo y se producía la sudoración. Frente al humoralismo, W. Cullen es solidista"(8).
Copiamos ahora del Prontuario: No se puede dudar que la acción de las fibras musculares pende de la influencia del "Celebro"; luego desde que la energía de esta entraña se "disminuie", los vasos sanguíneos "deven" padecer una contracción general, un calor y sequedad extraordinaria; las diferentes secreciones se "deven" disminuir ó suprimir porque en estado de salud los fluidos que el corazón empuja en el sistema arterial ensanchan los vasos algo mas de su diámetro natural y mantiene en ellos un grado considerable de tensión; pero luego que las potencias padecen, la acción del Corazón y arterias se "disminuie", los vasos capilares reciben menos sangre; y por consiguiente se contraen y producen los fenómenos que se observan en el ciclo frío de las calenturas.
UN ATISBO DE LO QUE SERIA EL PSICOANALISIS.
Las enfermedades de la mente también son recogidas en el Prontuario.
Hysterico. Esta enfermedad viene por paroxismos, y se conoce por un rugido del vientre: sienten las enfermas como un "glovo" que rueda en el vientre y "suve a el gaznate".
Principia el paroxismo por una affe. espasmodica del canal alimentario, que de esta paffe se comunica a el "celebro" y al sistema nervioso. La causa próxima consiste en una movilidad del sistema, que generalmente depende del estado de plétora ó "devilidad" de los vasos del útero y así produce los movimientos espasmódicos y convulsivos que se notan:- originan también la dicha movilidad las pasiones de ánimoolores desagradables. Sy es la causa la pletora ó fogosidad del útero es util la sangría dieta vegetal, para precaber la llenura.
"Quando pende la devilidad" ó astenia será dañosa la sangría y útiles los incitivos y tónicos, baño frío, opio.
Hay algunos síntomas que varían la curación, como El Clavo Histérico, que se trata con el bezoardico jovial (concreción calcárea que se encuentra a veces en las vías digestivas de los rumiantes, a la que se atribuían propiedades medicinales como antídoto) (9). La cólica con ayudas de agua fría. Las convulsiones con la electricidad. El tumor de cuello de la Matriz con sangrías abundantes, cataplasmas de hiervabuena, aceite de macias (10) o aceite de nuez moscada ó manteca de nuez moscada y la esencia, que es estupefaciente y sedante de la circulación. "Entra en el Elixir de Garus y otros varios de esos licores ideados para derretir la nieve que cubría la cabeza de Luis XIV; como diversos chartreuses" (11,).
También puede darse aguardiente alcanforado, éter vitriolico en azúcar. Lavativas en la que disuelve el laudano. Los síntomas flatulentos se corrigen con la tintura de Asafetida.
Da una serie de recetas para tratar los síntomas tan diversos que pueden presentarse en la polivalente sintomatología de la Histeria que el Prontuario llama Hysterico a lo que otros llamaban "enfermedad de Madre", colocando como madre el lugar anatómico de la maternidad, es decir del Útero, como causa. Que así también la trata nuestro colega D. Diego Ritas, a pesar que entre sus causas dice "las pasiones de ánimo".
Han de trascurrir unos años, para llegar a Charcot (1825-1893) el célebre médico de la Chalpetrier de Paris, y su no menos célebre sala de mujeres histéricas; que con su presencia, dejaban sus trances, gritos y posturas. Charcot, buen hipnotizador las calmaba. Con Freud (1856-1939) que trabajó con Charcot, éste buen hipnotizador, y Freud a quien el hipnotismo no le va, tiene que encontrar el camino del inconsciente para llegar a la psicoanálisis y a las neurosis, que sustituyen nominalmente a la Histeria. Pero Ritas ya nos habla de las pasiones de ánimo como causa de la histeria o neurosis.
LA SANGRIA. Remedio Universal. Hoy por fortuna de uso muy limitado
Recibe el nombre de sangría toda extracción de sangre con fines terapéuticos; puede ser general o local, aquella raramente usada mediante la picadura de una arteria (arteriotomia), o mas comúnmente por la de una vena como la salvatela de la mano o la flexura cefálica del codo (flebotomía); y la local o capilar merced a sanguijuelas, ventosas escarificadas, revulsivos vesicantes como los vejigatorios. Se calcula la cantidad de sangre de un adulto en la doceava parte de su peso. En este sentido se llaman sangrías fuertes la extracción de un litro o mas de sangre; medianas o clásicas las de 500 gr.; y pequeñas de 250 grs. y muy pequeñas de 125 gr.
El uso de la sangría se remonta a los antiguos tiempos. Se cita ya en el sitio de Troya 1.100 años a. de C. la práctica Polidario, segundo hijo de Esculapio. Los egipcios y los chinos la practicaron antes.
Es de Galeno, padre del humorismo, quien el remedio de extraer por la sangría la sangre mala toma mayor pujanza. El siglo XV fue el triunfo de la sangría, adoptada por el rey Luis XIV; en el XVII se despertó una manía sanguinaria en médicos como Guy Patin, que llegó a practicar 32 sangrías consecutivas a su colega Mertel, y desoyendo los consejos de Galeno sangraba a los niños de pecho y a los sexagenarios. Estos Doctores Sangredos hacían suya estas palabras: "Cuanto más se saca agua corrompida de un pozo, antes se la convierte en buena; cuanto más mama el niño, más leche tiene su ama», símil que aplicaban los partidarios de la sangría. Encalmada la "hematomanía" a mitad del siglo XVIII, recobra nuevo vigor a principios del XIX (12).
D. Diego Ritas en el tratamiento del Sarampión dice: «La tos seca se modera con los pectorantes emulientes, oleosos y "musilaginosos" Si hay calentura y "difnea" se pueden dar narcóticos, por que esto indican inflamación en el pulmón y conviene entonces la sangría».
Nosotros adquirimos un tratado de terapéutica en Valencia finalizando nuestra guerra civil que todavía dedica un capítulo a la sangría (13).
Hemos eludido todo un capítulo de otra obra del siglo XIX (14) en el cual la sangría es la base del tratamiento de las enfermedades febriles con el nombre de medicación antiflogiática. El flogisto es un concepto elaborado por G. E. Stahl, (1660¬1734) supone que el flogisto existe, en toda materia combustible, es la causa de la combustión y desaparece con la misma.
Esta teoría se derrumba a finales del XVIII, con el nacimiento de la química de los gases y el descubrimiento del oxígeno por Lavoiser (15). Pero sigue la medicación antiflogística con la sangría a mitad del siglo XIX. Y D. Diego Ritas la practica en la mayoría de los procesos morbosos.
Este Prontuario del médico titular de Villena, llegó a nuestras manos por entrega de mi tío abuelo D. José Marco Soriano. Militar profesional. Ex-combatiente de Cuba, y alcalde de Villena en septiembre del AÑO 1923 con motivo del golpe de estado de D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.
NOTAS
(1) Actas del Cabildo de la Ciudad de Villena años 1797-1806. Epígrafe Sanidad. Archivo Municipal. Villena.
(2) Jose Luis Peset y Antonio Lafuente. «El conocimiento y dominio de la Naturaleza. La ciencia y la técnica». Historia de España de D. Ramón Menéndez Pidal. T. XXXI. Madrid. 1987.
(3) ¿Quién es el dueño de la tecnología médica? Lancet. Ed. Española. Barcelona. Septiembre, 1995, pág. 137.
(4) Laín Entralgo, Pedro. «Historia de la Medicina Moderna y Contemporánea». Medicina de la Ilustración. Barcelona, 1963, pág. 320.
(5) Laín Entralgo Pedro. «La Medicina Hipocrática». Madrid, 1987.
(6) Antonio Tovar. «Sinopsis de la Antigüedad Clásica». T. II, pág. 1. Historia Universal de la Medicina. P. Laín Entralgo. Barcelona, 1976.
(7) Thomas Wilis (1622-1675) famoso anatómico inglés. Lleva el nombre de «polígono de Wilis» el conjunto de las arterias de la base del cráneo; que rompió una idea galénica al respecto; es considerado como uno de los máximos descubridores de la circulación cerebral.
(8) Lester S.M. King: «Clínica y Patología de la ilustración». Historia Universal de la Medicina. P. Laín Entralgo. T. 5. Barcelona, 1973.
(9) Bezoar. Bezoárico. María Moliner. «Diccionario del uso del español». Madrid, 1988.
(10) Corteza aromática de color rojo en forma de red, que cubre la nuez moscada. María Casares. o c.
(11) Peset Cervera, V. Ob. cit.
(12) Vicente Peset Cervera: «Terapéutica. Materia médica y arte de recetar con hidrología médica». 2.» ed. T. I. Valencia, 1905.
(13) F. Arnaud: «Terapéutica, Farmacología y Materia Médica» .2.» ed. Barcelona, 1939.
(14) A. Trousseau y H. Pidoux: «Tratado de Terapéutica y Materia Médica». T. I. Trad. Española, 1847.
(15) P. Pedro Laín Entralgo: «Historia de la Medicina Moderna y Contemporánea». Barcelona, 1963.
Extraído de la Revista Villena de 1996 

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