Villena quiere reconocer a la figura del castañer@, una labor de muchas décadas y un oficio que en nuestra ciudad al menos parece que desaparece.
Miguel Espinosa deja huella junto al paso Candel, lugar donde durante décadas ha instalado su puesto de castañas para deleite de todos los villeneros, un servicio que este año 2025 deja de existir por jubilación y no tener continuidad. Anteriormente su madre María Soriano Azorín ya vendía castañas al menos desde los años 40.
El Ayuntamiento de Villena ha querido dejar este recuero en forma de placa conmemorativa que rinde homenaje a estas personas y a este oficio tan digno que nos ha calentado tantos y tantos años.
Miguel formaba parte del paisaje urbano y deja una gran tristeza entre muchos vecinos y vecinas de la ciudad, que durante décadas encontraron en ese lugar un punto de encuentro.
Con este gesto, el Ayuntamiento de Villena reafirma su compromiso con la memoria colectiva de la ciudad, rindiendo homenaje a quienes forman parte de su historia.
El texto de la placa reza así…
Aquí estuvo el puesto de castañas asas de Miguel Espinosa
y anteriormente su madre María Soriano.
Más de 80 años calentando los inviernos.
¡Recuerdo calentico!




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