Juan Hurtado Tomás (El Lolo) Por JOSÉ PUCHE ACIEN
Entre la nómina de vates locales desconocida por la mayoría de la gente, aunque los nombres de algunos de sus componentes resulten más familiares que los de otros, como es el caso de Aquilino Juan Ocaña o Antonio Marín Requena por tener dedicadas sendas calles de nuestra ciudad, figura Juan Hurtado Tomás, «El Lolo», sobrenombre añadido -adelanto ya- por salir con una mujer llamada Lola, y apelativo que heredó su hijo Francisco Hurtado Blanes (El Lolo), también poeta local, cuya personalidad glosaré en otra ocasión, continuando con la tarea de recuperar y dar a conocer en la medida de mis posibilidades, a los artífices y colaboradores de las secciones literarias de la prensa antigua de Villena.
VIDA y personalidad
De su biografía he podido reunir los datos que expongo cronológicamente a continuación, desde su nacimiento en Villena en el año 1840 hasta su muerte que tuvo lugar el día 16 de diciembre de 1893, según consta en la partida de defunción.
Destaca el hecho de que fuera encarcelado. Los acontecimientos sucedieron así: el 21 de enero de 1875 se recibe en el Ayuntamiento de Villena una orden de detención dictada por el Capitán General del distrito, transmitida por el Gobierno Militar de la provincia de Alicante para proceder a la detención de Juan Hurtado Tomás «habilitado que fue del disuelto Batallón de Cazadores de Nouviles». El Batallón llevaba el nombre del general español que fue ministro de la guerra en 1873. A los pocos días se recibe en la Alcaldía de Villena un oficio del Gobierno Militar de la provincia de Alicante, comunicando que se ponga «a disposición del oficial comandante de la línea de la guardia civil (de Villena) al detenido D. Juan Hurtado Tomás, para que disponga su conducción a disposición del Excmo. Sr. Capitán Gral. de Castilla la Nueva» (Documentos del Archivo Histórico Municipal de Villena Cárceles. Año 1875).
En la fotografía puede apreciarse la firma de Juan Hurtado Tomás, en conformidad a la orden de detención, junto a la del Alcalde de la ciudad Félix Fenollar; signan también Miguel Saborí, alcaide de cárceles, y el secretario interino del Ayuntamiento.
(Texto anterior a la página fotografiado): comparecencia: en dicha ciudad y día y ante el referido Sr. Alcalde compareció el dependiente Juan Díaz Domene acompañado de D. Juan Hurtado Tomás, a quien hice saber leyéndosela íntegramente la orden (continuación del texto fotografiado) del Excmo. Sr. Capitán General de este distrito, transmitida por el Sr. Gobernador Militar de esta provincia que encabeza estas diligencias, y enterado dijo que acataba y obedecía la orden de detención indicada.
Vivió en el número 16 de la calle Los Dátiles (hoy calle del Maestro Guillén), según consta en el padrón de vecinos de Villena del año 1885, donde figura como residente; con 42 años de edad, de estado civil soltero y propietario, junto con su viuda madre, Ana Tomás Herrero, de 69 años; su hermano Francisco y otras personas.
Su tardío enlace matrimonial se produjo el 14 de julio de 1887 con una sobrina lejana suya, Josefa Blanes Rico, con quien tuvo dos hijos varones, Juan y Francisco; el primero estudió Leyes y fue Secretario del Ayuntamiento de Ibiza; Francisco Hurtado Blanes también comenzó los estudios de Derecho, aunque no los terminó y, como su padre, escribió poesías, que publicó igualmente en periódicos locales.
Juan Hurtado Tomás era de familia bien acomodada. Tuvo grandes propiedades en la Sierra Salinas, que perdió en parte por descuido y falta de atención, consecuencia de la vida bohemia.
Tenía un carácter despreocupado y espíritu generoso. Como anécdota de su actitud, según cuenta su nieta D.ª Blanca Hurtado (viuda de Enrique Muñoz), en cierta ocasión hizo confeccionar una pelliza con cuello de piel para él y otra para cada uno de los viejos del asilo.
Una referencia a su persona en el mismo sentido aparece en el n.º 46 de El Demócrata (28-6-1 891), con cita en valenciano incluida:
«...hoy por hoy (jueves) la atención de gran número de señores propietarios y otros de oficios más humildes está fijada en la partida de "damas" empeñada entre un Chimo Miralles, de Ondara, y Juan el Lolo, de Villena. Parece que se cruzan apuestas de consideración y esto, más que la inteligencia de los aficionados, hace que en el salón del "Círculo Villenense" en que juegan, se apiñen los mirones y suden no el kilo sino el kilómetro. Como sucede en estos casos, hay... "qui diu que guañará el so Chimo"... y otros dicen que el Lolo... Yo creo que ganará uno de los dos, y ustedes perdonen esta simpleza; «perque cóm yo no chue ni sisquera en gosét á favor del so Chimo ni á favor del Lolo em té molt descuidat" el resultado de la partida. Y á propósito del Lolo, que en este caso debo llamar Juan Hurtado Tomás o don Juan Hurtado, que, al fin y al cabo, nunca está mejor aplicado el Don que en el que tiene din. El miércoles último, con motivo de ser sus días, tuvo la benéfica ocurrencia de ofrecer y dar una gran comida á los pobres asilados en el de la Plaza de las Malvas. Ocupó el sitio de preferencia; los pobres se sentaron a la mesa gozando ante la perspectiva de una comida que fue espléndida y abundante, siendo servida por las buenas Madres del establecimiento. Hubo al final dulces y licores, y en casi todos se notaba la alegría y animación producidas por el exceso, hasta el extremo que uno de ellos, viejo como todos, improvisó un brindis en verso. Día grande para aquellos pobres, lo sería de satisfacción inmensa para el amigo Hurtado; y si estos pobres saben que está empeñado en una partida de "damas", de seguro que se les pasará el día rogando a Dios que gane. Oigo decir á algunos que está loco. Yo creo que hoy, que más loco parece, es cuando tiene tanto juicio que pudiera dar del que le sobra á muchos que parecen cuerdos».
Al terminar el artículo firmado por D. JOSE, se dice: sábado, 7 tarde, el Lolo lleva ventaja 19 juegos.
Ideológicamente se proclama liberal y republicano —aspecto que luego ampliaré—, y mediante las páginas del periódico La Rana declaró su oposición a Cánovas con frases como estas: «La Rana se encuentra en todos los países del mundo (exceptuando a Cánovas; porque éste es un rano que sólo tiene vida en nuestro país bajo el fango de los conservadores)... La Rana cambia sucesivamente de forma, de estructura exterior, y de género de vida, como los conservadores de casaca...».
Falleció el día 16 de diciembre de 1893 en su domicilio de la calle D.» Isabel, n.º 16, a consecuencia de un coma diabético, cuando contaba 53 años de edad. Así aparece en el Libro de Defunciones correspondiente del Juzgado de Villena:
«En la ciudad de Villena provincia de Alicante, a las diez de la mañana del día diez y siete de diciembre de mil ochocientos noventa y tres ante D. Deogracias Lobregad Amorós, Juez Municipal y D. Joaquín Cervera Mergelina Secretario, compareció D. José Valiente Díaz, natural de Villena, mayor de edad; estado civil casado; (profesión) propietario; domiciliado en Plaza del Raso, n.º 10 con su cédula personal número 5825, manifestando en calidad de encargado que D. Juan Hurtado Tomás, natural de Villena; edad, cincuenta y tres años, domiciliado en calle D.á Isabel, n.º 16, falleció a las dos de la tarde del día de ayer en su domicilio a consecuencia de coma diabético...
El referido finado estaba casado en el acto del fallecimiento con Josefa Blanes Rico, natural de Villena, de cuyo matrimonio ha dejado dos hijos llamados Francisco y Juan.
Era hijo legítimo de Francisco Hurtado Menor y de Ana María Tomás Herrero, naturales de Villena, difuntos.
Fueron testigos presenciales D. Antonio Juan Soler y Mateo Díaz Brotons, mayores de edad, vecinos de esta ciudad».
Sus restos fueron inhumados en el cementerio de Villena. Acaba por tanto de cumplirse el centenario de su muerte.
Su actividad político-periodística
He reunido ambos epígrafes —política y periodismo— en un mismo apartado, porque Juan Hurtado Tomás manifestó su pensamiento político a través de la prensa local. Concretamente escribió versos en «El hijo de Villena», «La Primavera», «El Demócrata», «El Independiente», y que además el director y principal artífice de «La Rana», semanario en el que no aparecen firmas de los autores, excepto alguna carta dirigida al Director. Juan Hurtado Tomás es el único nombre propio.
Los textos en prosa de La Rana suelen ser editoriales, comentarios y críticas sobre cuestiones municipales o inserciones y citas de otros periódicos nacionales de tinte liberal. Supongo que la mayoría de ellos fueron escritos también por Juan Hurtado, pues sólo he encontrado una referencia a sus colaboradores en «Trinos y sueltos» del n.º 11 de otro periódico local «El Ruiseñor» (7-6-1885), en el que se dice: «D. Alicio Caravaca, redactor de La Rana, periódico que nos ha dirigido insultos personalísimos...».
Aunque el nombre de Caravaca tampoco se encuentra en los ejemplares de La Rana conservados, hay un artículo firmado por «Un Masón» (N.º 21) por lo que, conocida la pertenencia de Alicio Caravaca a la secta masónica, no resulta aventurado atribuirle la autoría.
La personalidad de Alicio Caravaca López —hijo del maestro Caravaca— también ha sido objeto de estudio por mi parte, y espero darla conocer en otra ocasión.
La tendencia constante del periódico liberal La Rana se caracteriza por la polémica mantenida con otro semanario local, de carácter religioso y políticamente conservador, El Ruiseñor.
El primer ejemplar de La Rana sale a la calle el domingo día 25 de enero de 1885, con un formato reducido de cuatro páginas de 21 x 16 cm.; la suscripción trimestral costaba 4 reales; en el n.º 36 se publica la siguiente «Advertencia». Desde el presente número, y en obsequio a nuestros favorecedores, ampliamos en un doble el tamaño de este semanario. El precio de suscripción trimestral de este ejemplar para Villena es de 1 pta., y para fuera 1'25 ptas., aunque «a los republicanos que por falta de recursos les sea gravoso el precio de la suscripción (afirma) se la serviremos gratis. Lo mismo decimos a los artesanos y braceros».
El n.º 44 (del 22 de noviembre de 1885) es el último de los conservados. Como novedad respecto a los anteriores periódicos La Rana no fue confeccionado por Claudio Perlasia sino en la imprenta de José Muñoz, calle Mayor, n.º 6 de Villena.
El periódico La Rana se declara «Semanario satírico», y pronto se manifiestan las directrices que marcarán su línea de actuación. El siguiente DIALOGO sintetiza su postura (N.º 1):
«— ¿Cómo te llamas?
— Rana.
— ¿Y tu apellido?
— Rana a secas; bastante tiempo me han tenido en remojo los malos tutores de este país, que no puede salir de la menor edad.
— ¿Te gusta Pi? — No.
— ¿Y Zorrilla?
— Tampoco. — ¿Y Castelar?
— Menos.
— Entonces... serás monárquica.
— Te equivocas, soy republicana.
— No te entiendo.
— Escucha; Castelar me encanta; Pi, me enajena y Zorrilla me entusiasma; pero no quiero a ninguno de los tres, porque quiero a los tres juntos.
— Estamos conformes: apuremos dos copas de manzanilla, y brindemos.
— Brindo por la coalición de los republicanos vivos, y por la memoria de los republicanos muertos.
— Brindo por los libre-pensadores, y porque éstos concluyan de una vez para siempre, con el fanatismo, con el error, con la clericalla y con la hipocresía».
En síntesis la línea marcada por Juan Hurtado Tomás tanto en las páginas de La Rana como en los demás semanarios se vierten en una triple dirección:
1) Lucha por la libertad de expresión del libre pensamiento. Muchos de los editoriales llevan títulos sugerentes como «¡Igualdad!», «¡Fraternidad!», u otros que encierran críticas como «Los Ministros del Señor» o «¡Qué desengaño!».
Los versos siguientes —cuya última parte transcribo— publicados en el n.º 16 de El Demócrata (30-11-1890), compuestos y pronunciados por Juan Hurtado, a propósito de la visita del Sr. Canalejas a Bañeres (que entonces era Bañeras, y así aparece escrito en el ejemplar) constituyen una muestra más de su carácter liberal y demócrata:
Arolas dijo: «vivir
es lo mismo que llorar»;
miente Arolas; es... luchar
progresando hasta el morir.
Es en las vanguardias ir
con votos que rompen rejas:
es ser constantes abejas
de la civilización...
Brindo, por la ilustración
del pueblo, y por Canalejas.
Continúa el periódico: (Grandes y estruendosos aplausos. El Sr. Canalejas se levanta y abraza al Sr. Hurtado).
2) Se muestra contrario a una actitud clerical dominante con la que no tuvo reparos a la hora de enfrentarse abiertamente y criticó sin ambages desde las páginas del periódico con frases como «Si los obispos escomulgan á (sic) "Las Dominicales" porque es libre pensador, y en la Diócesis de Barcelona hay 752 curas carlistas, el Director de "Las Dominicales" debe escomulgar al obispo de Barcelona» (La Rana, n.9 1 de 25 de enero de 1885). Por la misma razón mantuvo una constante polémica con el semanario «El Ruiseñor», al que califica de católico, apostólico y romano, y defensor a ultranza de la iglesia oficial. Para Hurtado «entre la libertad y el catolicismo hay una montaña imposible de» (La Rana. Saltos místicos, n.º 12 de 12 de abril de 1885).
Su talante político es republicano y se declara en contra del conservadurismo canovista.
Respecto a los textos aparecidos en otros periódicos, son significativas las palabras de Manuel Rico García. Los semanarios que ha dirigido y en los que tomó principalmente más o menos parte fueron «El Distrito de Villena», «La Campana», «El hijo de Villena», «El Látigo» y «La Rana»; no concretándose solamente a los trabajos publicados en la prensa de su ciudad natal sino que al propio tiempo también colaboró en otros de Madrid, esta capital (se refiere a Alicante), y en «La Protesta» de Valencia («Ensayo biográfico bibliográfico de escritores de Alicante y su provincia». Alicante 1888. Instituto «Juan Gil-Albert». Excma. Diputación Provincial de Alicante).
La cita de Manuel Rico es interesante como ayuda para conocer la personalidad de Juan Hurtado, y también por la referencia a dos periódicos de Villena, que hasta ahora nunca han sido citados en los trabajos por los historiadores locales, «El distrito de Villena» y «El látigo», títulos desconocidos también para mí. Ignoro si son publicaciones cuyos ejemplares se han perdido en su totalidad, o si se trata de algún error, como más de una vez se ha constatado.
Su producción literaria
Todos los textos que he leído de Hurtado Tomás están escritos en verso. Son treinta composiciones insertadas en cinco de los periódicos villenenses del siglo pasado, que circularon en la década correspondiente a los años 1882-1892. En la siguiente tabla se relacionan por el nombre del semanario, número y fecha de publicación, título de la composición y tipo de estrofa métrica en el que están escritos sus versos:
Comentario temático
Aunque existe diversidad de contenidos temáticos, bastantes de ellos están dedicados a alguna persona concreta, a la cual se hace referencia expresamente en el título de la composición, por ejemplo el soneto titulado «A Mateo Tomás...», «Al Conde de Torres Luzón», «A mi distinguido amigo...». Es un modo de presentación que gustaba a Hurtado, pero en general predomina la exaltación de valores universales como la libertad o el agradecimiento.
De los tres poemas publicados en «El hijo de Villena», el primero de ellos titulado «Maldita casa» trata de la injusticia. «El cacique y el oso» está dedicado a una persona, cuyo nombre no se menciona; aunque en el semanario aparece sin firma, lo incluyo aquí porque en la bibliografía de Soler Hurtado, figura como autor (Cf. José Soler García: bibliografía de Villena y su partido judicial). También el soneto del n.º 24 está dedicado a una persona y precedido de la siguiente redondilla. En un carro de mudanza / Este soneto encontré, / A quien alude, no sé; / Pero allá va su semblanza.
Los versos de Juan Hurtado Tomás constituyen la sección literaria de La Rana, aunque tal denominación no aparezca en los ejemplares. Todos los poemas están firmados por él, excepto la «Carta» del 7, signada por «El loco».
El primero es un soneto titulado A MATEO TOMAS, subtitulado BARBAS DE ORO, del que por cierto en la bibliografía de Soler figura «Barbas de Chivo». En él se ensalza la figura del líder político y pariente de Hurtado, Mateo Tomás, quien estuvo vinculado con el Batallón de Voluntarios Realistas de Villena. (Para más información Cf. Negros y Blancos. El Batallón de Voluntarios Realistas de Villena, núm. 42. José Soler García. Revista de Fiestas del año 1978).
Tras el epígrafe «Primera carta» (del otro texto del perteneciente al n.º 1 de La Rana) sigue textualmente: de un cura a los Sres. Directores de «Las Dominicales» y de «El Motín» y el tema de fondo, partiendo de una declaración de principios que proclama la igualdad entre todos los hombres, se centra en la consideración de la mujer como eje central, el deseo y la culpa.
En la serie de redondillas que encabeza «Al celebérrimo Pidal» se menciona a Cánovas del Castillo, Romero Robledo, además de otras referencias políticas, como «los liberales», junto a autoridades eclesiásticas como los obispos, el Nuncio o el Papa.
También en el poema «A mi Madre» ha optado por las redondillas, para manifestar que cuando la madre trasmite la vida a su hijo, éste «da entrada al libre albedrío» y a la «libertad de pensar». Termina con una exhortación a su madre para que no llore por su conducta, precedida de una crítica al clérigo. Tras la firma aparece la palabra «Bilbao...», posible lugar desde donde envió la composición.
El siguiente texto es un soneto con alusiones muy directas contra Calomarde, en su calidad de «húsar» (soldado de caballería ligera), con expresiones tan duras como las manifestadas en el 2.º terceto: «Y que te vayas húsar: Calomarde / El mayor de los déspotas de Europa / comparado contigo, era un cobarde».
La «Confesión» comienza con la dedicatoria «Querido Soler: tú que eres aficionado a componer seguidillas, allá van estas por tu salud». Se trata de un diálogo en el que una mujer confiesa su amor por un hombre.
Bajo el epígrafe «Hecho histórico» se encierran soliloquios y reflexiones generales sobre la vida.
«Sobre tu cadáver» es el título de las cuatro octavillas, donde se maldice a un clérigo. Van precedidas de una introducción: «Era este, el de un amigo mío muerto en la guerra fratricida por el cura de... al pie del "Lamíndano" el 5 de julio de 1872».
El título completo de la siguiente composición es: AL DIPUTADO POR VILLENA Conde de Torres de Luzón, una crítica a un diputado «cunero»; esto es, extraño al distrito, quien, a juicio de Hurtado, no representaba los intereses de Villena.
En los números 36, 37 y otros posteriores de La Rana se publica la obra de teatro titulada La Venganza de una Negra, cuyo tema de fondo es precisamente la venganza.
El «Cuento» cierra la lista de poemas publicados en el semanario La Rana. Lo he incluido al final del artículo como ejemplo de la poesía de Juan Hurtado. En él el autor se ríe de la representación diabólica mediante una especie de antropoide con cuernos y rabo, según la versiones de las tentaciones de San Antonio.
«A los Redactores» es un Ovillejo encomiástico dirigido a Vera, Marín y Aquilino —apellidos de sus vates contemporáneos Joaquín Vera Navarro, Antonio Marín Requena y Aquilino Juan Ocaña aparecido en la sección «Flores y Espinas» del semanario La Primavera.
La primera de las composiciones publicadas en El Demócrata es un soneto que lleva por título «A mi distinguido amigo D. José S. y Selva».
La «Letrilla» y la «Carta a Pedro Ritas» constituyen sendas críticas a la política municipal. Aparecen en los n.º 5 y 16 respectivamente de El Demócrata. En este último número se reproducen algunos fragmentos de un brindis que Juan Hurtado pronunció en un banquete ofrecido por el pueblo de Bañeres a D. José Canalejas, donde la música del himno de Riego se mezclaba con vítores entusiastas al político liberal.
«A mi querido amigo Alicio» es una mezcla de crítica a la política municipal y ecos de sociedad. El título alude seguramente a Alicio Caravaca, director del semanario El Demócrata.
«Al Sr. Gobernador de nuestra desdichada provincia» constituye una crítica a la gestión gubernamental y municipal por lo que tiene de coaligada.
En el n.º 20 de El Demócrata se insertan dos poemas: una «Letrilla» con el subtítulo «A mi secretario particular Ramón Menor y Menor» a quien van dedicados los versos y un «Epigrama», cuyo tema de fondo es la injusticia.
La siguiente poesía lleva por título «A la Srta. Doña Carmen Terol (para su álbum)». Naturaleza y mujer están presentes, cual poema petrarquista.
El número 52 del semanario El Demócrata (último de los publicados) incluye cuatro poemas: «En tesis general», sobre la soberbia, más otros tres dedicados «A Cristóbal Rodríguez Navarro», «A Joaquín Vera Navarro» y «A Pepe Cebrián».
Finalmente, en el n.° 18 de El Independiente, bajo el título «Razón» afloran soliloquios sobre la fuerza del corazón y de la razón.
Estrofas métricas
En los textos publicados por Hurtado predominan las estrofas de diez versos sobre las demás —ocho décimas de las treinta composiciones—, quizá porque al elegir el tipo de estrofa siguió el consejo lopista, según el cual, «las décimas son buenas para las quejas...». Me ha llamado la atención la diversidad estrófica empleada por Hurtado Tomás. Además de las décimas hay seis redondillas, cinco sonetos, cuatro romances, tres octavillas, y el resto de estrofas de la relación.
Esto contrasta con las publicaciones anteriores a las suyas de la prensa local, donde abundan los versos asonantados llenos de ripios. La poesía de Juan Hurtado Tomás está bastante elaborada, y supone el conocimiento de una técnica métrica más depurada, utilizada diestramente.
Manuel Rico García en la obra antes citada firma de Hurtado: en todos cuantos periódicos se han publicado en aquella ciudad (se refiere a Villena) dio a conocer abundantes y muy excelentes trabajos literarios y particularmente en verso, en su mayor parte en los géneros festivo y satírico, los cuales hacen muy agradable su lectura por la gracia y oportunidad de sus chistes con especialidad cuando se refieren a asuntos políticos o intereses morales y materiales de la población. Fue poeta de verdadera inspiración, siendo de sentir que no cultivase las musas con el ardor que sus naturales condiciones le prodigaban.
Hurtado Tomás además de componer recitaba en ocasiones sus poemas; de ello hay constancia en el n.º 4 de El Independiente (27 de marzo de 1892), donde se reseña en la Sección Local y General la velada lírico-literaria del Círculo Villenense:
«Tanto nuestro amigo D. Juan Hurtado Tomás como el Sexteto que dirige el simpático Sr. García, no dejaron nada que desear, quedando el público que allí se encontraba satisfechísimo y honrado... El primero recitó una poesía que compuso para aquel acto, digna de su autor; el cual no solo posee la inspiración sino también la energía y expresión que á cada composición debe darse. Después recitó otras que gustaron mucho, como todo lo que sea obra suya».
Sirva como muestra de su poesía las siguientes quintillas, aparecidas en el n.º 44 del semanario La Rana:
CUENTO
¿Quieres que te cuente un cuento?
Me dijo mi pobre abuela
Una noche, en la que el viento
Entrando en nuestro aposento,
De un soplo, apagó la vela.
Vela verde, que encendía
Mi abuela con devoción,
Porque al verla arder, creía
Que el demonio no podía
Entrar en la habitación.
Era una santa mujer,
Que en su rezo y su trabajo
Nunca pudo comprender
Que en el mundo es Lucifer
Una especie de espantajo.
Maniquí que no sirviera
Ni para espantar gorriones,
Cacos de granos en era
Si la máquina no fuera
De caducas invenciones.
Mas con su pan se lo coma
Allá en el antro profundo
Alcantarilla de Roma,
Y siga, siga la broma,
él, la carne y el mundo.
Con sus hálitos impuros
Tentar quiso á «San Antonio»,
A pesar de los conjuros:
Yó le regalo dos duros
Al que me traiga un demonio.
Pero tal cual debe ser;
Con cuernos no me acomoda;
Y si me ha de complacer
Que lo vista de mujer
Y que lo peine á la moda.
Con el rabo entre las piernas
Puede sufrir menoscabo
Al salir de sus cavernas,
Porque las llamas eternas
Le socarrarán el rabo.
Pero... volvamos al cuento:
Quedamos en que... mi abuela
Puso en Dios su pensamiento;
Y se durmió, cuando el viento
De un soplo apagó la vela.
JUAN HURTADO TOMAS
Extraído de la Revista Villena de 1994
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