Isidro Gosálbez carga con el ojo inquisitivo de la cámara y cuadricula mentalmente espacios, imagina volúmenes y centra aspectos que pasarían inadvertidos a cualquiera que no posea esa forma personal de ver que es patrimonio del fotógrafo avezado. Desde hace unos años, Gosálbez, con Paco Domene y Luis Murillo, son los artífices de ese inapelable y veraz testigo de la Fiesta constituido por las películas que cada año se realizan, iniciadas con el cuarto elemento que fue Miguel Flor, un aficionado en la más alta aceptación de la palabra, ardiendo siempre en la más pura llama del villenerismo.
La Fiesta tiene con Murillo, Domene y Gosálbez una impagable deuda constituida por esas películas que recogen tesoneramente la vida festera en infinitos ángulos. Películas poseedoras de un considerable valor que, como el buen vino, se acrecienta con el tiempo..jpg)
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Extraído de la Revista Villena de 1976
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