3 mar 2022

1955 MARTÍNEZ DE OLIVENCIA

MARTÍNEZ DE OLIVENCIA
CAPITÁN DE JUVENTUDES
Por M. Menor García
“Ningún soldado de sus tercios que se haya distinguido en altos hechos dirá luego que fue héroe anónimo, porque su nombre lo sabe ya, desde el mismo momento que dió fin a la hazaña, quien más puede importarle al animoso, pues es el Rey de España quien conoce su empresa” M. TOMÁS, “Felipe II”.
Al transcurrir un nuevo decenio, se cumplirán cuatro siglos desde aquellas gloriosas jornadas en las que un militar villenense se distinguía por su temeridad en el levanta­miento del cerco de la isla de Malta, defendida contra el ataque turco por el Gran Maestre de la Orden de San Juan, Parissot de la Vallette. Eran aquéllos, tiempos difíciles para la Cristiandad. El poderío turco avanzaba peligrosamente por el Mediterráneo y una escuadra enviada por Solimán II al mando de Mustafá, compuesta de 159 naves y más de 30.000 hombres de desem­barco, ponía en gravísima situación la posición de la isla defendida por 9.000 malteses. Sabía La Va­llette que la caída de Malta supondría la pérdida de una posición de acusada importancia estratégica para la Cristiandad, y solicitó la ayuda de Felipe II, que envió su escuadra y quien, más tarde, al servicio de una política católica e imperial, doblegaría el poder turco en la memorable batalla de Lepanto. Pero conozcamos concretamente la hazaña del aquel valiente capitán villenense leyendo unas líneas de la Carta de Privilegio otorgada por Felipe II en 1567. Dice así:
“Por quanto por parte de vos; el capitán cuan Martínez de Olivencia, nos a sido hecho relación que vos nos aveys servido en diversas jornadas, y especialmente el año de sesenta y cinco, estando cercada la Ciudad y Isla de Malta de la Armada del turco enemigo de nuestra Santa Fee Cathólica, Don García de Toledo, nuestro Capi­tán General y `piso Rey de Sicilia, os embió con despachos al Gran Maestre tres vezes: lo cual hicisteis con ma­nifiesto peligro de vuestra persona y vida, y entrantes en la dicha Ciudad de Malta y reconocistes el campo de el enemigo uniendo la plataforma de el sitio y batería, y muy buena relación de él. Y hicistes desembarcar la gente que fué con el socorro, y estuvistes en la Isla del Gozo trece días á la punta que descubre á Malta y el puer­to de Marco Mureto, donde estuvo la dicha Armada turquesca, reconociendo si salía para ver qué derrota tomaba, pasando todas las noches d la otra punta que estava á la otra parte de Cicilia d hacer un fuego de seguro a nues­tra Armada, y cómo se hizo y fué socorrida la dicha Isla y dejada de el turco. De todo lo cual haremos sido in­formados por Cartas del gran Maestre y el dicho Don García, que nos han escrito sobre ello, y cómo con una barquilla de cuero de buey, entrávades y salíades en la dicha Isla de Malta.
Por ella, el Rey, conocedor de los hechos heroicos de sus soldados, concede el acrecentar el escudo de armas con un «monte, y fuego y la barquilla conque nos servistes en la dicha jornada» “teniendo consideración a lo soso dicho, y porque quede de ello memoria a vuestros descendientes”.
Labras heráldicas de los Martínez de Olivencia que se conservan en una an­tigua casona de la calle de San Antón.
Cuenta la tradición que, al regreso de sus empresas guerreras al servicio de España, Juan Mar­tínez de Olivencia, en acción de gracias, depositó en las paredes del Santuario de nuestra Patrona la Virgen de las Virtudes banderas, estandartes y reliquias. Y, entre estos exvotos, la débil barqui­chuela de cuero de buey quedó suspendida de las bóvedas del templo.
Pasaron los años y hasta este último exvoto desapareció del Santuario. Una versión dice que aquel cuero fué quitado de la bóveda porque afeaba. No supieron comprender en aquellos años, insensibles a la historia de España, qué representaba aquel exvoto. Por eso hemos escrito estas líneas para conocimiento de todos los villenenses, porque la deuda ha quedado en parte saldada por iniciativa y obra de nuestras juventudes. Desde este mes de Agosto, un artístico pergamino con la Carta de Privile­gio y unas breves líneas-dedicatoria sustituyen y recuerdan los exvotos que Juan Martínez de Olivencia depositó con íntima fe y delicado fervor. La «Centuria Martínez de Olivencia», de las Falanges Juveniles de Franco, ha querido rendir calladamente este recuerdo, porque Martínez de Olivencia, como buen capi­tán, deja bellamente su lección en la historia, una lección rotun­da y clara que tiene para la juventud villenense categoría de permanencia y ejemplo.
Revista Villena 1955
Cedida por... Elia Estevan

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