Cada semana el grupo Cronistas de Villena publica un microrrelato relacionado con nuestra Fiestas de Moros y Cristianos, poniendo en valor “pequeñas perlas” inspiradas en nuestra Fiesta con infinidad de matices: originales, entrañables, históricos, populares, etc.
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Y yo quería ser Pirata…
Mi padre moro viejo y yo queriendo ser pirata…
La ilusión de un niño pequeño ,que a sus 7 años suspiraba, por desfilar entre ellos, con su capa y espada. Gran disgusto propinaba, a mi padre cuando me escuchaba, pero no podía evitar decir lo que entonces pensaba.
Corría el verano del año 1951; las cuatro esquinas llamaban a mi lugar de juego, entre la carniceria Calabuig y el horno del Moreno, la casa de Galván y la herrería del Culón. Recuerdo un árbol de madroños y una fuente en medio, que nos daban sombra y agua al sediento.
Una tarde de aquel agosto, jugando me encontraba, cuando mi madre me fue a buscar y de la mano me arrastraba.
– Vente nene, que a las hermanas Trini te he de llevar, que te han de tomar medida para un traje de pirata que han de confeccionar; es de un niño como tú, que no puede venir a probar.
Y así un día tras otro, allí tenía que estar, con disgusto y alegría, las dos me daban por igual, ilusión por verme un rato vestido y decepción porque aquel traje no era mío.
Se acercaban las fiestas. 4 de septiembre era cuando mi madre me llamó a acostar; faltaban horas y tenía que descansar. Dios Santo lo que pasó entonces cuando a dormir me iba ya, allí estaba frente a mí y sin creer lo que veía, el traje de mi ilusión, el deseo de mi vida , mientras escuchaba a mi madre que decía: – ¡¡tú mañana piratica !! y atónito mi padre de su asombro no salía, pues el nada sabía de la treta de mi madre.
Ese día 5, la comida ni me entraba, los nervios me podían y las horas no pasaban, quería que fueran las 4 para poder vestirme sin retraso.
Ya ataviado, mi madre a ca la abuela del rabal me fué a enseñar y una vez cumplida con la yaya a la losilla tocaba marchar, con los hermanos Moreno de la Taona que me quisieron acompañar, orgullosos de llevar a aquel chaval pequeño que su sueño iba a alcanzar.
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