Amanecer del día nueve. El silencio, que en la madrugada logró rendir los cuerpos y las almas, exhaustos de andar y rezar tras la Morenica la noche anterior, cubre con alas de paz toda la ciudad.
Un arcabuz tempranero hiende los aires vírgenes de la mañana con un ronco y seco quejido. Es el hermano que avisa: ¡Alerta! ¡Que se llevan a la Madre!
Sólo este grito es capaz de poner en pie a la ciudad extenuada.
(Revista Villena 1951)
Villena amanece con un sol radiante y una temperatura agradable.
ROMERÍA
Fotos... Luis García Vañó
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