Es imposible hablar de tos cabos de la Comparsa de Ballesteros sin profundizar en nuestras raíces, o sea, aquellos «Americanos» atípicos en la Fiesta; pero que todavía permanecen en el recuerdo de muchos. Eran entonces las comparsas algo así como un grupo de amigos, en muchos casos sos familias, que año tras año con una ilusión envidiable y más voluntad que posibilidades, sacaban adelante las fiestas.
El especial estilo de los cabos de Villena era el complemento idóneo y podemos decir que todas las comparsas contaron con nombres que todavía son historia. Nuestra comparsa no podía ser menos y hombres como Andrés Pardo (premio «El Tito»), Pedro Compañ, Juan Navarro, «Querrecle», etc., dejaron su sello personal en este cometido.
El especial estilo de los cabos de Villena era el complemento idóneo y podemos decir que todas las comparsas contaron con nombres que todavía son historia. Nuestra comparsa no podía ser menos y hombres como Andrés Pardo (premio «El Tito»), Pedro Compañ, Juan Navarro, «Querrecle», etc., dejaron su sello personal en este cometido.
Otros, pongo por ejemplo a Lorenzo Domene, «Magrillas», o Antonio Torres (premio al mejor cabo de escuadra del Bando Cristiano), con sus inicios entre Americanos y Arabes, consiguieron su verdadera acreditación en los Ballesteros.
Sería complicado tratar de enumerarlos a todos. Prefiero hacer aquí un reconocimiento a la labor que han venido desarrollando y que generalmente no se ha limitado al lucimiento personal, pues gran parte de quienes han sido o son cabos de los Ballesteros han estado comprometidos de forma activa en las distintas directivas de nuestra comparsa, o incluso han sido impulsores de algunos logros de la actualidad, caso de Antonio Torres en relación a la Escuadra de Cruzados, Bernardo Egido con la de Caballeros Templarios y Lorenzo Domene en la de Arqueros.Con independencia de las escuadras especiales, dos cabos para otros tantos bloques en el traje oficial masculino y uno para el femenino, son los encargados de conducir los desfiles. Su mandato como tales es de igual duración que el de las directivas, o sea, dos años. Cada directiva elige sus cabos, lo que no es impedimento para que puedan continuar los mismos, dependiendo en todo caso de las solicitudes de socios interesados.
Tomás Baenas Sánchez
Cronista
Extraído de la revista 10 aniversario de los Cabos de Villena 1991
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