VILLENA MONUMENTAL
Vicente Rodes Amorós
Sala de Exposiciones de la Casa de Cultura
del 21 de septiembre al 14 de octubre de 2018
Villena ha sido siempre el hilo conductor del universo artístico de Vicente Rodes Amorós. Ya lo demostró en septiembre de 2008 con su primera exposición individual, Paisajes y Retratos, llenando de lugares comunes y escenarios reconocidos esta misma sala de la Casa de la Cultura de Villena. Ahora, con Villena Monumental, su segundo proyecto expositivo en solitario, el autor reúne 16 obras dedicadas a tres de los edificios más notables de la ciudad: la iglesia de Santiago, el Palacio Municipal y la iglesia de Santa María.
Me consta que el proceso de creación ha sido un reto para un pintor exigente consigo mismo, que no ha dejado de formarse desde que cogió su primer lápiz, siendo un niño, María, su madre, guardaba los dibujos que Vicente hacía desde bien pequeño en la trastienda de La Industrial Papelera, luego denominada La Imprenta del Paseo, fundada por su abuelo Juan José Amorós y a partir de 1979 regentada por él. En esa misma casa había nacido Rodes en 1940 y creció hasta que salió a estudiar, primero el Bachiller, y luego Ingeniería Industrial en Valencia.
A pesar de que su profesión fue por otros derroteros, la pintura siempre ha sido un puntal en su vida. Sobre todo los paisajes de Villena, desde su añorada casa familiar de La Mina en Peña Rubia, son constantes en su obra. También la estética festera le ha inspirado especialmente. Con tan solo 19 años diseñó el traje de la primera escuadra especial que salió en las fiestas de Villena. Fue en 1959, con la escuadra de los Escorpiones, perteneciente a la comparsa de Moros Nuevos. A partir del éxito obtenido, ha creado numerosos bocetos más para su ciudad y para toda la geografía testera. Y no solo vestuario, también ha participado con portadas de gran calidad artística para las revistas anuales Villena y Día 4 que fuera. Sorprenden sus carteles anunciadores de las fiestas patronales locales y foráneas. Son como él dice que tienen que ser: "gritos en las paredes", por lo sorprendentes y llamativos.
Dado su trabajo en Laimpa -como era conocida la imprenta en su última etapa- era habitual que diseñara logotipos y dibujara detalles que acompañaban cualquier folleto divulgativo o publicitario. Son, sencillos rincones de Villena que le daban al trabajo final un sello inconfundible.
De su exigencia habla su trayectoria y la producción de esta exposición, en la que lleva trabajando desde 2015 con una meticulosidad exquisita, partiendo del dibujo de cada boceto -que son obras de arte en sí mismos-, con la obsesión de dejar constancia de la belleza de cada piedra del exterior y de cada detalle interior.
Ello le ha supuesto trabajar de forma obstinada el dibujo para corregir el error de paralaje que produce el objetivo fotográfico. La multitud de bocetos previos que ha tenido que trazar lo demuestra. El dibujo de arquitectura es geometría, exige perfección y agudeza para conseguir situar el punto de fuga en el milímetro exacto. Todo ello partiendo de una foto que no es perfecta, porque la cámara miente; si el objetivo deforma, el ojo del artista debe enmendarlo. Esa ha sido la parte dura, la esencial. Luego, el pincel le ha dado un respiro, le ha permitido más licencias creando sombras y color. En los once cuadros dedicados a la iglesia de Santiago el autor ha derrochado detenimiento. La obra se ve limpia, con un dibujo sencillo, y sólido con la inclusión de detalles, como la del altar en el que está la Virgen de las Virtudes en el trono, al fondo o la combinación de texturas incluyendo las telas granates del altar mayor. Ha intentado captar pictóricamente los ángulos más representativos del interior del templo. Por su parte, las de la fachada recogen la luz rasante sobre la piedra, con una intensidad fuera de lo común.
El conjunto de los tres que consagra al Palacio Municipal destaca por su valor documental y los dos de la iglesia de Santa María, por despertar la curiosidad del que observa, que reta a identificar detalles de la magnífica portada.
La intención del conjunto de trabajos de Vicente Rodes en torno a estos monumentos no es presentar un pasado específico, sino más bien resaltar su presencia. Cansados de mirar estos edificios a diario, o dirigir la vista hacia ellos, nos asombran todavía detalles sobre los que Rodes enfatiza sutilmente para obligarnos a observar, a examinar atentamente aspectos que pasamos desapercibidos el común de los mortales que no hemos sido tocados con el don de la sensibilidad artística.
Laura Hernández Alcaraz
Villena, agosto de 2018
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