VISION PATERNA, Por Juan Mañas. Párroco Arcipreste.
ES tarea harto difícil querer expresar mis sentimientos sinceros y cordiales en un tema tan apasionado como Villena. Y es difícil porque no tiene cabida en mí el desapasionamiento y el juicio objetivo y sereno. Yo he de pecar siempre de apasionado. Porque yo veo y siento a Villena desde mi altura paternal -padre-, por tantos años de párroco en esta Ciudad. Y ese sentimiento paterno, del que no puedo prescindir ni evadirme, me coloca en la tesitura de los padres: o sea, que nada ve en sus hijos que pueda resultar pobre, feo o malo; por el contrario, todo le parece espléndido, bello y virtuoso.
Si a ese innato sentimiento mío, añadís la verdad, entonces mi comentario ha de ser loa jubilosa, piropo encendido y panegírico apasionado. Porque la verdad -aparte de mi ceguera paterna- es que Villena alcanza cimas de singularidad única. Y para probarlo, no habré necesidad ni de espigar en las áureas páginas de su historia, ni volcar mi fantasía ahondando en sus bellas tradiciones, ni siquiera cargar de colores mi paleta para pintar la maravilla de su vega, bello y ubérrimo cañamazo que el esforzado trabajo de sus hijos convirtió en maravilloso vergel.
ES tarea harto difícil querer expresar mis sentimientos sinceros y cordiales en un tema tan apasionado como Villena. Y es difícil porque no tiene cabida en mí el desapasionamiento y el juicio objetivo y sereno. Yo he de pecar siempre de apasionado. Porque yo veo y siento a Villena desde mi altura paternal -padre-, por tantos años de párroco en esta Ciudad. Y ese sentimiento paterno, del que no puedo prescindir ni evadirme, me coloca en la tesitura de los padres: o sea, que nada ve en sus hijos que pueda resultar pobre, feo o malo; por el contrario, todo le parece espléndido, bello y virtuoso.
Si a ese innato sentimiento mío, añadís la verdad, entonces mi comentario ha de ser loa jubilosa, piropo encendido y panegírico apasionado. Porque la verdad -aparte de mi ceguera paterna- es que Villena alcanza cimas de singularidad única. Y para probarlo, no habré necesidad ni de espigar en las áureas páginas de su historia, ni volcar mi fantasía ahondando en sus bellas tradiciones, ni siquiera cargar de colores mi paleta para pintar la maravilla de su vega, bello y ubérrimo cañamazo que el esforzado trabajo de sus hijos convirtió en maravilloso vergel.
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Que si Villena es única y señera en los sectores agrícola, industrial y comercial; que si Villena tiene aire de abolengo y señorío, de aristocracia y blasones; que si Villena ofrece una fisonomía de ciudad moderna y progresiva... para este corazón mío, sacerdotal y paterno, Villena es más grande y más hermosa por su fe, por su devoción a la Patrona y su tradicional y sentida religiosidad.
Revista Villena 1955
Cedida por... Elia Estevan.
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