FIESTA DE LA POESÍA
Del numen inspirado del exquisito y finado poeta ANTONIO MARIN, transcribo la primera estrofa de su composición «¡CANTAD, POETAS!» cuyo fondo inspiró los versos que dedico al maestro en su honor, como sentido homenaje y recuerdo emocionado y leal.
«¡Cantad siempre, poetas!
aunque el vulgo os desdeñe y la vulgaridad
ambiente os aseste sus agudas saetas,
aunque las multitudes os zahieran, ¡cantad!»
ALMA JUGLARESCA
LLEVADO sin duda de un puro lirismo
que guarda en su fondo cierta analogía
con mis sentimientos y romanticismo,
a la Fiesta vengo pues, de la Poesía.
Fiesta que es anuncio de la Primavera;
plétora de vida, ritmo y esplendor;
mocedad del ario, la estación primera
que está embalsamada de risas en flor.
Quedan pocas rosas en mi humilde huerto
y está muy lejana ya mi juventud,
pero aunque doliente y fatigado, advierto
que aún suenan las cuerdas del viejo laúd.
Si soy un coplero, será mi destino,
aunque ciertamente no sé lo que soy
mas me enorgullece seguir el camino
de ignoto horizonte que buscando voy.
A todos los vientos, con acentos graves,
vocinglero lanzo mi eterno cantar;
al valle y los montes, las auras, las aves,
la paz hogareña, los cielos y el mar.
Y sigo glosando, feliz, lo que encierra
ternuras y aromas, dolor y placer;
saudades y ensueños de mi amada tierra;
la patria querida que me vio nacer.
Pongo en mis sentidos, fervorosamente,
esencias del alma, todo lo que implica
devociones hondas, mi plegaria ardiente
siempre en holocausto de LA MORENICA.
En mi pecho guardo toda la elegía
de la madre muerta que meció mi cuna,
proclamando a impulsos de mi idolatría,
que como mi madre no existió ninguna.
Canto a las mujeres, canto a la hermosura
de las hijas de Eva. La Naturaleza,
plasmando del arte suprema escultura,
llenó el Universo de eterna belleza.
Yo llevo en el alma mi ardiente quimera,
mi bella locura, mi dulce embriaguez,
poner en mis versos mi vida quisiera
pulsando la lira por última vez.
Hiriendo sus sones las fibras sensibles
que fueron del canto sublime expresión,
cantara rompiendo con notas terribles
la recia armadura de mi corazón.
RICARDO MENOR
Premio «Antonio Marín Marín»
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