BREVE Y PARCIAL ANÁLISIS SOCIOLÓGICO DE VILLENA
Es indudable el crecimiento de Villena en la coyuntura comprendida entre 1960.1969, y lo que es más significativo, el cambio operado en ella: de estructura económico-social de marcado matiz agrario, ha pasado a configurarse con sorprendente rapidez en situación típica de despegue industrial, con todas las profundas modificaciones y tensiones sociales y sicológicas de las que es causa.
En términos de política económica a nivel local (y por tanto de modo relativo, ya que es imposible desconectar nuestro sistema del conjunto nacional), se ha producido un incremento de las inyecciones económicas respecto a las retiradas, incluyendo en aquéllas la inversión (1), la exportación (X) y el gasto público (GP), y en éstas, el ahorro (S), la importación (M) y los impuestos (T). Precisamente por condicionamientos de política económica, se produce en una primera etapa un incremento de inversiones seguido de un incremento de renta que origina un trasvase de mano de obra del campo a la ciudad; la exportación con su definitoria capacidad de expansión económica es causa de nuevas inversiones y nuevos incrementos de renta; el consumo crece en proporciones inusitadas (obsérvese la cantidad de establecimientos de todo tipo, incluidas las instituciones bancarias y de ahorro, surgidas en Villena en un lapsus de diez años); la demanda ha superado a la oferta (típica situación inflacionaria), y el relativo mantenimiento de los precios es debido a la oportuna regulación; el nivel de pleno empleo se ha conseguido y según leyes económicas el incremento de producción y en consecuencia el de renta, en esta situación, deberían ser nulos; pero al contrario, en Villena, el volumen de producción ha continuado aumentando constantemente en lugar de estancarse. Creo que la exposición de tres hechos es suficiente para explicar esta aparente incongruencia económica: qué significan tantos y tantos hogares ocupados en las conocidas «tareas»; qué significan las «tan bien remuneradas horas extraordinarias»; qué representan todos aquellos obreros que trabajan en des y hasta en tres empresas...
El auge económico es innegable (1), pero el súbito despegue industrial operado en Villena ha arrastrado consigo el detrimento de unos valores profundamente arraigados en nuestro pueblo, impidiendo el desarrollo de otros como veremos a continuación.
SOCIEDAD URBANA
La interrelación entre cambios económicos y cambios sociales salta a la vista. La variación del. «modus vivendi» de todo un pueblo como consecuencia de una modificación en su estructura eco-. nómica es un fenómeno lógico y demostrable hasta en sus ínfimos detalles. Como expresa el sociólogo Salustiano del Campo (2): «el sistema social agrario y tradicional está sucumbiendo ante el empuje de la nueva tecnología y de los medios de comunicación de masas».
El norteamericano Ely Chinoy (3), realiza un minucioso estudio sobre el urbanismo como forma de vida y consecuencias sociales y síquicas, que considero apropiado para la situación que Analizamos: «en cuanto aumenta su tamaño, la ciudad exige una mayor división del trabajo y el surgimiento de nuevos oficios altamente especializados. El tamaño y la heterogeneidad impiden la familiaridad excesiva característica de la pequeña comunidad. La vida social individual se organiza mediante relaciones sociales formales e impersonales que rechazan la intimidad y hacen difícil el humanismo; la asociación formal sustituye a los grupos primarios y es el contexto en el que el individuo se mueve y realiza la mayor parte de sus rutinas cotidianas. Cambios culturales son la consecuencia de estos cambios en las relaciones sociales. La economía monetaria de la ciudad contribuye aún más a la objetividad y al racionalismo del habitante citadino, pues el dinero es un medio abstracto que disminuye los criterios personales de juicio y le imprime a la interacción social su propio carácter formal. La tradición y la opinión familiar y la de los amigos pierden algo de fuerza en la comunidad urbana, porque es fácil escapar de la vigilancia estrecha y, por el contrario, la maquinaria formal de la ley y los reglamentos burocráticos, así como los impulsos del propio interés, constituyen las formas mediante las que se sostiene el orden social». Respecto a la dependencia y coherencia familiares hay que hacer notar que, por regla general, será tanto menor cuanto mayor sea la renta percibida por todos los miembros que componen la familia, por la Mayor facilidad para la diversión fuera de ella; claro es que, por supuesto, son también determinantes los valores culturales.
Pasando al plano individual, continúa diciendo el profesor Chinoy: «a grandes rasgos, el individuo puede considerarse como un producto de su sociedad y su cultura. La influencia social permea hasta el fenómeno ostentosamente privado de la percepción; para ilustrarlo echemos mano de la historia moral del campesino y el grillo:
Un campesino que caminaba por una ruidosa calle citadina, tomó del brazo a su amigo, nativo de la ciudad, y le dijo: «Escucha el chirrido del grillo».
FI citadino no oyó nada hasta que su bucólico amigo lo llevó hasta una grieta en la fachada de un edificio; el grillo se exhibía sin que las multitudes lo oyesen.
El citadino preguntó a su amigo: «¿Cómo es posible que adviertas ese sonido tan débil en medio de lento ruido?».
«Mira —contestó el otro, al tiempo que arrojaba una moneda sobre la banqueta. Más de una docena de peatones volvió la cabeza al oír el débil sonido».
La actitud con que cada individuo considera su propio carácter (físico, sicológico y social), puede cambiar significativamente ante la actitud de los demás. Si los demás aprueban sus acciones o su aspecto, o él piensa que así es, entonces él también las aprueba, o al contrario. La mayor parte de la gente en una sociedad urbana está tan socializada que tiende a imitar las normas de los grupos a que pertenece; basta saber el tipo de grupo al que el individuo se ha asociado para predecir o establecer algunas de sus acciones. Y este problema (que nosotros vivimos) es de particular importancia para el mundo contemporáneo donde las organizaciones en gran escala y los regímenes totalitarios amenazan despiadadamente con subordinar al individuo a los propósitos de grupo, para controlar y manipular sus actividades diarias, sus creencias y sus actitudes, despojándolo de ese respeto por el individuo que ha constituido una de las venas más ricas de la tradición cultural del Occidente».
Dentro del epígrafe anterior sobre la sociedad urbana liemos mencionado entre sus características dos expresiones: relaciones sociales y cambios culturales. Su estudio más detallado permitirá comprender mejor la realidad sociológica que es Villena.
A) Relaciones Sociales.
Un grupo social se compone de un número de personas cuyas relaciones están basadas en un conjunto de papeles y status interrelacionados. Dichas personas se relacionan unas con otras de una forma más o menos estandarizada, determinada en parte por las normas y los patrones aceptados por los miembros. Esas mismas personas están unidas, en mayor o menos medida, por un sentido de identificación común o por una similitud de intereses que les permite diferenciar a los miembros de los que no lo son.
Les conceptos de organización social y de grupo social definen una perspectiva central de la investigación sociológica. En su significado más amplio, dichos conceptos constituyen la sociedad, definida como «la matriz de las relaciones sociales dentro de la cual se desarrollan otras formas de la vida de grupo», o como el grupo más amplio dentro del cual los hombres comparten toda su vida. (4).
Obsérvese la inclusión del concepto de grupo social, concepto de capital importancia en la actual coyuntura socioeconómica de Villena. No es difícil separar en esta situación (en toda sociedad industrializada y más aún en una sociedad de consumo), dos grupos sociales con muy poco en común entre ellos.
El primero, minoritario, que detenta el poder sobre los bienes de producción y determina la movilidad social, ya que sus componentes en breve espacio de tiempo pasan de una clase inferior a otra superior (frecuente también, el paso de un status inferior a otro de mayor categoría social), originando en los primeros momentos por su lógica inadaptación (con las debidas excepciones), tensiones sociales que se dejan sentir en el conjunto de relaciones y en el desenvolvimiento de la sociedad.
El segundo grupo social, mayoritario, es el que sufre de forma más directa las consecuencias de una súbita industrialización. Veamos algunos textos significativos a este respecto:
el trabajo corporal es a menudo un instrumento de perversión; los productos, por la impronta humana, salen de la fábrica ennoblecidos, pero no los hombres que los han producido (5).
la alienación del trabajador se produce por dos vías: la primera por la relación entre el trabajador y sus productos; la segunda la relación del trabajador con su actividad productiva (6).
el problema radica en los ratos de ocio del trabajador. La alienación proviene de procesos sociales no productivos (diversiones, TV.; etcétera...). (7).
B) CULTURA.
Paralela a esta perspectiva e íntimamente relacionado con la alienación y sus consecuencias en una sociedad de pleno crecimiento industrial y configuración urbana, está el concepto de cultura y sus elementos componentes. Los patrones normativos, los valores y creencias comunes, las habilidades técnicas y los implementos prácticos surgen todos del proceso de la interacción social, de la experiencia de la vida social. A su vez, ellos mismos condicionan el carácter de las relaciones sociales y la matriz de la vida social. Pero ya hemos visto en el epígrafe anterior la naturaleza de aquella interacción social. En suma, que el grupo primero de los que hablamos impone «su» cultura, entendida ésta como el conjunto de elementos que forman la supra estructura y, por tanto, las tensiones sociales (muy razonables), impiden todo aprendizaje y progreso cultural por motivaciones de irresponsabilidad, indiferencia e intereses meramente lucrativos. Por otra parte, sabemos que el grado de cultura determina el grado de libertad, entendida ésta como capacidad de opción entre varias alternativas. A mayor cultura, alternativas más numerosas para una buena elección; a menor cultura, menores alternativas, menor capacidad de opción, menor libertad. Es obvio que el responsable de la ausencia de la una, sea responsable de la negación de la consecuente.
NUESTRAS FIESTAS COMO REALIDAD SOCIOLOGICA
Nuestras Fiestas de Moros y Cristianos centro y eje de la vida de Villena, a cuyo alrededor giran 360 días de deseos y trabajo constante, vacaciones, ahorro y hasta condiciones estéticas (consenso popular durante los meses de verano de la barba o patillas, v. gr.), representan para todo el pueblo, una auténtica válvula de seguridad, válvula de escape para todo el pueblo. Tras un año de constante presión y represión social, de frustraciones y restricciones aun sobre las necesidades y aspiraciones que la propia vida social crea, junto con las incongruencias en la cultura y en la organización social que dejan insatisfechos deseos y ambiciones, el pueblo entero necesita una salida para las tensiones generadas, una evasión, un desahogo, pues de lo contrario estas tensiones se manifestarían en distintas formas de conducta desviada, o conducirían a la ruptura de las relaciones sociales establecidas y las estructuras sociales existentes. En nuestras fiestas se dan, el humor, la broma, el desgaste físico simulacros de violencia, ocio y ritual religioso (8), todos ellos válvulas de evasión institucionalizadas, necesarias para un pueblo.
Respecto a las comparsas que desfilan en nuestras Fiestas, qué habría que apuntar en materia sociológica...: que representan un caso (de un tipismo perfecto) de grupos primarios. Al hablar de la comunidad urbana, nos referíamos al hecho de la desaparición o disminución en cantidad y calidad de los grupos primarios (amigos, familias, etcétera), absorbidos por la estructura citadina de matiz formal e impersonal; pues bien, de forma exacta e intensa las comparsas cumplen los requisitos del grupo primario, según Charles H. Cooley: íntima asociación; el sentimiento o sentido de pertenecernos «nosotros» recíprocamente; semejanza relativa de clase y status entre los miembros del grupo; y el espíritu común con sus normas de servicio y leal proceder. Veamos cuáles son las funciones del grupo primario que justifiquen su bondad y por tanto demuestren la utilidad social de las catorce comparsas en Villena: el grupo primario cumple importantes funciones para sus miembros considerados individualmente. En forma innata o, lo que es más probable, como un resultado del hecho de que los seres humanos son educados por sus semejantes, la necesidad de tener respuestas emocionales de los otros y lograr una asociación íntima con ellos es entonces una persistente cualidad humana. Los elementos centrales de la personalidad, son adquiridos dentro de la familia y los hombres continúan necesitando el afecto, la seguridad y la intimidad que han experimentado de niños. El grupo primario atiende estas necesidades sicológicas. Al hacerlo, también contribuye a la estabilidad del orden social, ya que permite a los individuos mantener su equilibrio personal y realizar adecuadamente sus normales papeles sociales. (9).
Para terminar este esbozo de trabajo sociológico recojo unas frases del profesor Salustiano del Campo en el prólogo de su libro «Cambios Sociales y Formas de Vida»: «mi objetivo ha consistido en aplicar a facetas bastante variadas de la vida social, una objetiva mirada sociológica, que no pretende perturbar ni asentir. Intenta sencillamente entender, con el fin de que se pueda mejorar»... «por vocación y temperamento, pienso que no hay situaciones irremediables; que el saber ayuda a salvar obstáculos y a vencer dificultades; que el futuro está siempre por delante de los seres humanos y el pasado, pasado está».
VICENTE VALERO COSTA
VILLENA, 20 julio 1969.
(1) Ver Anuario del Mercado Español. BANESTO. Comprar números de 1965 y 1967. (El menor número de camiones en 1967 que en 1965, a mi modo de ver, es debido a dos causas:
mayor seguridad de vida en el sector secundario o industrial.
desarrollo de potente empresa de transportes con la que no pueden competir las pequeñas empresas, generalmente de un solo camión).
(2) Salustiano del Campo. «Cambios sociales y formas de vida». Ed. Ariel.
(3) Ely Chinoy. «La Sociedad. Una introducción a la sociología». Ed. Fondo de Cultura Económica.
(4) Ely Chinoy. Ídem.
(5) Encíclicas «Quadragesimo Anno» y «Mater et Magistra».
(ti) Karl Marx. «Manuscritos de París». 1844.
Federico Rodríguez y Rodríguez. «Política Social».
Es decir: se dan todos los citados por Ely Chinoy en su libro, «menos el deporte».
Ely Chincy. Ídem.
Extraído de la Revista Villena de 1969
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