Medalla de Oro a José María Soler García
Cabe apostillar a José María Soler como el villenense que a lo largo del dilatado discurrir de la Ciudad, ha contribuido en mayor medida a desvelar la historia y la prehistoria de la tierra que le vio nacer. Y puede añadirse que, a la vez, ha estudiado el folklore local, las curiosas particularidades de sus expresiones orales, sus monumentos característicos y varios aspectos que atañen a la población. Nadie merece como él la gratitud de sus conciudadanos, pues dedicó toda su vida, dilatada y fecunda, al estudio de una multitud de circunstancias entre todas las que conforman la realidad villenense.
Cabe apostillar a José María Soler como el villenense que a lo largo del dilatado discurrir de la Ciudad, ha contribuido en mayor medida a desvelar la historia y la prehistoria de la tierra que le vio nacer. Y puede añadirse que, a la vez, ha estudiado el folklore local, las curiosas particularidades de sus expresiones orales, sus monumentos característicos y varios aspectos que atañen a la población. Nadie merece como él la gratitud de sus conciudadanos, pues dedicó toda su vida, dilatada y fecunda, al estudio de una multitud de circunstancias entre todas las que conforman la realidad villenense.
x.jpg)
Es sabido, por testimonios de sus coetáneos, que en su juventud se distinguió por su participación en varias actividades culturales; escribió en la prensa local y dirigió un grupo teatral de aficionados. En otro orden, perteneció a la Comparsa de Estudiantes, se dice que gozaba de cierto éxito entre las féminas de la población, pues bailaba muy bien y se distinguía por sus excelentes cualidades entre el estamento más elevado de la sociedad villenense.
Entrega de la Medalla de Oro de Villena.
.jpg)


Soltero, con una hermana asimismo soltera y una servidora que era ya un miembro más de la familia, Soler quedó libre para sus investigaciones y sus tareas. Poseedor de una gran cultura, de una inteligencia lúcida, de una gran capacidad de trabajo, ha realizado finalmente una gran labor de la que son testigo sus publicaciones, el Museo Arqueológico que lleva su nombre y una gran cantidad de artículos, conferencias y actividades. Tiene el premio Montaigne que concede una famosa Universidad alemana, la Medalla de Oro de la Provincia, la de bronce al Mérito en Bellas Artes y, junto a otras distinciones, la Medalla de Oro de la Ciudad de Villena que justifica su inclusión en este trabajo.

El 13 de mayo de 1966, el Ayuntamiento Pleno reconoce la deuda que tiene contraída con el ilustre investigador local y se hace eco de una proposición que efectúa Alberto Pardo Caturla, primer firmante de un escrito que suscriben ciento cuarenta y tres villenenses y en el que reclaman de la Corporación Municipal un homenaje de reconocimiento a la labor efectuada por José María Soler en la forma que el Ayuntamiento determine. El acta de la sesión confiesa paladinamente que esta petición coincide con el propósito que ya tenía la Corporación, desde hacía tiempo, en este mismo sentido. Se designa como instructor del expediente a Rafael Bonastre Menor, auxiliado por el secretario municipal Manuel Poblaciones Barnuevo. El alcalde, en aquellas fechas, era D. Luis García Cervera.
.jpg)
Una nueva sesión, celebrada el 18 de mayo de 1973, bajo la presidencia del alcalde que sucedió a García Cervera, y que era en esta ocasión D. Pascasio Arenas López, se refiere a este asunto, y trata de la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad a José María Soler. Así, pues, se ha concretado ya, y hay que señalar que muy justamente, que la distinción que merece Soler es la máxima que el Ayuntamiento puede conceder, y es la Medalla de Oro. Se señala en el acta de la sesión que la propuesta firmada por el juez Instructor ha estado expuesta al público durante quince días, sin alegación en contra. Y que se ha presentado un cúmulo de adhesiones, muchas de las cuales se señalan, terminando este concepto con la frase de que «...una relación de ellas sería interminable».
.jpg)
Alcalde, Pascasio Arenas López; concejales, Bernardo Hernández Hernández, Francisco Moya Soler, Vicente Rodes Gallur, Pedro Palao Llebrés, Antonio Menor Valiente, Fernando Domene Gil, Faustino Alonso Gotor, Ernesto Pardo Pastor, José Abellán García, Francisco Guillén Domene y Pedro Rodríguez Lidó. No asistieron, y justificaron esta ausencia, Alfonso Arenas García, Vicente Valiente Jiménez y Juan Estevan Espinosa.
Fue aceptada la concesión de la Medalla, puesto que bastaban los dos tercios de los miembros que componían la Corporación. Y todavía recuerda quien esto escribe que, como amigo de Soler, junto con dos o tres más que también lo eran, asistió a la sesión en los bancos destinados al público. Y que, acabada aquélla, se nos dirigieron los concejales justificando cada uno ellos que no había sido el responsable de aquel voto en blanco.
.jpg)
La Medalla se adquirió por suscripción popular; la solemne entrega se celebró días después en el Salón de Sesiones municipal. Y los amigos de Soler se reunieron en una comida, a continuación, donde se rindió homenaje a quien tanto ha hecho -con seguridad más que ningún otro villenense- por el pueblo que le vio nacer.

Alfredo Rojas y Vicente Prats.
No hay comentarios:
Publicar un comentario