Villenenses todos, festeros y no festeros:
por: Romualdo MORENO TORRES Presidente de la J. Central de F.
Villenenses todos, festeros y no festeros:
He estado integrado desde hace casi veinte años en nuestras Fiestas, no sólo por deseo expreso, sino al propio tiempo intentando emular el modo de ser que me inculcó un gran hombre y al propio tiempo extraordinario festero, profundamente ligado a mí por indisolubles lazos familiares y ya por una razón insoslayable lejos, muy lejos de nosotros, formando parte de esa enorme lista de maravillosos hombres de Villena desaparecidos desgraciadamente de nuestros entrañables festejos.
Si cuando inicié mi andadura como festero me hubiesen asegurado que en 1981 ostentaría la Presidencia de la Junta Central de Fiestas es muy probable que en ese momento, como se dice en el argot castellano, «hubiese colgado los trastos» con el ánimo de eludir la responsabilidad que consigo lleva aparejado este polémico cargo. Sin embargo, en él estoy, al frente de unos hombres que intentamos construir la Fiesta, lo que estamos desarrollando quizás con más voluntad (como en mi caso), que conocimiento fidedigno en sí de lo que realmente necesita.
Es evidente que hombres con más valía que yo los hay en Villena, con más arraigo festero e indiscutiblemente con mucho más tiempo libre para dedicarlo a esta labor, cuya meta nunca se verá cubierta, pues su signo, a mi entender, es infinito. Y sin citar nombres, me remito a los que juntamente al mío formaron la lista a finales del año pasado para conseguir este cargo que recientemente estrené.
He dicho anteriormente «voluntad en mi caso», pero soy consciente de que toda la que ponga por mi cuenta, y estoy dispuesto a hacerlo sin paliativos ni reserva alguna, no será suficiente para llevar nuestras Fiestas al lugar preeminente que les corresponde, si no consigo que la voluntad también de los festeros (de todos sin excepción alguna) vaya aparejada a la mía personal. Es admirable que se intente obtener la supremacía de una comparsa dentro de las de su propio bando, no regateando esfuerzo alguno para conseguirlo, intentar por supuesto que destaque incluso sobre todas las que hacen posible nuestra fiesta; esto es indiscutiblemente digno de encomio; sin embargo, este esfuerzo sería verdaderamente merecedor de elogio si los hombres que acometen esta loable empresa, al propio tiempo y conjuntamente, intentaran levantar en sí todo el entorno de nuestra fiesta o dejando un tanto al margen las ambiciones de tipo particular, construyéndola en todas sus facetas y apoyando a la vez a aquellas comparsas que por sus peculiares características necesitan de esta ayuda para obtener una coordinación absoluta y total con la cual consigamos unas fiestas envidiables y merecedoras del sincero respeto y admiración de propios y extraños.
Estoy intentando y no cejaré en mi empeño, el tener informados en todo momento a los testeros de lo que la Junta Central de Fiestas tiene en preparación. Pese a que el éxito (en lo que respecta a afluencia a Asambleas), no es el apetecido, no por ello dejaré de convocarlas. ¿Qué espero conseguir con ello?, sólo un objetivo: hacer comprender a todos que cada uno en su puesto es indiscutiblemente necesario para el bien de la Fiesta y que tanta importancia tiene el que ostenta un cargo de responsabilidad dentro de cada comparsa como el más sencillo de sus componentes.
Confío en la ayuda de todos para hacer una realidad la grandeza de nuestros Moros y Cristianos; modestamente os la requiero, no para conseguir un éxito personal, al contrario, para poder demostrar que todos, con nuestro esfuerzo no regateado, hemos obtenido de nuevo para Villena una Fiesta sin igual y que en verdad esto lo ha conseguido una gran familia que siguen la tradición y son conscientes de lo que en sí encierra de simbolismo y contenido insoslayable la palabra FESTEROS.
Extraído de la Revista Villena de 1981
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