Imprecisiones. Por Juan Mañas
El Sr. Director de VILLENA AZUL me hace altísimo honor rogándome unas cuartillas para la revista de fiestas.
Mi pluma para Villena tiene que romper en alabanza ¿Lisonja? ¿Adulación? Es cosa que detesto como vicio antipático. Esta alabanza es deber de justicia.
En el poco tiempo que vivo en esta simpática Ciudad, he sido testigo en tres actos que la subliman y enaltecen: La Procesión del Corpus, el Aniversario del Glorioso Movimiento Nacional y la imponente manifestación de duelo, en el entierro a los Caídos por Dios y por la Patria. En estos actos ha dado pruebas incontrastables que es un pueblo eminentemente cristiano, eminentemente patriota y que no se olvida de sus buenos hijos.
Mis primeras impresiones de Villena han sido en extremo excelentes y al correr los días y tratar a las personas, me he convencido que me encuentro en Pueblo culto, hidalgo y caballeroso, pródigo en consideraciones para el forastero; pero no puedo ni debo ocultar a los hijos de Villena, la onda pena, la desagradable impresión que produjo en mi espíritu de sacerdote la primera visita a mi queridísima Iglesia, a vuestro templo de Santiago. Cuando comparaba yo aquel hermoso Monumento Arquitectónico que tuve la dicha de ver en el año 32 y veía hoy, que aquella maravilla, la primera de Villena, había quedado casi en ruinas, la comparación pesó sobre mí como una losa de plomo. La horda roja, despiadadamente clavó sus garras en el suntuoso Templo; porque sabía que hería en lo más hondo el corazón de Villena y cuando reflexionaba sobre lo destruido, con los ojos de la indignación veía los rojizos resplandores de los incendios, oía el eco de las blasfemias y pasar por la Casa de Dios en horrenda apoteosis el vicio, la impiedad y la locura ¡Ignorantes! ¡Insensatos! Pretendían destruir la madre de esas hijas que cuidan a los ancianos, a los niños, a los leprosos, a los desamparados... Pretendían hacer astillas el arca que salvó la cultura de muchas generaciones y que siempre marchó a la cabeza para abrazar a los oprimidos. No culpo a las turbas; las compadezco y las invito a vivir en una atmósfera de afectos y no de rencores, entre hermanos y no entre enemigos.
Yo ya sé que Villena es católica y hoy con mayor fe que
nunca. Sé también que está dispuesta a dar generosamente cuanto haga falta para la restauración de la Iglesia de Santiago. porque es la Casa de Dios, la Casa de vuestra amantísima madre la Virgen de las Virtudes y porque también es vuestra Casa. Casa de Dios, donde se comunican y abrazan Dios y el hombre. Casa vuestra, la unión con las generaciones que ya no existen; por aquí desfilaron vuestras madres buscando el único y verdadero manantial de consuelo en los trances de la vida; estos altares ahora derruidos, oyeron sus oraciones y por estos ventanales subieron hasta el Cielo sus dichas y quebrantos.
La oración más grata a Dios y a vuestra Patrona, será esta: «Tomad Señor, para la reconstrucción del Templo, mis privaciones de un día, de un mes, de un año entero.»
¿Será hora ya para optar entre Jesucristo y el hijo? ¿Entre Jesucristo y nuestros caprichos hijos de la frivolidad?
Extraído de la Revista Villena Azul de 1939. Fiestas
Yo ya sé que Villena es católica y hoy con mayor fe que
nunca. Sé también que está dispuesta a dar generosamente cuanto haga falta para la restauración de la Iglesia de Santiago. porque es la Casa de Dios, la Casa de vuestra amantísima madre la Virgen de las Virtudes y porque también es vuestra Casa. Casa de Dios, donde se comunican y abrazan Dios y el hombre. Casa vuestra, la unión con las generaciones que ya no existen; por aquí desfilaron vuestras madres buscando el único y verdadero manantial de consuelo en los trances de la vida; estos altares ahora derruidos, oyeron sus oraciones y por estos ventanales subieron hasta el Cielo sus dichas y quebrantos.
La oración más grata a Dios y a vuestra Patrona, será esta: «Tomad Señor, para la reconstrucción del Templo, mis privaciones de un día, de un mes, de un año entero.»
¿Será hora ya para optar entre Jesucristo y el hijo? ¿Entre Jesucristo y nuestros caprichos hijos de la frivolidad?
Extraído de la Revista Villena Azul de 1939. Fiestas
No hay comentarios:
Publicar un comentario